En el estudio Situación de Salud en la Cuenca del Alto Atoyac, elaborado por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), la Universidad Iberoamericana de Puebla y el Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente, Xabier Gorostiaga se revela que en Puebla y Tlaxcala las enfermedades crónicas no transmisibles han aumentado significativamente y son responsables de 76% de todas las defunciones por no haber sido atendidas eficazmente.
El estudio explica que las enfermedades crónicas no transmisibles se pueden desarrollar a través de la inhalación, ingestión y contacto dérmico prolongado de diversas sustancias o elementos químicos presentes en el aire, agua, suelo.
También señala que el deterioro de la salud entre los habitantes de la cuenca se ha incrementado no solo en personas de la tercera edad, sino también en niños y adolescentes y está relacionado con la emisión, el vertido de contaminantes y el uso de plaguicidas sintéticos en el territorio.
Las principales causas de muerte en la población del Alto Atoyac según los rangos de edad son: dificultad respiratoria y malformaciones congénitas del corazón en recién nacidos; leucemia linfoide, parálisis cerebral, insuficiencia renal crónica, malformaciones congénitas del corazón e hidrocefalia congénita en la infancia y en la adolescencia.
Según el reporte de las instituciones el número de industrias en la Cuenca del Alto Atoyac se incrementó en 20 por ciento de 2010 a 2020. Existen en la actualidad mil 587 industrias pequeñas, medianas y grandes en la cuenca, las cuales junto a las microempresas suman 26 mil 586 según el directorio estadístico de unidades económicas, de las cuales 76 por ciento se encuentran en Puebla.
Por otra parte, en la cápsula informativa “Situación Medioambiental en la Cuenca del Alto Atoyac, se señala que menos de 30 por ciento de las industrias medianas y grandes en Puebla y Tlaxcala, reporta sus contaminantes al Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Además, 61 por ciento de los municipios descarga sus aguas directamente a los ríos sin ser previamente tratadas ya que no tienen plantas de tratamiento, lo que provoca que en la presa de Valsequillo, donde descargan los ríos, se encuentren desechos sólidos compuestos de fósforo y nitrógeno, así como bacterias de origen fecal, lo cual representa un riesgo para la salud, considerando que es utilizado para el riego agrícola.
El estudio refuerza y aporta sobre la grave problemática presente en la Cuenca del Alto Atoyac, contribuyendo a los diagnósticos que ya se han realizado y a las denuncias que organizaciones civiles han realizado por afectaciones a la salud de la población. Ahora faltan las acciones institucionales para modificar esta situación, donde la legislación vigente se cumpla y empresas y municipios asuman su responsabilidad de sanear las aguas residuales y reducir la emisión, porque de ello depende la salud y la vida de la población.