Primero fue en la casa Miguel Alemán del Complejo Cultural Los Pinos, en la Ciudad de México, y ahora en el edificio principal del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos (MNFM), aquí en Puebla. En ambos espacios, se ha mostrado la historia e importancia de la primera ruta ferroviaria del país: el Ferrocarril Mexicano.
Organizada por el Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero (CNPPCF), la exposición El Ferrocarril Mexicano, la primera ruta ferroviaria de la nación, fue organizada en el contexto del 150 aniversario del Ferrocarril Mexicano conmemorado este 2024.
Teresa Márquez Martínez, directora del CNPPCF y el MNFM, definió que en esta exposición, con una mirada de larga duración, muestra la relevancia del primer gran proyecto ferroviario de México para el reordenamiento territorial, la incentivación de flujos económicos y la conectividad entre poblaciones.
Además, expuso al abrir el proyecto expositivo en Los Pinos, la muestra destaca su impacto en la generación de relaciones renovadas, vínculos culturales y experiencias enriquecedoras para los viajeros a lo largo de la primera ruta ferroviaria de la nación.
Ya durante la apertura de la exposición en Puebla, destacó que esta exposición expresa los anhelos por construir un ferrocarril que comunicara la Ciudad de México con el puerto de Veracruz, el más importante del país.
Asimismo, expuso que la muestra deja ver también la puesta en marcha “de una larga y fascinante historia”: aquella que liga “desventuras, disputas, proezas, polémicas y hazañas”, pues la construcción de este ferrocarril tardó 36 años: desde su concepción hasta la inauguración oficial de la línea el 1 de enero de 1873.
“El proceso constructivo del Ferrocarril Mexicano fue intermitente y lleno de obstáculos, justo como lo fue la construcción de la nación con guerras civiles, pérdidas de territorios, invasiones extranjeras, contiendas políticas, un segundo imperio, crisis económicas y la restauración de la República, que fueron el telón de fondo de múltiples proyectos destinados a definir cómo y dónde debía efectuarse el tendido de vías férreas y a diseñar la solución de todas ellas”, dijo Teresa Márquez.
Ahondó que, si bien en la construcción del ferrocarril participó una extensa red de cooperación internacional, fue más bien en tiempos de la República restaurada cuando el proyecto logró cristalizarse.
De paso, confió que el Ferrocarril Mexicano fue el “punto de arranque del vasto patrimonio ferroviario de México”, que vas más allá de su estructura o equipo rodante, pues tiene como eje a los hombres y mujeres que formaron parte de su construcción y operación.
Por tanto, la directora del CNPPCF consideró que, en El Ferrocarril Mexicano, la primera ruta ferroviaria de la nación es una propuesta que muestra la relevancia del primer proyecto ferroviario en México: para el reordenamiento territorial de las regiones, para incentivar los flujos económicos, para favorecer la conectividad y fomentar vínculos culturales, prácticas sociales y numerosas experiencias entre los viajeros que se desplazaron a lo largo de esta primera ruta.
“Es una experiencia que hoy nuevamente está disfrutando mucha gente en los proyectos como el Tren Maya y el Ferrocarril del Istmo”, afirmó en referencias a las líneas del ferrocarril impulsadas en la pasada administración federal con las que se retomó el transporte de pasajeros.
La ruta de las mil maravillas por su ingeniería, su importancia y su impronta humana
En la exposición ubicada en la antigua estación del MNFM, el visitante podrá conocer el significado e importancia de la llamada “ruta de las mil maravillas”: la forma en que permitió el tráfico de mercancías; las majestuosas obras de ingeniería que se fundieron con la belleza del paisaje, y los puentes y viaductos.
Asimismo, apreciará la transformación que propició en Puebla, haciéndola una ciudad cosmopolita y moderna; o el epicentro de movilidad y abasto que hizo de la Ciudad de México, con su estación Buenavista y sus enclaves ferroviarios de otras compañías.
La muestra incluye litografías, planos, locomotoras a escala, teodolitos, topógrafos y un armón, entre otras piezas, provenientes del acervo del propio CNPPCF y del Centro de Documentación e Investigación Ferroviarias.
Su realización formó parte del programa conmemorativo a los 150 años del Ferrocarril Mexicano, proyecto que fue largo y complicado, que se comenzó a construir en 1850 para correr de la Ciudad de México al puerto de Veracruz, que primero avanzó en un primer tramo para, tras una pausa financiera, política e incluso de guerra, continuar su construcción en medio de cambios y dificultades políticas, para por fin ser inaugurado el 1 de enero de 1873 con varios ramales terminados y un total de 425 kilómetros de longitud.
Aparece también una de las figuras más representativas en el impulso del Ferrocarril Mexicano: el entonces presidente Benito Juárez, quien durante los gobiernos de la República Restaurada avanzó febrilmente para terminar los tramos más difíciles de la línea, desde las tierras intermedias de Veracruz hasta el Altiplano, en el estado de Puebla, con sus más de dos mil metros de altura sobre el nivel del mar.
Se deja ver cómo, debido a su importancia histórica, tecnológica y de infraestructura, la ruta del Ferrocarril Mexicano fue conocida como la ruta de las mil maravillas, por las majestuosas obras de ingeniería que se fundieron con la belleza del paisaje, los puentes y viaductos de Metlac, Soledad, Chiquihuite, Infiernillo y Wimmer.
De paso, se revisa que en la región Puebla-Tlaxcala, la llegada del ferrocarril a la capital poblana propició su transformación en una ciudad cosmopolita y moderna. Por otro lado, en Ciudad de México, la estación Buenavista y los enclaves ferroviarios de otras compañías convirtieron esa gran urbe en el epicentro de movilidad y de abasto de la República.
En suma, en la exposición El Ferrocarril Mexicano, la primera ruta ferroviaria de la nación se podrán ver las 30 estaciones, los 10 viaductos, los 148 puentes, los 16 túneles y los 358 alcantarillas que conforman esta ruta.
Aparecen puentes, túneles, montañas, cerros, planicies y urbes, además de naturaleza, paisaje, vida cotidiana, comercio, arte y música, lo mismo que tecnología e industria de una nación en construcción.
No queda fuera un vistazo a la edificación de un patrimonio en manos de hombres y mujeres que hicieron posible, con su trabajo, cada kilómetro de vía, cada estación, cada taller, cada espacio del Ferrocarril Mexicano, que con su larga y fascinante historia, es el punto de arranque del vasto patrimonio ferrocarrilero de México.
La muestra estará abierta al público de martes a domingo de 9 a 17 horas en la antigua estación del Ferrocarril Mexicano, en el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, ubicado en la calle 11 Norte 1005, en el Centro Histórico de Puebla.
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