Luce la dignidad como su mejor vestuario. Dice que por ingenuidad, cuando niño, no se dio cuenta que su tipo físico de rasgos indígenas, –hijo de campesinos de Santa Isabel, Cholula, Puebla, con 1.70 metros de estatura–, provocara racismo. Confiesa: “Nunca pasó por mi persona el racismo; nunca me di cuenta que alguien me menospreciara. Por el contrario, fue y es mi fortaleza”. Su pasión: la danza folklórica. Con ocho años de edad sus padres tuvieron serias dudas que eso le fuera a dar de comer, pero a él no le importaba comer, le importaba bailar y seguir bailando, ¡sin terminar de bailar, nunca! Zapateaba con gran habilidad, era su placer, su gusto… y terminó siendo su don.
Sus rasgos indígenas le abrieron las puertas de la danza en el ámbito internacional. A los 16 años, entre miles de bailarines, fue elegido para formar parte de nueve parejas que representaron a México y lo hizo con gran gallardía. Siempre tuvo buena escuela, buena técnica, buen cuerpo, excelente habilidad y gran presencia: fue el mejor conchero, el mejor azteca, el mejor Cuauhtémoc; un gran charro, un gran mixteco. Las oportunidades las tomaba al vuelo. En 1986 lo invitaron a Francia y vestido de azteca causó furor por lo bien plantado, por su gran personalidad, por lucir las características majestuosas de un mexicano.
Su vida ha sido bailar y representar a todo personaje de rasgos indígenas que hay en el universo dancístico del folklor mexicano, y se posesiona tan vehementemente del papel, que al verlo se duda que haya sido poseído por el personaje. Tiene una presencia que impone en el escenario y fuera de él, ya que aún sin vestimenta dancística muestra con gran decoro de lo que está hecho. Es bailarín, ahora gran maestro, coreógrafo y gurú.
Inició su carrera en Puebla capital en la Casa de la Cultura. En 1973, en los Domingos Culturales, destacó como un gigante en el baile de los aztecas. Fue el Cuauhtémoc del carro alegórico con tanto hechizo que el público lo percibió embrujado. Uno de sus dones a los que se ha dedicado desde sus inicios es coser su propio vestuario, cuestión que lo ha hecho único en sus diseños, y lo ha legado a sus alumnos de su Escuela Superior de Danza Folklórica Mexicana C’Acatl, primera escuela en el país que otorga el título de bailarín folklórico con cédula profesional, mucho antes que Bellas Artes.
Esta profunda e intensa trayectoria de casi 60 años, se coronará majestuosamente con la inauguración, a las ocho horas, del Complejo Cultural Vidal Calvario Tepox en Santa Isabel Cholula, Puebla, el próximo sábado 18 de mayo, presentando la 1ra Feria Nacional de Folklore con más de 30 grupos dancísticos, nacionales e internacionales, de las 10 a las 21 horas.
Maestro Vidal Calvario Tepox: Gracias por poner tan en alto el nombre de México, de Puebla y de Santa Isabel, Cholula. Nos honra su persona, su trayectoria, su origen. Propongo se rebautice su lugar de nacimiento, al que galardona hoy con este magnífico Complejo Cultural y su magno evento, con el nombre de Santa Isabel de Vidal, Cholula, Puebla. Solo así estaremos a su nivel.