Tehuacán. Desde octubre del 2022 que fue baleado cuando se encontraba en servicio, el policía municipal Ángel de la Fuente Méndez, solicitó al ayuntamiento una indemnización ya que la bala le quedó alojada en su cuerpo y aún cuando al año fue operado esa lesión le dejó un daño permanente en las costillas, pero a la fecha la comuna se niega a atender su solicitud. Alzar la voz le ha causado un constante acoso laboral de parte de los mandos de la corporación por lo que optó por iniciar una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y adelantó que procederá con la denuncia laboral por ese segundo tema.
Ha sido constante en su solicitud ante el gobierno municipal, pero las autoridades simplemente le dan evasivas, la más reciente fue ayer cuando acudió para pedir un diálogo con el presidente municipal; en su lugar lo recibió el secretario general, Edgar Fidel Cruz Trujillo quien le pidió tiempo para resolver su petición.
Con la frustración reflejada en su rostro, el policía se dijo harto de la falta de respuesta del ayuntamiento. Si no hubiera insistido durante casi un año para que en el Hospital Municipal le autorizaran la cirugía, en este momento continuaría laborando con una bala incrustado entre las costillas, porque los médicos tardaron mucho tiempo en acceder a que se le sometiera a esa operación.
Ángel de la Fuente manifestó que reclamar sus derechos es algo que sus superiores en la corporación no aprueban y se lo hacen sentir en cualquier oportunidad que tienen, de modo que no le conceden el llamado doblete, que es trabajar turnos extras para de ese modo lograr un ingreso económico más.
Recordó que, en el desfile del 5 de mayo, le tocó doblar turno, junto con otros de sus compañeros, sin embargo, cuando llegó el momento del pago se encontraron con la desagradable sorpresa de que su salario no tuvo ninguna modificación y a la fecha no les han hecho efectivo ese recurso.
La CNDH ya recibió su queja por la negativa para la indemnización, por lo que espera que se realicen todas las indagatorias para que se determine si hay violación a sus garantías individuales, dado que lo hacen trabajar como si no tuviera ningún problema de salud cuando sufre recaídas constantes.
No es el único oficial que está en esas circunstancias, según dijo hay alrededor de 20 personas más que llevan ya mucho tiempo a la espera de que el ayuntamiento les autorice su jubilación o indemnizaciones, así como deudos de policías que fallecieron en el cumplimiento de su deber a quienes de igual manera se les adeudan pagos que siguen esperando.
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