Para el sábado 28 de mayo, el músico asentado y formado en Puebla, Mario Mejía Hernández (Michoacán, 30 de agosto de 1993) estrenará una obra para orquesta en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) de la UNAM, dedicada a la vaquita marina, una especie endémica de México en peligro de extinción.
La obra Lágrimas de mar, indica el actual alumno de décimo semestre de la licenciatura en Música en la UAP, quien durante tres años consecutivos ha sido ganador de la presea alumno destacado que entrega la misma universidad, se inserta en la convocatoria del Festival Aleph que este año se centró en torno al medio ambiente y el papel del ser humano frente al cambio climático.
Forma parte además de la Cátedra extraordinaria Arturo Márquez convocada por la UNAM, del cual forma parte este 2022 dirigida por el reconocido compositor mexicano Arturo Márquez. “Elegí el tema de la vaquita marina, un mamífero acuático que está muy en riesgo, pues se estima que hay de ocho a 10 ejemplares en el alto Golfo de California. Decidí que fuera mi tema central, para hacer visible esta problemática a través de la música”. Abunda que Lágrimas de mar es una visión de lo que sería el hecho que faltara esa especie, la tristeza que debería consternar a todos los mexicanos, que frente a nuestros ojos en este siglo se perdiera una especie endémica de México.
La obra, dice el intérprete de piano durante una entrevista, es abstracta, con sonidos etéreos que refieren a algo marino, con melodías marinas, pensada para orquesta e instrumentos que conversan en un ámbito acuático: voces del llanto del mar, de la vaquita marina, en sonidos que se van diluyendo para dar la idea de cómo desaparece la vida. “Nació cuando leí una pequeña frase: me imagino la última vaquita marina, buscando a los suyos, y que nadie responda. Es algo dramático, por lo que la obra llama a ponernos a nosotros y a los músicos, en el lugar de la especie”.
Para Mario Mejía, quien ha sido cuatro veces becario del Programa de Apoyo a la Docencia, Investigación y Difusión de las Artes del Centro Nacional de las Artes, como músico sabe que es imposible desconectarse del mundo y pensar que no sucede algo. En esa lógica, y platicando con Arturo Márquez, supo que era un tema social complicado. “Me dijo que tenía que decir lo que sentía y visibilizarlo con la música”. Acotó que con esa obra, por tanto, se llama a tener conciencia al público, quien podrá recibir la pieza “de manera muy natural”.
En ese sentido, considera que su obra está pensada para hacer una conexión entre compositor, música y pública, para que se entienda el mensaje.
“No he llegado a un lugar, en la composición siempre es un camino. Me ha gustado practicar con los sonidos mexicanos. Voy encaminado a la idea de una música más cercana al público: que todos puedan entender, sentir. Ahora la composición es muy abierta”, define el compositor ganador en 2019 del primer lugar del Concurso de Composición Arturo Márquez con la obra Animecha Kejtzitakua, que describe como un canto al pueblo Purhepecha, una obra que suma colores, sabores y sonoridades de una de las tradiciones más importantes del pueblo michoacano: La noche de las ánimas.
En la música, dijo Mario Mejía, hay que echar mano de varias academias. Si bien reconoce que la UAP lo ha apoyado desde sus inicios, sabe que es esencial, en el camino, picar piedra y convivir con otras instituciones como lo hace ahora en la UNAM.
Lágrimas de mar, resalta el también merecedor del primer lugar del concurso de composición Reimaginar el futuro convocado por la UNICEF en 2021, es la primera de las dos obras para orquesta que resultarán de la Cátedra extraordinaria Arturo Márquez. La otra, será una obra para la orquesta Universitaria Eduardo Mata que se estrenará, quizá en 2023, en la Sala Nezahualcoyotl, uno de los escenarios más importantes del país.
Para escuchar la propuesta del compositor se puede buscar su canal en YouTube, así como en Facebook, como Mario Mejía Hernández.