Nuevo León, el estado norteño de las polkas y los corridos; del cabrito, la machaca y los cortes finos de carne: próspero por su dinámica actividad industrial y comercial, es la tercera entidad del país con mayor aportación al PIB nacional, contribuyendo con 8 por ciento. Pero no todo es luz y brillo, al menos dos de sus últimos gobernadores han sido señalados por actos de corrupción; uno de ellos, el priista Rodrigo Medina, acusado de malversación de fondos por 3 mil mdp. Otro, Jaime Rodríguez “El Bronco”, priista-salinista, autodenominado independiente, detenido por desvío de recursos públicos, es el mismo que propuso en su campaña presidencial de 2018, cortarle las manos a los corruptos. Pero la vergüenza norteña no termina ahí. Un junior de 34 años que, siendo diputado local por el partido naranja, el poder económico lo impulsa como Senador, y en dos años más lo hace gobernador, producto de una mercadotecnia y del poder mediático al estilo Peña Nieto y la gaviota. Misógino, bufón, fanfarrón, inmaduro, emocionalmente inestable, ridículo, amante de las redes sociales, de excesos y extravagancias, hoy se lo comen en las redes por sus disparates en público, y por su manifiesta incapacidad para buscar una salida inteligente a la crisis del agua.
Hoy, Nuevo León padece una de sus peores crisis hídricas, aunado a que ha sido un año con temporal de lluvias irregular.
La entidad cuenta con 12 mil concesiones de agua otorgadas por la CONAGUA. Al menos 20 colectivos han denunciado ante ese organismo gubernamental, que cada semana unos 700 mil usuarios son afectados por los cortes de agua programados para siete sectores en que fue dividida la zona metropolitana y la periferia de Nuevo León. Además, señalan que empresas, usuarios agrícolas, ganaderos y privilegiados consumidores domésticos de exclusivas zonas residenciales, no carecen de agua, mientras cientos de colonias populares sí se ven perjudicadas. La CONAGUA informa que ha clausurado 23 pozos profundos irregulares ubicados en distintos municipios de Nuevo León, con el propósito de atenuar la sobreexplotación de los acuíferos y mitigar los efectos de la crisis hídrica que padece el estado.
El descontento en sectores desprotegidos de la población se calienta a falta de agua, las familias están dispuestas a todo. El orden de prelación del uso de agua que establece la Ley de Aguas Nacionales es: 1) Uso doméstico, 2) Público urbano, 3) Pecuario, 4) Agrícola y 5) Industrial.
La prosperidad industrial y financiera sin responsabilidad ecológica, no tiene ningún sentido, el dinero por sí solo no resuelve nada, las obras hidráulicas no funcionan sin agua. Solo dedicarse a hacer dinero sin retribuirle a la naturaleza lo que de ella se ha tomado, siempre será fatal.
La crisis hídrica de Nuevo León pone al descubierto la extracción desmedida del agua por la industria. Además, no es lo mismo un gobernante junior metrosexual, que busca culpables, a la sencillez y humildad de un estratega y negociador con los sectores para resolver prioridades públicas.