Madres de pacientes del Hospital para el Niño Poblano (HNP) denuncian que es frecuente el desabasto de medicamentos en ese nosocomio, desde los más básicos, como paracetamol, hasta los especializados para el tratamiento de enfermedades como cáncer; además señalan malos tratos por parte de vigilantes y en ocasiones también de personal de salud, incluyendo al director Sergio Jiménez Céspedes.
En entrevista con La Jornada de Oriente y pidiendo la gracia del anonimato, comentaron que en todos las áreas del nosocomio han varias carencias, al grado que las enfermeras tienen limitadas las jeringas.
Pero específicamente en oncología, indicaron, hay varios niños a los que los han regresado porque no hay lo disponible para sus quimioterapias o los tienen hospitalizados varios días en espera de que llegue lo necesario para seguir su tratamiento.
“Es muy triste la situación, no nada más para el departamento de Oncología, para el departamento de Cardio, de Nefro, en todos es la misma situación. Las enfermeras nos dicen: es que ahora tenemos que ahorrar hasta en las jeringas, usar lo menos posible de material porque no lo hay. Puede haber retrasos por casetas cerradas o tráfico o accidentes, pero pedimos nosotros que apoye nuestro gobierno, que se pongan la manita en el corazón para que nuestros chiquitos sigan recibiendo su tratamiento en tiempo y forma, que nuestra canasta básica en medicamentos ya no escasee”, comentó una de las madres.
Otra más añadió que en cada receta que expiden a su hijo, que lleva más de seis años con tratamiento oncológico, no le surten por lo menos un medicamento y para pagarlo por su cuenta ha tenido que desembolsar hasta mil pesos.
Las madres además comentaron que no se les permite ingresar cobijas para sus hijos ni tampoco chamarras grandes a los padres, pese al frío que se llega a sentir al interior del inmueble, lo cual antes sí estaba autorizado, pero además refieren que los vigilantes han llegado al grado de arrebatarles las prendas.
Añadieron que ocasiones las pueden dejar en estantes que se encuentran afuera del nosocomio, pero es recurrente que en esta temporada de lluvias su ropa se moje y se eche a perder.
“Antes nos dejaban pasar nuestra bolsa, nos piden ahora bolsas transparentes y aunque se haga así (nos dicen): no se puede pasar; aunque sea una prenda para el papá. Varios papás me dicen: es que me lo arrebataron las policías, son bien groseras”.
Las madres de familia añadieron que esta inflexibilidad comenzó a partir del arribo de Sergio Jiménez Céspedes a la dirección del hospital, pero en el último mes se recrudeció
También sostuvieron que cuando algunos padres o madres han acudido a quejarse con él, las represalias son contra los menores, puesto que les cambian las citas o tardan mucho en atenderlos cuando están en el nosocomio.
Quienes han platicado con el directivo, añadieron, reciben malos tratos: “Sus contestaciones es como si no le importara nada de ahí, como solo ver su beneficio y que nos hace sentir como culpables, como si no nos importaran nuestros menores… Con una mamá era muy grosero y lo pudimos ver porque estaba al lado de nosotros y podían atender a todos los niños, menos a él”, relataron.
Las madres urgieron a que el gobierno del estado garantice a los pacientes el abasto de medicamentos, pero también que se mejore el trato tanto para ellos como para sus cuidadores, tomando en cuenta que varios de estos últimos pasan varios días dentro o fuera del hospital, en condiciones precarias.