El director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Diego Prieto Hernández expuso que la expectativa de intervención en los 220 inmuebles -restantes de los 621- que fueron afectados por el sismo de 2017 en Puebla, marca el junio próximo como la fecha de inicio de las obras, para evitar así una “ventana de terminación hasta el próximo 2024”.
Durante una entrevista posterior a la entrega del corcel que compone la unidad de la imagen del señor Santiago de Izúcar de Matamoros, al lado de la propia imagen del Santiaguito entregado en octubre de 2022, el funcionario federal detalló algunos de los rasgos que componen este proyecto integral de intervención del patrimonio cultural afectado por el sismo del 19 de septiembre de 2017.
Entre ellos, que será Alejandra Frausto, secretaria de Cultura a nivel federal, la encargada de coordinar esta última etapa de intervención debido a que hay dos componentes de financiamiento: uno que tiene que ver con las carteras de financiamiento en el antiguo Fondo de desastres naturales, o Fonden, ahora el Sistema de atención a desastres naturales, que tiene recursos para los estados que tuvieron daños en monumentos históricos o arqueológicos de carácter federal, y el otro, referente al Programa Nacional de Reconstrucción (PNR), instruido por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los pilares de este proyecto, dijo el antropólogo, serán la Dirección general de sitios y monumentos y el propio INAH, ambos dependientes del SC federal. “Específicamente, el presidente confirió la coordinación del proceso a la secretaria Alejandra Frausto y para el ejercicio de este recurso quien va a tener la ejecución, la conducción de los procesos y del ejercicio del recurso será el gobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, en el que el presidente confía”.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, acotó Prieto Hernández, fue quien pidió a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) que conciliara el recurso que se debe convenir en las dos modalidades con el gobierno del estado de Puebla. “Estamos todavía en mayo y estamos emplazados para que en junio estén las obras en operación”.
Dijo que si bien ya hay un planteamiento del recurso, este se debe de trabajar con la SHCP, concretamente con la Subsecretaría de egresos y con el gobierno de Puebla. “Para no dar cifras inexactas después lo vamos a anunciar”, afirmó.
Acotó que así como el monto a destinar para Puebla será anunciado próximamente, también el cronograma de intervenciones se conocerá después. “Tenemos un calendario preliminar donde el propósito, que es lo que nos plantea el presidente, es terminar y en algunos casos, a ver si en algunos se nos autoriza una ventana de terminación a principios del próximo año, aunque de inicio la indicación es terminar este 2023, lo que supone compactar los calendarios”.
En ese sentido, agregó que hay casos de inmuebles “muy complejos” en los que se hará “toda la lucha para sacarlos adelante”, por lo que necesario es “que las obras inicien para que los calendarios que ya están definidos, no se empujen hacia el año próximo sino que se puedan incorporar en el propio 2023”.
Cuestionado sobre el número de bienes muebles que serán atendidos como parte de este proyecto, el titular del INAH no dio una cifra exacta pues dijo que “hay decenas de ellos” y al hablar ellos, es mejor referirse al “conjunto de bienes muebles que se contienen en un inmueble histórico”.
Lo anterior, completó, porque al hablar de este concepto se refiere a “cosas y bienes disímbolos” como pinturas, esculturas, retablos o pintura mural, en los que al mismo tiempo contienen, como sucede en los retablos, imágenes, elementos decorativos y pinturas de caballete, en los que cabe la pregunta si se trata de un retablo o se cuentan cada uno de sus componentes. “Estamos hablando de decenas o centenares de objetos que están siendo restaurados por los especialistas tanto del Centro INAH Puebla como de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), encabezada por María del Carmen Castro Barrera”.
En ese sentido, al hablar sobre la intervención del Santiaguito y su caballo, Diego Prieto consideró que lo más difícil de recuperar fue el Santiaguito, dado que el corcel es una pieza nueva, de reciente factura, pues el que colapsó aquel 19 de septiembre “no era antiguo, sino que era una pieza de madera por lo que no era fundamental recuperar el objeto original”.
“Nos concentramos en recuperar la imagen de Santiago. Restaurarla significó una experiencia ejemplar a nivel mundial: fue recuperar una pieza con una tecnología mixta, un componente importante de pasta de caña, elementos de maderas y después acabados que incorporan pintura, hoja de oro, distintos componentes que nos permiten aproximarnos a técnicas escultóricas que ya no se ejercitan en la cultura contemporánea, pero que en el caso de los especialistas en restauración pues recuperan este concepción tradicional para ser un trabajo meticuloso y eficiente”, concluyó.