Algo que parece un ultimátum fue lanzado, por videoconferencia desde Estados Unidos, a todos los asistentes al Foro Económico Mundial que se celebra en Davos: <<Mi mensaje para todas las empresas del mundo es simple: vengan a fabricar sus productos a Estados Unidos y se beneficiarán de unos impuestos entre los más bajos del mundo. Pero si no los producen en Estados Unidos, y están en su derecho, entonces, simplemente, tendrán que pagar aranceles>>, <<Exigiré que los tipos de interés bajen inmediatamente. Del mismo modo, deberían bajar en todo el mundo. Los tipos de interés deberían seguirnos por todas partes>>. (La Jornada – “Vengan a producir en EU” o “tendrán que pagar aranceles”: Trump en Davos). A tres días de tomar posesión del cargo, el presidente Trump, lanza estas advertencias para “todo el mundo”. Un mundo papalote donde EU quiere ser el cuerpo y, pone al resto del mundo en calidad de cola. Llama la atención una monotonía: la imposición de aranceles para obligar y sujetar a otros países a obedecer la voluntad estampada en las denominadas “órdenes ejecutivas”. Los BRICS, China, Rusia, Unión Europea, Canadá, México, Dinamarca, Colombia y “todo el mundo”, no escapan de la amenaza. ¿Confrontarse con todo mundo será la divisa fundamental de su gobierno? No es que antes no lo hubieran hecho, pero, a la llegada de Trump por segunda vez a la presidencia, el mundo ha dado muchas vueltas y cambió con el surgimiento de nuevos polos de poder político y económico, la irrupción de nuevos estilos de gobierno, de otras propuestas de organización social, de relación con la naturaleza. La sociedad estadunidense, atendiendo al resultado de la elección, se convirtió en una sociedad polarizada que augura la existencia de fuertes conflictos político sociales internos, en oposición al “nuevo” modelo de conducción gubernamental.
La justificación de la imposición de aranceles es que se trata de <<…un arancel que dirigirá cientos de miles de millones de dólares e incluso billones de dólares a nuestro Tesoro para fortalecer nuestra economía y pagar la deuda>>. El objetivo sería loable, pero, el método reprobable, dado que los países del mundo ninguna responsabilidad tiene en lo que, históricamente, ha sido el manejo del Estado en ese país; cuya vida independiente se ha caracterizado por ser depredadora de los recursos naturales, economías y gobiernos de otros países. El fundamento moral de esas exigencias arancelarias será: <<Vamos a exigir respeto a otras naciones>>. (Fabriquen sus productos en EEUU o enfrenten aranceles, dice Trump a empresas del mundo). Utilizar los aranceles como herramienta económica unilateral producirá tensiones con sus socios comerciales, especialmente, con México, en razón de la existencia del tratado de libre comercio -TMEC- rector de sus relaciones bilaterales en este ámbito. La postura de Trump, por unilateral, es arbitraria, cuestionadora de las bases del libre comercio y las relaciones internacionales, al colocar en el cajón de los enseres inútiles al tratado trilateral celebrado en la materia. México tendría que intentar, en los tribunales de EU o en los previstos por el tratado, la anulación de cualquier arancel, precisamente, por no estar establecido en el tratado. Sin embargo, tras la arbitrariedad se encuentra una finalidad encubierta: <<Trump anunció que busca prolongar las reducciones fiscales implementadas durante su primer mandato, previstas para finalizar en 2027, asegurando que los ingresos por aranceles compensarán cualquier pérdida de ingresos fiscales>>; con ella, Trump busca cumplir una promesa de campaña: reducir impuestos a los más ricos de EU, aunque representen esa pérdida de ingresos fiscales.
Un discurso con toques mágicos, de superhombre con súper poderes, empieza a moldear la personalidad política que Trump desea proyectar frente a sus seguidores: <<Desde las primeras horas de mañana, resolveré cada una de las crisis que enfrenta nuestro país… Ya para la puesta del sol, la invasión de nuestra frontera habrá llegado a su fin y todos los intrusos sin documentos estarán en camino de regreso a sus lugares de origen>>. <<Pondré fin a la guerra en Ucrania, al caos en Medio Oriente y evitaré que ocurra la Tercera Guerra Mundial… no tienen idea de qué tan cerca llegamos a eso, señaló. Restauraré el derecho a la libre expresión y el derecho de mantener y tener armas de fuego>>. <<Este es el movimiento político más grandioso en la historia estadunidense. Fueron gente trabajadora como ustedes que han salvado a nuestro país>>. (La Jornada: A partir de hoy todo migrante sin papeles irá de regreso a su país, advierte Trump). Prácticamente, de inmediato, firmó las órdenes ejecutivas que impactarán a México para: desplegar fuerzas armadas a la frontera y restaurar el programa Quédate en México; aplicar aranceles de 25 por ciento sobre México y Canadá alrededor del 1º de febrero; designar a los cárteles mexicanos de la droga, organizaciones terroristas extranjeras; y, el retiro de EU del Acuerdo Climático de París. Tales medidas contribuyen, en buena medida, a poner en claro las actitudes hostiles que el nuevo presidente está desatando, literalmente, contra todo mundo y en particular contra México. Al mismo tiempo, acreditarán las inconsistencias e incongruencias entre el decir y hacer que irán revelando la decadente personalidad política del magnate y su proyecto de país. (La Jornada: Firma cascada de decretos; anula la garantía al asilo y restaura Quédate en México).
Las acciones que impactarán, hasta entre sus propios seguidores, serán las indicadas en su primer comunicado de prensa informando: que pondrá fin a la asistencia federal para las grandes granjas de viento y otras medidas de conservación ambiental; ampliar la producción de hidrocarburos; congelar toda nueva plaza federal; facilitar el despido de trabajadores federales permanentes; un indulto general para la mayoría de las personas acusadas penalmente por su participación en el asalto violento al Capitolio del 6 de enero de 2021; retirarse de la Organización Mundial de la Salud si el organismo no reduce la cuota que cobra a EU; reingresar a Cuba a la lista de estados que patrocinan el terrorismo y, declarar que la inflación no es el principal problema (Trump dice que la inflación no es el principal problema. ¿Qué pasará con los precios?). (Trump elimina ayuda a comunidades negras e hispanas más afectadas por la contaminación).
Las guerras, en Ucrania y Gaza, ahora encontrarán explicación clara y suficiente para saber por qué se desataron esos conflictos que, lastimando a la humanidad, son fuentes de ingentes negocios para las grandes empresas fabricantes de armamento de EU. Al felicitar a Trump por su ascenso al poder <<Vladimir Putin, se declaró abierto al diálogo sobre Ucrania para lograr una paz duradera, porque lo más importante es eliminar de raíz las causas de la crisis>>, mientras que Volodymir Zelensky, <<espera que el magnate ayude a alcanzar una paz justa. El presidente Trump siempre es decisivo, y la política de paz a través de la fuerza que ha anunciado brinda la oportunidad de reforzar el liderazgo estadunidense>>. Estos posicionamientos ofrecen luz sobre la enorme diferencia de perspectivas que, en la guerra, tienen los contendientes. Zelensky, en su afán de congraciarse con Trump, ha cometido una infidencia al confesar la vulgar razón por la que han muerto miles de soldados ucranianos y su país se encuentra en ruinas. De la situación en Gaza, Trump ha dicho que: <<espera que se mantenga el acuerdo del alto el fuego, pero que Gaza está destruida. Cosas fantásticas pueden ocurrir en Gaza, al indicar que en esa franja hay costa y buen clima. Al hablar de Hamas destacó: la mayoría están muertos>>. Costa y clima, los móviles verdaderos para sacrificar la vida de los palestinos. A ver, qué más hay ahí.
El despliegue de violencia que está desatando el magnate está soportado en la irracionalidad sobre las problemáticas que, supuestamente, pretende resolver con ella. La anunciada separación de EU del Acuerdo climático de París tiene como base el hecho de que Trump sostiene que no cree en el cambio climático. Es decir, la negación del hecho se basa nada más en su no creencia y, por tanto, deja fuera de consideración todo lo que al respecto puedan decir los científicos ambientales. ¿Cuál argumento lógico, racional, científico sería capaz de modificar el criterio de quien simplemente dice, no creo? Una hipótesis sujeta a comprobación sería que la decisión de retornar al uso del petróleo, causante significativo del cambio climático, busque ser en realidad un golpe contra la industria de automóviles eléctricos de China que, con la marca BYD, están superando a Tesla de Elon Musk. (Estados Unidos regresará al petróleo y dice adiós a los autos eléctricos, afirma Trump | Watch). La dimensión política de su creencia tiene dos efectos trascendentales: uno, sacar a su país del Acuerdo climático sólo para favorecer a un empresario amigo; y, dos, tratar de conseguir petróleo en donde haya, al costo que sea. Cuando Trump exige a la Unión Europea comprar petróleo y gas a EU y ya no a Rusia, (Trump quiere que la UE compre más petróleo y gas de EEUU o se enfrente a aranceles), ¿debe suponerse que las reservas estadunidenses de petróleo son infinitas? O, ¿las pretensiones de anexión de Canadá, compra de Groenlandia, invasión militar a México y, el derrocamiento del presidente de Venezuela, obedecen a que se trata de países cuyos territorios guardan grandes yacimientos de petróleo?
La irracionalidad fincada en el uso de la fuerza plantea un dilema monumental para la comprensión de los problemas y la búsqueda de su posible solución de manera amigable. Si Trump dice que va a recuperar el Canal de Panamá porque lo controlan los chinos, ¿con qué argumento, los panameños podrán convencerlo de que sí está bajo su control? Y, si dice que desea comprar Groenlandia, ¿qué argumento deberá usar Dinamarca para convencerlo de que esa isla no está en venta? En el caso de México, esa fuerza se observa desde otros ángulos derivados de las problemáticas suscitadas por compartir frontera. Privilegiar el uso de la violencia para atender los conflictos deja poco, o ningún, margen al análisis y comprensión de ellos y al uso de un lenguaje adecuado para conocerlos y explicarlos. Así, cuando Trump dice: <<Vamos a cambiar el nombre del Golfo de México y se llamará ahora el Golfo de América>>, muy probablemente no lo diga con el único propósito de rendir un homenaje al continente, sino en el sentido en que los estadounidenses suelen usar la palabra América refiriéndose a su país. Es decir, con sentido de apropiación, de despojo, considerando las enormes riquezas petroleras que subyacen en ese suelo marino.
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Las amenazas de aranceles e invasión militar para obligar a México a contener la migración y el tráfico de fentanilo hacia EU, pasan por alto el trasiego de armas con que se abastecen los grupos delincuenciales en México y suscitan suspicacias sobre la sinceridad política de Trump para resolver los problemas comunes acudiendo al consenso, considerando que somos vecinos geográficos y socios comerciales. La medida tomada: <<El gobierno de Donald Trump tiene planes para desplegar a unos 10 mil efectivos militares activos a la frontera con México, duplicar la capacidad de sus centros de detención de migrantes y ha girado órdenes a los agentes de la Patrulla Fronteriza de negar el derecho al asilo y deportar a todos los que crucen de manera no autorizada>> (La Jornada: Más de 300 migrantes arrestados, según medios de derecha en EU) es unilateral y, como tal, hace surgir algunas interrogantes. ¿La militarización de la frontera tendrá como fin último, sólo la detención de los migrantes? A pesar de ella o, con ella, ¿continuará el tráfico de drogas hacia EU y el trasiego de armas hacia México?
El trasiego de fentanilo es un negocio y la venta de armas también. ¿Qué sentido tiene amenazar al gobierno mexicano con aranceles y la posibilidad de invasión militar por no hacer esfuerzos suficientes para contener la migración y el tráfico de fentanilo hacia EU, existiendo reconocimiento oficial de que armas de guerra fabricadas allá, son utilizadas, aquí, por los cárteles que dicen querer combatir declarándolos organizaciones terroristas? ¿para qué dotar de alta capacidad de fuego a los grupos criminales en México? (La Jornada: Estados Unidos envía hacia México armas de guerra, reconoce Biden). (La Jornada: Imparable y al alza, tráfico de armas de EU a México). No es cualquier clase de armas las que llegan a esos grupos, son de guerra. ¿Para ser utilizadas contra quién? ¿Contra los diez mil efectivos desplegados por EU en la frontera para contener a los migrantes? Un serpenteante discurso, siendo presidente electo, hizo decir a Trump: <<Tenemos un déficit con México. Y les ayudamos mucho. Esencialmente, están dirigidos por los cárteles. No puedo dejar que eso ocurra. México está realmente en problemas, muchos problemas. Es un lugar muy peligroso”. Adelantó que “pronto” anunciará cambios porque “hacemos la mayor parte del trabajo allí>>. (México “está esencialmente dirigido por los cárteles”, dice Trump; propone cambiar el nombre de Golfo de México a “Golfo de América”). La afirmación es una infamia, oprobiosa e insultante. Dependiendo de cuántos sentidos y significados se le puedan dar a la expresión “Esencialmente, están dirigidos por los cárteles”, la reciente orden ejecutiva de declarar a los cárteles de la droga organizaciones terroristas, acompañada de la amenaza de invasión militar para combatirlos en suelo mexicano, en simple lógica formal, generaría la hipótesis que apunta a la creación de un conflicto interno en México, con un paramilitarismo armado, que se dirigiría, presuntivamente contra el gobierno federal. Es una hipótesis por desvelar. El resto del guion, quizá, esté en manos de la oposición.
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Heroica Puebla de Zaragoza, a 27 de enero de 2025.
JOSÉ SAMUEL PORRAS RUGERIO