En pocas horas perdieron la vida un par de atliscenses. Uno de ellos electrocutado en el corredor gastronómico, la zona local VIP de restaurantes. Se trata del segundo caso en apenas cuatro meses.
Y durante la noche del pasado domingo un joven de 24 años de edad fue arrollado. La camioneta conducida por un presunto borracho terminó lanzándolo varios metros. La víctima caminaba junto a su esposa a orilla de la carretera. Dejó en la orfandad a dos pequeños hijos.
La descarga
La tragedia reciente sucedió en el último tramo del llamado Corredor Gastronómico, sobre la carretera federal Atlixco-Izúcar de Matamoros y en el sur de la mancha urbana.
Según la versión de testigos obtenida por la policía Jordan N., de aproximadamente 54 años de edad, tropezó en el área donde laboraba mientras concluía tareas de mantenimiento y accidentalmente tocó cables de alta tensión.
Además, trascendió, el suelo de ese sitio estaba mojado y en consecuencia la descarga eléctrica era inminente. Esto en segundos prácticamente generó el fallecimiento.
Antes de esta historia, en abril pasado en la colonia Altavista, del otro lado de la ciudad, otro hombre pisó en falso y sin pretenderlo terminó sobre los cables de alta tensión para enseguida caer de la azotea sobre la vía pública. La vivienda en la cual realizaba tareas de albañil sigue clausurada y a pocos metros de la puerta principal del predio una cruz en recuerdo.
“Tomen una foto a las placas”
Desde la ventana de su coche particular, una familia atliscense grabó con el móvil una tragedia. En la primera escena aparece una camioneta roja semi volteada. “¡No manches, ésta pinche unidad ya se acabó!”, sentenció la voz de una mujer.
A la distancia comenzó a oírse el ruido de la patrulla de la policía y de la ambulancia locales. Tres metros más adelante otra fémina, en este caso la esposa de la víctima, pidió un par de cosas a quienes intentaron ayudarlos: “Por favor tomen fotografías a las placas y llamen a un médico”.
La escena es sobre la carretera de Atlixco a la comunidad rural de Portezuelo. Raymundo N., de apenas 24 años de edad, caminaba a orillas de esa vía junto a su pareja cuando fue alcanzado brutalmente por la propia camioneta roja manejada, trascendió, por alguien en estado de ebriedad y quien logró fugarse. La noche de ese domingo un par de hijos menores de edad los esperaban en casa.