Domingo, febrero 16, 2025

Nivón: el Día de Muertos muestra la relación particular del mexicano con la muerte

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Más allá del origen del Día de Muertos, si es prehispánico o postrevolucionario, el historiador Raúl Nivón llamó a pensar cómo la sociedad actual ha desarrollado de una manera particular su relación con la muerte, de cómo lo acompaña, de cómo lo vive y cómo lo celebra. 

En el marco del ciclo de conferencias en torno a esta tradición organizado por el Museo de arte religioso exconvento de Santa Mónica, recinto adscrito al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el director de Museos del Centro INAH Puebla echó mano de ejemplos contemporáneos sobre la forma en que se ha representado este festejo.

En su charla Tradiciones inventadas sobre el Día de Muertos mostró tres imágenes de filmes hollywoodenses que “enseñan” que es el Día de Muertos ante la mirada extranjera: Spectre de 2015; Batman vs. Superman, de 2016 y Coco, de 2017. Las cintas, expuso, dan la idea que siempre se celebra la fecha y dan pie a una interpretación sobre cómo ciertos sectores observan a México, así como de la relación particular de la muerte y el mexicano. 

Nivón detalló que Spectre es una película de acción del agente 007, la cual muestra un desfile de calaveras en la Ciudad de México; mientras que en Batman vs. Superman este último vuela a Ciudad Juárez para salvar a unos niños mientras se celebra el Día de Muertos; y finalmente Coco, en la cual se “enseña” de una manera emotiva a decir que entre los mexicanos hay una tradición viva que llena de orgullo y es digna para hacer una película de ella.  

De inicio, dijo, una tradición es una manifestación memorial pública que reclama un pasado inmemorial, que incluso es difícil de rastrear o que puede ser reciente, por lo que en realidad se trata de una invención, una “tradición inventada” como el nombre de su charla.   

Agregó que en torno al Día de Muertos hay un discurso genérico: que es la síntesis de festividades de origen indígena dedicada a los muertos; que desde el Estado se habla de que hay más de 40 grupos en el centro, sur y sureste, por lo menos seis millones indígenas, que tienen alguna relación a las festividades en torno a los muertos; y que hay una sincronía con las celebraciones católicas de día de todos los santos y los fieles difuntos rastreables del siglo X al siglo XIII, que encuentran sincronía con “el nuevo mundo”. “El Día de muertos es en realidad el proceso de una institucionalización que tiene que ver con un mundo contemporáneo, y no colonial ni prehispánico, ni siquiera decimonónico”, afirmó Nivón. 

Acotó que fue durante el Cardenismo cuando se institucionalizó, por lo que es reciente y se considera una tradición inventada surgida alrededor de una figura como Lázaro Cárdenas, el nacionalismo, y el grupo alrededor de él que estaba interesado en que fuera una expresión de “lo mexicano”. Incluso, señaló que según investigaciones Cárdenas buscó que la tradición fuera más vinculada con los muertos que con lo santo, pues esto era lo europeo y lo otro más parecido a lo prehispánico. 

Si fue o representa un arma política o una tradición prehispánica, Nivón refirió a los estudios de la antropóloga Elsa Malvido, quien señaló que los especialistas formados en la Escuela Nacional de Antropología e Historia forjaron la idea de que el día de muertos tenía un origen prehispánico, intentando “meter a toda costa el 1 y el 2 de noviembre en el calendario ritual mexica, considerándolo como general al territorio mexicano del siglo XX, aunque en muchos lados les resulte ajeno”. 

Continuó que, en una segunda controversia planteada por Malvido, antropóloga del INAH, dice que en el siglo XIX hubo dos separaciones: de España y de la Iglesia, en medio de un proceso social marcado incluso por cambios en las actitudes sanitarias, que la lleva a concluir que la celebración de Día de muertos “es un proceso de este siglo, de sus vaivenes, para ser un constructo post revolucionario”. 

Nivón señaló que Malvido concluye que seguir pensando que la tradición es de origen prehispánico, “es decir que no se entiende nada”, poniendo como ejemplo las calaveritas de pan que se vinculan a Roma o los altares que pueden hallarse en varias sociedades, como la oriental. 

“Lo que planteo no es desmitificar o tener una postura en contra, pero sí una posición académica clara en lo que se pueda considerar una tradición (…), nos obliga a tener cuidado documental para no caer discursos que podían dar alguna imagen errónea de orígenes de fenómenos sociales actuales”, advirtió el historiador. 

Concluyó que como mexicano no desprecia las expresiones extranjeras que animan a la sociedad mexicana a hacerse partícipe de estas expresiones, pues es claro que en México se ha desarrollado una idea particular de la muerte, “de cómo nos acompaña, de cómo la vivimos y cómo la celebramos”. 

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