Aumentar a 19 pesos la tarifa del transporte público sería nocivo para los que menos tienen. Además, antes de seguir insistiendo en el incremento, los concesionarios deben de brindar un servicio de calidad, seguro y en orden, consideró Juan Pablo Cisneros Madrid, presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco).
Agregó que aunque se trata de un negocio, para pedir alza al pasaje se tiene que encontrar un punto de equilibrio en donde los usuarios paguen por recibir un mejor trato y viajar en unidades de reciente modelo.
“Lo que primero que hay que entender es por qué y para qué se incrementan las tarifas y qué requieren los propietarios para garantizar un servicio con calidad. Tenemos que ser sensibles a los que menos tienen, a los estudiantes, aquellos que necesitan la movilidad, pero no siempre cuentan con los recursos”, declaró en entrevista.
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El pasado 28 de octubre, transportistas protestaron frente al Centro Integral de Servicios (CIS), en la zona de Angelópolis, para pedir que el pasaje pase de 8.50 a 19 pesos, lo que representa aumento de 123.5 por ciento.
En opinión de Cisneros Madrid, si bien tiene que haber diálogo entre el gobierno y los concesionarios, se debe cuestionar a los segundos sobre si con concederles el incremento van a garantizar la renovación de unidades y capacitación para los conductores.
En 2019, cuando se autorizó el último aumento, los transportistas se comprometieron a que adquirirían vehículos nuevos, pero no lo cumplieron, ya que es común verlos en mal estado, con asientos rotos o hasta falta de los mismos, con cristales estrellados, ventanas que no abren y sucios por dentro, entre otras deficiencias.
A ello se añade que los conductores suelen conducir a exceso de velocidad, como parte de una competencia con otros chóferes de sus mismas rutas o de otras, poniendo en riesgo la vida de los pasajeros.
“Es un tema que hay que discutir, que hay que dialogar desde varias perspectivas, desde quién es el usuario y a veces es el impacto fuerte al patrimonio, hasta un parque vehicular mejor, más nuevo, más seguro. Viendo todo eso, que se tome la decisión más equilibrada en pro del ciudadano que utiliza el transporte público”, manifestó el representante de la iniciativa privada.
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Por su parte, los transportistas han mencionado que el aumento que solicitan es necesario para compensar el encarecimiento de insumos como el combustible y refacciones, así como para pagar el mantenimiento de las unidades y hacer frente a la inflación.
La Alianza de Transportistas del Estado de Puebla (ATEP) refirió que desde el último ajuste tarifario los gastos operativos han aumentado más de 40 por ciento, lo que ha afectado la viabilidad económica del servicio.