Para 1956 los Juegos Olímpicos, por primera vez en la historia, fueron efectuados en el hemisferio sur. Melbourne, en Australia, venció a ciudades como Buenos Aires, Detroit, Los Ángeles, Chicago y México DF, entre otras, en la búsqueda por obtener la sede de la justa.
Una extraña disposición de las leyes australianas impidió que las pruebas ecuestres tuvieran lugar en esta nación de Oceanía, que no permitía que animales extranjeros estuvieran en libertad. Debido a ello, Estocolmo, Suecia, fue sede de una parte del certamen.
La batalla deportiva entre Estados Unidos y la Unión Soviética fue intensa, pero estos juegos resultaron afectados como probablemente ningunos otros por la tensión entre los dos bloques políticos encabezados por estas potencias. Un poco antes de iniciarse las competencias, el ejército rojo invadió Hungría, provocando que en el desfile de las delegaciones la representación de este país fuera ovacionada, y la soviética, abucheada. 45 deportistas húngaros aprovecharon el viaje a Australia para huir de su patria.
La tensión en el Medio Oriente entre árabes e israelíes, concretamente en la zona del canal de Suez, también tuvo repercusiones en Melbourne 1956. Por último, la delegación de China Popular se retiró en protesta porque en la villa olímpica fue izada la bandera de la China Nacionalista.
En lo deportivo, la URSS consiguió derrotar a los estadounidenses en la tabla general de medallas: el equipo rojo obtuvo 37 de oro, 29 de plata y 32 de bronce –para un total de 98–, por 32 de oro, 25 de plata y 17 de bronce, para un total de 74, de su acérrimo rival.
Atletas destacados fueron el soviético Vladimir Kuts, triunfador en los 5 mil y en los 10 mil metros planos, y la australiana Betty Cuthbert, con preseas doradas en los 100 y 200 metros planos, además de en el relevo 4 por 400.
Melbourne 1956 también vio surgir a la mayor figura de la gimnasia femenina de todos los tiempos (con el perdón de quienes piensan que tal honor le corresponde a Nadia Comaneci): Larissa Latynina, quien obtuvo cuatro medallas de oro en estos juegos: all around individual y por equipos, ejercicios en el piso y salto de caballo. Obtuvo también una plata en las barras asimétricas. Nacida en 1934, Latynina estableció una marca absoluta en obtención de medallas, no solo en la gimnasia, sino en Olímpicos en general: a lo largo de sus tres participaciones en este tipo de certámenes (Melbourne 1956, Roma 1960 y Tokio 1964) ganó nada menos que 18, nueve de ellas de oro. Su récord se mantuvo vigente hasta 2012.
Capilla salva el honor de la patria
La delegación mexicana hubiese vuelto de Australia en blanco de no ser porque, una vez más, el clavadista Joaquín Capilla fue capaz de colarse a sitios de honor. De hecho, en Melbourne 1956 tuvo su mejor actuación, al conseguir el oro en la plataforma de 10 metros y el bronce en el trampolín de tres.