Al Mundial 2026 le sigue lloviendo chahuistle con cachucha MAGA por cortesía tanto de la Casa Blanca como de las contradicciones de doña FIFA. Al parecer, el cordialísimo encuentro entre Gianni Infantino y Mr. Trump sólo ha servido para que el presidente se envalentone y meta su rubia peluca en las entrañas del evento máximo de un deporte que, como tal, lo tenía sin cuidado hasta hace diez minutos, el fastidioso soccer, ese juego de colegiales ideal para que las mamás gringas se desaburran un poco los fines de semana.
Si el mandatario ultra conoce o no el mecanismo de la Copa del Mundo –su preparación anticipada, la elección cuidadosa de sedes y subsedes, las exigencias y providencias físicas, logísticas y tecnológicas que todo ello conlleva– es algo que pertenece a los arcanos de lo insondable, como casi todo lo que a tan peculiar espécimen se refiere. Pero el caso es que se ha declarado dispuesto a mover los lugares donde hay juegos programados, atendiendo básicamente al partido político que gobierne la ciudad o el estado designados. Ahí tiene su amigo Infantino tema para entretenerse un buen rato, explicándole a MrT por qué tal cosa no sería posible, aun desafiando la voluntad omnipotente del hombre-naranja. Cómo es que el Mundial no pertenece a los EU sino a la FIFA (tal para cual, por cierto).
Si a eso le sumamos las distancias enormes que de por sí estarán forzadas a recorrer las selecciones participantes (¡48!) en medio de los rigores del verano norteamericano, con su veleidoso clima y una estricta normatividad que dispone suspender o posponer indefinidamente ejercicios al aire libre bajo determinadas circunstancias, tenemos a la vista un coctel envenenado que podría convertir a esta Copa, dominada por el afán de gigantismo y la codicia, en un evento impredecible y potencialmente caótico.
El caso de Irán. No para ahí la cosa, porque la cancillería de EU, obedeciendo a ya saben quién, acaba de negarle visas a la delegación iraní que debía asistir al sorteo mundialista del 5 de diciembre en Washington, aduciendo razones de estado. Y bueno, a la delegación de un país acusado de “terrorista” la puede representar ese día alguien más, la cuestión es si a los futbolistas de la Selección de Irán –ya calificada entre los 48 “invitadas”– se les permitirá pisar suelo estadounidense para participar en la Copa.
A ese respecto, se puede apostar doble contra sencillo a que el equipó iraní caerá, casualmente, en, por ejemplo, el grupo de México, que va a disputar su ronda inicial en nuestro país. Una solución que a la organización le vendría de perlas, a condición, claro está, de que no vaya a ocurrírseles a los iraníes clasificarse a la fase siguiente. Aunque para eso la FIFA tiene a la mano su recurso de emergencia de siempre: el arbitraje.
Por lo pronto, la matrona de Zúrich debe encarar perentoriamente –aunque se esté haciendo la remolona– el clamor mundial que exige la suspensión de Israel del deporte internacional en justa represalia por el genocidio contra Gaza, el asalto pirata a la Global Sumud y los horrores que se sigan acumulando mientras ella y las demás instituciones del deporte internacional miran para otra parte e insisten en declararse “apolíticas” y ajenas al devenir de la humanidad. Como si los que juegan, compiten y les hacen ganar toneladas de dinero fueran marcianos.
Jornada 12. Sigue en alza el Toluca, cuyo futbol se eleva muchos palmos por encima del de los demás. Lo del sábado, en el Nou Camp, volvió a ser contundente pese al esfuerzo del León, que estrenaba DT (Nacho Ambriz). A los diablillos parece bastarles acelerar cuando haga falta para resolver sus partidos. Éste, ensuciado al principio por un arbitraje desafinado –no reconoció un claro fuera de juego en el gol abridor de Angulo, luego quiso compensar pitando un penalti más que dudoso en favor del local–, acabó por resolverlo el bando choricero con algo que va mucho más allá de la conexión Vega–Paulinho, la cual volvió a funcionar como reloj (2 del portugués); un más allá que incluye la firmeza y versatilidad de Ruiz y Castro en mitad de la estructura y, desde luego, los recursos futbolísticos e imaginativos de Antonio Mohamed para sacar lo mejor de los equipos que dirige. No es que el León haya jugado mal, pero aún hay niveles y el 2–4 fue inobjetable.
Como el América la tenía fácil (3-0 Santos), el interés quedó centrado en el Volcán, donde Tigres recibía a un Cruz Azul herido. Y pese al golazo del local (Brunetta, 51′), ambos conjuntos evidenciaron encontrarse lejos de su mejor futbol. Llama la atención el bajón celeste, pues si el cemento fue el último invicto en caer –sucedió hasta la jornada 11–, ahora lleva tres fechas sin ganar, y el empate rescatado en la Sultana fue a última hora y de penalti (Sepúlveda, 90+7´). Entre otros detalles, Larcamón tendrá que explicar las razones por las que semejante ariete, su mejor arma ofensiva, entró de cambio hasta el minuto 80.
El resto fue pura morralla, encuentros entre ocupantes de la parte baja de la tabla, es decir, espectáculos más o menos parejos, más o menos opacos, más o menos predecibles. O sea: Necaxa 0-1 Pachuca, Mazatlán 2-1 San Luis, Atlas 3-1 Juárez, y, por supuesto, la enésima caída del Puebla, esta vez en el Corregidora queretano.
Supercoleros. Se medía la Franja con su hasta hace poco compañero de desgracias. Tal vez eso lo envalentonó, le infundió algo de fe y le permitió terminar el primer tiempo en precaria ventaja (Marín, 32´). Eso sería todo, porque nada más iniciado el segundo empató Gallos y lo demás fue para ellos coser y cantar, la defensiva camotera sólo existió en el papel donde se escriben las alineaciones. Y el ataque también desapareció. Hasta Julio, que venía atajando bien, colaboró con su apurado rechace al centro que derivó en uno de los goles de Alí Ávila, que parecía Pelé, entrando como mantequilla entre la azorada zaga poblana. Al final, el 3-1 nos salió barato.
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La Tabla. Reina el Toluca (28) seguido de cerca por el América (27), situación que refleja con nitidez el estado del arte, aunque el Monterrey (25) podría dar alcance a los Diablillos de haber sacado los tres puntos del Caliente, en Tijuana, cosa que de momento ignoro; por cierto que Xolos es séptimo con 19, un punto menos que Pachuca (20) y cuatro menos que Tigres (23). Juárez, que parecía repuntar, al perder quedó varado en 18. Y de ahí pa´l real: Chivas 14, Pumas 13 –pendientes de lo que ocurra como resultado del choque entre ambos ayer tarde en CU. Del décimo primero al décimo octavo se ubican: Atlas (13), León (12), Mazatlán y Querétaro (11), San Luis y Santos (10), Necaxa (9), viene luego un hueco enorme y, al mero final, nuestro bienamado Puebla (4).
Singapur, todo de Russell. Se disputó en Singapur, otro duro trazado callejero, el 17º GP de la temporada, con una parrilla que parecía reflejar cierto decaimiento del dominio arrasador de McLaren y un notorio repunte de Red Bull. Y resulta que la verdadera puesta a punto corrió por cuenta de la gente de Mercedes y su beneficiario George Russell, que se llevó la prueba de punta a punta, salvo por el breve préstamo a Oscar Piastri mientras le cambiaban neumáticos a la flecha de plata del británico, a quien Mad Max no pudo seguirle el paso aunque sí se defendió muy bien del asedio del McLaren de Norris, que terminó tercero venciendo a su coequipero, que entró cuarto, bien aferrado a un liderato que lo mantiene como el más viable sucesor de la corona que aun luce Verstappen. Pero no cabe duda que el final será emotivo y no el día de campo que ya se prometían los papayeros de la escudería fundada en Inglaterra por Bruce McLaren, gloria de Nueva Zelanda y de la historia de la F1.
Aparte de Russell, que condujo su Mercedes hasta la victoria sin un mínimo fallo, el piloto del día fue Fernando Alonso. Desde la víspera se notó que estaba en vena cuando coló su armatroste entre los diez primeros, pero lo que acabó de impulsarlo fue el pésimo servicio que le hicieron el pit cuando entró a cambiar llantas, pues los angelitos demoraron nada más 9´´ en una operación que normalmente se hace en un máximo de 3´´. Más que cabreado, el asturiano picó espuelas y todo lo que sucedió con él después del incidente puede catalogarse como una muy cara lección de manejo, con el acelerador hasta el fondo de la charchina Aston Martin, rebases inverosímiles y rescate final del octavo puesto que sus mecánicos parecían haberle arrebatado irremediablemente. Del quinto al séptimo fueron tomando la ajedrezada Antonelli (Mercedes), Leclerc y Hamilton (Ferrari), y, detrás de Alonso, Bearman (Haas) y Sainz (Williams).
McLaren, campeón 2025. Con los puntos obtenidos ayer por sus pilotos Norris (15) y Piastri (12), la escudería británica alcanzó 650 unidades, inaccesibles ya para el segundo de la lista (Mercedes: 325), lo que significa que la escudería de carrocerías color papaya es dueño del título de la presente temporada de F1.
En lo referente al campeonato de pilotos, Lando Norris le dio otro pequeño mordisco a la ventaja que aún le lleva su coequipero y líder de la tabla Oscar Piastri (336 puntos contra 314): de modo que cuenta el australiano con un colchón de 22 unidades en la cima para defenderse de la arremetida final del londinense. Entre ellos dos está la disputa por la corona de 2025, pues por mucho que el Red Bull y Verstappen mejoren, la distancia que lo separa de los hombres de McLaren (Max tiene 273) ya es virtualmente insalvable.
Y mientras esto sucede, el GP de México –último fin de semana de octubre– está cada vez más cerca.


