Domingo, abril 20, 2025

Megaproyectos: lo que falta

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Los megaproyectos del sexenio, bajo la supervisión presidencial, han caminado, si bien no acorde con lo deseado, sí lo suficientemente bien como para ver cercana su conclusión. El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, ya está operando: la refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco, concluye sus obligadas pruebas y para el 2024 comenzará a producir los hidrocarburos que espera el mercado nacional. Los otros dos complejos, ambos ferroviarios, trabajan a marchas forzadas para cumplir metas, los que habrán de requerir tiempos adicionales para lograr su puesta en buena marcha. 

Situar al Tren Maya al interior de la estructura del Fondo Nacional de Turismo (Fonatur), fue una decisión de encontrar el obligado complemento de negocios. Ahí, dentro de esa institución pública, se han movido de tiempo atrás los indispensables contactos con las agencias turísticas que permiten completar la parte comercial. Fonatur tiene la experiencia para llevar a cabo, la delicada tarea faltante. No se puede dar por sentado que los clientes futuros llegarán a empujones para subirse al tren. Organizar una operación de esa envergadura, de millones de usuarios, requiere de múltiples auxilios logísticos adicionales. Emparejar la administración del Tren Maya, encargado a militares, con estos servicios especializados harán factibles las esperadas visitas a las grandes riquezas culturales, al alcance de sus intereses personales. 

Respecto al Corredor Transístmico no se ve, todavía, la indispensable conexión que la administración del proyecto haya establecido con las empresas navieras mundiales. Son ellas las que harán redituables sus servicios de transporte y de carga y descarga en los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos. Tampoco, el presente al menos, se han evidenciado las promociones y concreciones con los posibles clientes de los parques industriales o de otros servicios adicionales. En esos emprendimientos futuros, también, deben hacer acto de presencia los financieros para el movimiento de mercancías. La administración actual, a cargo de la Marina Armada, se ocupa, por ahora en completar la estructura básica del proyecto, tanto ferroviario como de los puertos. Se agregan, también, los parques industriales o de servicios conexos en el paquete total. Son agregados que harán atractivo y redituable el complejo proyecto y, sin los cuales, los objetivos funcionales, quedarían incompletos. 

Dos Bocas, dependerá funcionalmente de Petróleos Mexicanos, los demás habrán de encontrar la manera de armonizar sus procesos con aquellas entidades que serán sus asociados en sus tareas. Tanto el Tren Maya, como el Felipe Ángeles o el transístmico, deberán verse como enormes y complejos negocios públicos. Para estar a la debida altura de esas exigencias será indispensable combinar capacidades de distinta índole: unas para operar los puertos, pistas aéreas y ferrocarriles, otras para los vitales complementos administrativos, publicitarios y demás relaciones comerciales. Las instituciones armadas que actualmente trabajan en finiquitar la estructura básica podrán seguir al mando de la operación. Pero necesitarán asociados que, al mando o de manera externa, aporten lo conducente para una administración eficiente. La logística se transforma, entonces, en una especialidad que exige ser parte constitutiva del tinglado total. 

La presente administración llegará, sin duda alguna, a concluir el armazón básico, tal y como se ha prometido hacer. Quedará para la siguiente la etapa el complemento para su feliz desarrollo. 

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