Nuevas voces se suman a cuestionar la viabilidad de la construcción de la carretera Santiago Xalitzintla–Amecameca, promovida por el gobierno estatal, cuyo propósito es conectar la entidad poblana con el Estado de México por la zona del Izta–Popo para que las personas puedan transitar sin complicaciones, así como vincular las rutas de evacuación del volcán Popocatépetl con el acceso a la Ciudad de México.
En esta ocasión la Red de Investigadores del Parque Nacional Iztaccíhuatl–Popocatépetl (Rediip) alertó al gobierno del estado de Puebla que el cambio de uso de suelo para la construcción de la carretera Santiago Xalitzintla–Amecameca, además de las afectaciones sobre la cubierta vegetal y las especies de flora y fauna endémica, pone en riesgo el abasto de agua en el centro del país, a través del manto freático y las corrientes superficiales.
Además, como lo señala Eloísa Guerra Hernández, presidenta de la Rediip, el Área Natural Protegida (ANP) de la Iztaccíhuatl y el Popocatépetl “es estratégica por encontrarse en la zona más densamente poblada del centro de México y proveer de servicios ambientales como la producción de oxígeno, la captura de bióxido de carbono y el suministro de agua”.
Por otra parte, Leobardo Ortiz Fuentes, dirigente de la Unión Nacional de Ejidos Forestales y Agropecuarios (UNEFA), se pronunció en contra de la construcción de la carretera, ya que se pondría en riesgo la captación de agua e incluso la producción de maíz y frutas en la zona cercana al volcán Popocatépetl. La carretera atravesaría o impactaría a aproximadamente 27 ejidos y ninguno de los ejidatarios ha sido informado hasta ahora del proyecto. Lo anterior agrega una problemática adicional a las ya planteadas por científicos y estudiosos de los volcanes y del ANP, que es la propiedad agraria ejidal y comunal prevaleciente en la zona que tendría afectaciones.
La red pidió al gobierno de Puebla que por seguridad es indispensable que la realización de cualquier obra antes de iniciar los trabajos en el sitio del proyecto debe contar con la autorización en impacto ambiental; en este caso, además de ese análisis, debe incluir la revisión y dictamen de especialistas en riesgo volcánico, por ser una zona donde se encuentra un volcán activo. Advirtiendo que los fenómenos naturales existen, pero los desastres son resultado de decisiones no acertadas.