Admiración y respeto, cariño y amistad, vínculos familiares y académicos, y sobre todo la inquietud, seriedad y riqueza intelectual que compartió con sus pares, fueron los aspectos que reunieron a familiares, amigos, exalumnos y académicos en torno a Montserrat Galí Boadella, una figura central del arte y la cultura de Puebla, fallecida hace casi ocho meses luego de una larga y fructífera trayectoria llena de inquietudes artísticas, teóricas, históricas y políticas.
A manera de homenaje, el mismo que no quiso en vida pues sintió que no lo merecía, fue organizado el coloquio internacional Montserrat Galí Boadella: trayectoria, obra y legado que hasta el 19 de abril repasará los intereses que guiaron la trayectoria de la historiadora del arte, músico, gestora y activista nacida en Tacubaya, México, en 1947, hija de padres españoles exiliados en este país, que luego regresó a Cataluña donde permaneció hasta sus estudios de licenciatura, para luego viajar a la extinta Yugoslavia y obtener un grado en la Universidad de Zagreb, pasar por Bolivia y regresar por fin a México, país que nunca dejó de estar presente en su vida personal y profesional.
En el auditorio de la Casa Presno, que desde este miércoles 17 de abril lleva el nombre de la investigadora que ocupó este espacio, sede del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Alfonso Vélez Pliego de la UAP al que ella perteneció, el investigador Arturo Aguilar Ochoa hizo un largo, sentido y profundo repaso de Montserrat Galí, de sus intereses y aportaciones no solo de índole académico, sino a la vida cultural de Puebla.
Acompañado por Giuseppe Lo Brutto, director del Instituto Vélez Pliego, y por Elena y Marta Ayala Galí, hijas de la reconocida historiadora del arte, el investigador señaló que la admiración y respeto reunirían en estos tres días a académicos de varias instituciones en los que Galí Boadella coordinó seminarios y programas no solo en su materia sino en aspectos particulares como la música, de la cual fue investigadora y sensible ejecutante.
“El arte en todas sus maneras fue la gran pasión de Montserrat”, definió Aguilar Ochoa, para quien describir a la investigadora fallecida el 30 de agosto de 2023 como solo una historiadora del arte significa dejar fuera varias de sus pasiones: la música, la literatura, la gestión, la defensa del patrimonio material e inmaterial, el activismo y su conocimiento de las diversas luchas en México, Latinoamérica y su querida Cataluña, de la que abogó por su independencia, todos ellos renglones que defendía con “aplastantes argumentos”.
Particularmente, Arturo Aguilar recordó que Montserrat Galí, en su deseo de descentralizar los estudios, fundó en la UAP la maestría en Historia del arte en coordinación con el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, pues consideró necesario realizar estudios regionales en la materia, sobre todo al ser Puebla una importante ciudad novohispana, la segunda en el país, que siguió siéndolo en los siglos XIX y XX, e incluso en el presente.
Parte importante, apuntó el catedrático, fue la aportación teórica que hizo respecto a Puebla, ciudad a la que consideró episcopal, concepto que le hizo estudiar al arte desde su contexto social, un aspecto clave de sus investigaciones y libros como Estudios acerca de una ciudad episcopal. Puebla, siglos XVII a XIX, aparecido póstumamente y en el que trabajó durante su enfermedad.
De paso, Arturo Aguilar destacó la faceta de docente de la homenajeada, con la cual compartió sus conocimientos haciendo lazos académicos y de amistad fuertes en varios países e instituciones. Asimismo, resaltó la cercanía con artistas y creadores, a quienes no solo admiraba sino estudiaba y divulgaba en su obra.
No quedó fuera su lucha social, pues defendió causas como ocurrió en 2012 al lado de la también reconocida investigadora Rosalva Loreto, cuando se opuso a la construcción del llamado teleférico y la instalación de la rueda de Puebla, en el gobierno del extinto panista Rafael Moreno Valle, acciones que le valieron la amenaza y la persecución.
“Su legado no puede ser olvidado”, afirmó el investigador y amigo personal de Montserrat Galí, a quien conoció en un verano, pero del ya lejano año de 1971.
Montserrat Galí: una madre trabajadora, cariñosa, apasionada y dedicada, señalan sus hijas
Para Elena y Marta Ayala Galí, la figura de Montserrat Galí Boadella tiene otro brillo: aquel que da el haber sido su madre, “àvia”, como la llamaban en casa durante los últimos 22 años, cuando se convirtió en abuela, el “papel que más disfrutó”.
Visiblemente conmovidas, las hijas de la que fuera también secretaria de Cultura de Puebla hace más de un lustro, la definieron como una mamá cariñosa, siempre disponible, trabajadora incansable, apasionada de su profesión, del arte y la cultura, de la investigación, dedicada a sus hijas y a sus nietos, que siempre tenía tiempo y espacio para el cuidado de su familia.
“La recuerdo como hormiguita. Siempre con algo en la mano: un libro, una tesis, su guitarra o su flauta, tejiéndonos un suéter o bordando un tejido”, dijo Marta Ayala ante el auditorio lleno de amigos y ex alumnos de su mamá.
Destacó que Montserrat Galí disfrutaba cocinar recetas catalanas, cultivar amistades a quienes hospedaba en su casa del barrio del Alto, y saber que podía vivir en cualquier lugar del mundo siempre que su familia estuviera con ella.
Marta Ayala apuntó que era sensible a las causas sociales, una luchadora apasionada que defendía sus ideas, determinada, perseverante y resiliente, amorosa y sensible. “De niña me parecía tener a la madre más guapa e inteligente del mundo, pero a la vez a la más peculiar”, aseveró.
A su vez, Elena Ayala consideró que haber tenido como mamá a Montserrat Galí significaba un “privilegio y un honor”, siendo que el homenaje mismo era una oportunidad para recordarles su trascendencia. “Nosotras somos también el fruto de esta historia familiar de exilio que sin duda marcó a mi mamá y a su familia (…) pues a pesar de que ella nace en México, regresa a Cataluña, siempre mantuvo este vínculo con México, especialmente a través de su madre Florentina Boadella, que siempre le habló de México”.
Recordó, no sin nostalgia, su niñez, adolescencia y juventud a lado de una madre cariñosa, trabajadora, ahorradora y presente como lo fue Montserrat Galí, quien siempre las apoyó en sus inquietudes y talentos, y buscó que existieran vínculos con sus familias de Cataluña y Bolivia, el país natal de su padre. “La mejor época, y ella lo decía, fue cuando mi mamá llegó a Puebla, pues aquí pudo realizar su pasión como historiadora del arte (…) El venirnos a Puebla era que ella pudiera dedicarse al 100 por ciento a la investigación, el estar en el Instituto Vélez Pliego fue su sueño”, mencionó Elena Ayala
El coloquio internacional Montserrat Galí Boadella seguirá este jueves 18 de abril a las 9:30 horas en la Casa Presno, con la mesa tres Estudios virreinales. Participarán Franziska Neff, Concepción Zayas y Jaime Cuadriello Aguilar.
Luego, a las 11 horas se hará la mesa cuatro Siglos XIX y XX, con las participaciones de María José Esparza Liberal, Helia Bonilla, Ana Martha Hernández Castillo, Sergio Rosas Salas y Fátima López.
El coloquio cerrará el viernes 19 de abril a las 9:30 horas, esta vez en la Casa de las Clarisas, con la mesa cinco denominada Memorias y recuerdos en torno a Montserrat Galí, con las participaciones de Isabel Fraile, Antonia Pi Suñer Llorens, Mireia Freixa, Teresa M. Sala, Cristina Rodríguez, Fátima López Pérez, Irene Gras y Juan Manuel Blanco. Montserrat Galí.
El coloquio continuará a las 11:30 horas con un conversatorio abierto moderado por Lidia Gómez, para cerrar a las 13 horas con la inauguración de biblioteca y exposición de Marcelo Gauchat en el Fondo Documental Galí, seguido de un concierto de música barroca.