El conjunto habitacional Misiones de San Francisco, ubicado en la zona limítrofe de Coronango, Cuautlancingo y el municipio de Zacatelco, en Tlaxcala, es uno de los puntos críticos por la inseguridad y el abandono de vivienda en el estado de Puebla; sin embargo, durante la epidemia de Covid-19 se sobrepobló por la invasión de integrantes principalmente de dos agrupaciones: Antorcha Campesina y la Unión Popular de Vendedores Ambulantes (UPVA) 28 de Octubre.
Esto derivó no sólo en la presencia de ambulantes que se han apropiado de la avenida principal, de calles y banquetas, sino también en la llegada de narcomenudistas y, con ello, el incremento en la incidencia de robos con violencia a casa-habitación y comercio, secuestro, homicidios y hasta balaceras por la disputa del territorio.
Es un secreto a voces que Misiones de San Francisco es territorio de la banda de “Los pelones” -vinculada a organizaciones criminales de Guerrero y Morelos-, sitio estratégico para esconderse y huir por estar conectado a la autopista Puebla-México, el Periférico Ecológico y la carretera estatal a Tlaxcala.
Para llegar a Misiones, a espaldas del Parque Industrial Finsa, sólo hay cuatro rutas del transporte público (19, 30, 65 y 72) que resultan insuficiente para mover a diario a 50 mil personas. El recorrido tarda más de una hora, si el traslado es desde el Centro Histórico de Puebla.
En 2008 el conjunto de viviendas se asentó en territorios irregulares y fue construido por la empresa Casas Geo que se declaró en “banca rota” y cerró sus oficinas en Puebla, después de una lluvia de quejas por la mala calidad con la que fueron construidas las viviendas.
Antes de 2019, había secciones habitacionales con más del 50 por ciento de las casas abandonadas, que fueron ocupadas mientras vecinos estaban confinados por la emergencia sanitaria de Covid-19.
En la actualidad cerca de la mitad de las más de 20 mil viviendas fueron habitadas por invasores que han obtenido protección de las agrupaciones en mención, bajo el amparo de los gobiernos municipales en turno.
Entre los principales factores que orillaron a sus dueños a dejar su patrimonio en el olvido, está la falta de pago de la hipoteca, las pésimas condiciones en las que les entregaron los inmuebles y la falta de servicios básicos, como el agua, alumbrado público, recolección de basura, seguridad, escuelas y centros de salud.
La Jornada de Oriente realizó este domingo una visita por varias viviendas de la Sección 1 y 7 del fraccionamiento, donde los propietarios coincidieron en que recibieron sus casas con vicios ocultos, paredes fracturadas, humedad, pisos agrietados, lavabos caídos y techos destruidos.
Incluso algunas viviendas se podían abrir con un solo empujón a la puerta o con destornillar las ventanas, lo que facilitó el ingreso de invasores.
Inmobiliarias estarían detrás de invasión a viviendas
Las calles lucen desbordadas por el comercio informal, los muros repletos de grafitis y hay un sinnúmero de mantas en los accesos principales a cada sección, donde se advierte de “linchar” a quien intente robar en la zona. Esta estampa es desde Bodega Aurrera hasta el monumento del reloj, que se encuentra vandalizada.
“Cuando entregaron los fraccionamientos dijeron que era para vivir dignamente, pero nunca fue así. De eso ha pasado más de 15 años y seguimos sin servicios básicos, en las mismas condiciones o tal vez”, reclamó el señor Miguel, quien evitó dar su apellido, pues asegura que son vigilados por los grupos que tienen el control de Misiones.
En los últimos años, reveló que inmobiliarias estarían detrás de la reventa de algunas viviendas que habían sido abandonadas por sus dueños.
Explicó que el modus operandi que han detectado varios vecinos es la invasión de casas que después pasan a manos de desarrolladores, quienes invierten en su remodelación para volverlas a vender.
“Entre los vecinos nos cooperamos y colocamos una reja para cerrar la sección; aquí habitamos unas 100 personas y todos nos conocemos, no dejamos pasar a nadie. Una mudanza intentó ingresar con muebles para invadir una casa y le cerramos el paso, porque no demostró que era el deuño”, comentó otra de las declarantes.
Dijo que de esta situación se ha comunicado a los representantes de la mesa directiva, pero debido al cambio de administración en los ayuntamientos de Cuautlancingo y Coronango, gobernados por Morena y el Partido del Trabajo, respectivamente, desconocen si ya hay un acercamiento con las nuevas autoridades.
Lo cierto es que gobiernos pasan y seguimos igual, sin seguridad, alumbrado, transporte público y escuelas; es más, todos sabemos de los puntos de venta de drogas y nadie hace nada”, declaró Rosa María.
Antes de entrar a la Sección 1 se observa un presunto “taller de bicicletas”, donde aseguran no sólo venden artículos robados, sino también marihuana, piedra y cristal.
La situación de impunidad en la que viven ha permitido que también la zona se convierta en tiradero de cadáveres, por los terrenos de cultivo colindantes a San Lorenzo Almecatla y Zacatelco, Tlaxcala.
Los vecinos consultados hicieron un llamado desesperado al gobernador Alejandro Armenta Mier, para que intervenga y frene la inseguridad en Misiones de San Francisco, para que las familias puedan caminar y transitar con libertad, sin temor a ser asaltados o perder la vida.