“Mas si osare un extraño enemigo
Profanar con su planta tu suelo,
Piensa ¡oh Patria querida!
que el cielo un soldado
en cada hijo te dio,
un soldado en cada hijo te dio.”
Estrofa del Himno Nacional de México
Francisco González Bocanegra
Jaime Nuno
1853
En el gobierno de la última ocasión que acudía a la presidencia Antonio López de Santa Anna en el año de 1853, se convocó al público en general para la composición del himno nacional, del cual el ganador fue en la letra Francisco González Bocanegra que apenas contaba con 29 años de edad y en la música, el español Jaime Nuno, músico protegido por el propio presidente de la nación.
La primera ocasión que se entonó el himno, fue en los festejos de septiembre de la independencia en 1854, la estrofa que se encuentra al inicio de estos comentarios corresponde a la batalla que los mexicanos deben idealmente de oponer a los extranjeros. Basta con recordar que, en el siglo XIX, la historia de México fue la historia de las invasiones. España intentando recobrar la Nueva España, Francia para expandir su imperio al igual que Inglaterra, desde luego, las invasiones y apropiaciones de territorios por parte de Estados Unidos de América, incluso, las independencias temporales de Yucatán, Tamaulipas, y la invasión del ejercito de Guatemala, pero sobre todo, la propuesta de los conservadores, entre ellos, Santa Anna de proponer a algún miembro de la realeza europea para gobernar nuestra nación, esto ante la falta de madurez de los mexicanos de gobernarnos por nosotros mismos, es decir, el origen del denominado malinchismo.
En la historia de México, siempre ha sobresalido el malinchismo, que consiste en asumir que, lo extranjero es mejor que lo nacional, en mercancías, personas e ideas, a lo que le ocupó un buen análisis al escritor mexicano Octavio Paz en su extraordinario libro: “El laberinto de la soledad”.
Pasa el tiempo y seguimos con ese mismo malinchismo, primero organizando en Puebla en uno de los mejores sitios para conferencias, que dicho sea de paso, ha sido desaprovechado por los gobiernos que han pasado por esta entidad, la denominada “ciudad de las ideas”, que todo da a entender que no es otra cosa que un desperdicio y derroche de recursos, en donde acuden conferencistas extranjeros de segundo nivel cobijados en ocasiones por figuras extranjeras. Alguna vez acudió a ese evento el profesor norteamericano Noam Chomsky, que su breve participación no fue otra cosa que un desperdicio de contar con ese personaje en Puebla y no haber aprovechado su estancia.
En este mes de marzo de 2024, le correspondió para “la ciudad de las ideas”, acudir a varios personajes, para variar extranjeros, que dan mini-conferencias en donde la población, los estudiantes y profesores de a pie poblanos estamos imposibilitados para acceder. Entre los conferencistas que acudieron recientemente estuvo Francis Fukuyama, el politólogo norteamericano de la emblemática conferencia de 1989 respecto a la caída del bloque comunista, uno más desaprovechado en su estancia en Puebla.
Pero, lo que si causó revuelo en esta ocasión de la ciudad de las ideas, fue la conferencia de una española que nadie conocía en México y que vino a criticar al gobierno mexicano, lo cual es una muestra más del malinchismo que subsiste desde los tiempos de nuestra independencia.
Si la crítica a nuestro gobierno, a nuestras instituciones, la hace cualquier nacional, esto pasa a segundo término, es intrascendente, nadie lo escucha, pero resulta que, si lo hace un extranjero, cualquier extranjero, como sucedió con la conferencista española de la ciudad de las ideas, causa revuelo, ahora fue principalmente, por el titular de la administración publica federal quien se sobresalto por esa conferencia, como si en esa disertación se estuviera descubriendo el hilo negro, el agua tibia o la ley de la gravedad, cuando concienzudamente se puede deducir que, sus críticas sobre el gobierno federal actual, no son otra cosa más que obtenidas de la academia estandarizada sobre temas de democracia y política, es decir, no se trata de grandes teorías, ideas innovadoras, sino que simplemente se trató de comentarios que cualquier ciudadano mexicano con sentido común, pudo sostener en esa conferencia, e incluso, de mejor forma que la española, lo cual es vergonzoso para los tiempos en que vivimos en este país, pareciera que el malinchismo no se ha perdido por el paso de las décadas, lo peor es que, subsiste desde el titular de la administración pública federal al darle demasiada importancia a una conferencia que no descubrió nada, como desafortunadamente sucede en estos eventos denominados: “la ciudad de las ideas”. (Web: parmenasradio.org)