Morena heredó del PRD uno de los peores vicios: la falta de respeto a la legalidad interna del partido. Este es un ajemplo: el pasado 18 de junio, los tres integrantes del cuerpo colegiado de la Comisión Nacional de Honor y Justicia (CNHJ) morenista dictaron medidas cautelaras en las cuales ordenaron separar temporalmente a María Isabel Lugo Chávez del cargo de Secretaría de Finanzas del partido en Puebla, por presumir que cometió faltas al estatuto y prejuicios patrimoniales. Sin embargo, esta mujer hasta ayer seguía manteniendo el control de las perrogativas de esta fuerza política y la quiencena pasada, ella decidió a quien se le pagaba un salario y a quien no.
Si algo ha caracterizado al PRD, organización de la que salieron muchos cuadros para fundar Morena, es que pocas veces o casi nunca se respeta la legalidad interna. En Puebla siempre ha existido listas de militantes perredistas sancionados en sus derechos partidistas y hasta expulsados, sin que ello signifique que dejen de participar en la vida interna de esa fuerza política, igorando el mandato de los órganos juridicciones del instituto del sol azteca.
Esa misma condición ahora se registra en Morena o por lo menos en el caso de la secretaria de Finanzas, quien es funcionaria del ayuntaniento de Puebla y a su vez ocupa un cargo en la dirigencia del partido, pese a que el estatuto morenista prohibe que un servidor público pueda ser ser directivo de esta fuerza política.
De acuerdo al expediente CNHJPUE2852020, que suscribieron Héctor Díaz–Polanco, Gabriela Rodríguez Ramírez y Adrían Arroyo Legaspi, quienes forman el cuerpo colegiado de la CNHJ, desde el pasado 18 de junio tendría que estar suspendida de su cargo María Isabel Lugo Chávez, pero eso no ha ocurrido.
A finales de mayo, Alfonso Ramírez Cuéllar el presidente nacional y provisional de Morena, determinó suspender a Mario Bracamonte González y otros integrantes de la dirigencia estatal de Morena en Puebla, mediante un acuerdo que nadie conocía y que nunca se notificó oficialmente a los afectados.
De esa manera, Ramírez Cuéllar designó a Carlos Alberto Evangelista Aniceto como delegado especial para Morena en Puebla y este a su vez, ratificó a María Isabel Lugo Chávez como secretaria de Finanzas, pese a que ya tenía que haber renunciado a esa función por aparecer en la nómina oficial del ayuntamiento de Puebla.
Lugo Chávez como una manera de quitarle, por la fuerza, el control de Morena a Mario Bracamonte y otros dirigentes, decidió dejar de pagar los salarios a los miembros de la dirección estatal, a los trabajadores del partido y desconoció las deudas y contratos de arrendamiento de esta fuerza partidista.
Ante esta situación, los dirigentes desplazados presentaron el pasado 26 de mayo una queja ante la CNHJ de Morena, misma que 21 días después, emitió un fallo en el cual se indica que se presume que María Isabel Lugo Chávez sería responsable de las siguientes faltas:
Emitir sin justificar recibos de pagos a nombre del partido, erogar salarios a personas que no prestan servicios a Morena, reducir el sueldo al personal morenista sin justificación alguna, cometer excesos en sus atribuciones, omitir obligaciones pecunarias contraidas por el instituto político y presuntamente violar el artículo octavo del estatuto.
En resumen, para los miembros del órgano garante de la legalidad y el orden dentro del Partido de Regeneración Nacional, hay “la existencia de elementos objetivos suficientes para presumir faltas graves a la normatividad de Morena, así como de conductas que, de continuar, resultarían en perjuicios patrimoniales (algunos de ellos de manera irreparable) para nuestro partido con consecuencias de carácter vivil y penal”.
Pese a ese fallo, en la quincena del 1 de julio, de nueva cuenta apareció María Isabel Lugo Chávez controlando los fondos de Morena y pagando salarios a los partidistas de Carlos Alberto Evangelista Aniceto, así como ignorando, a los que son afines a Mario Bracamonte.
Y en la quincena de mañana, dicen actores del partido, ocurrirá lo mismo.
¿Entonces, ¿dónde quedó la legalidad en Morena?
En el limbo, es la respuesta.