Lidia Elena R. era una mujer de 71 años de edad, de profesión maestra en retiro, que fue asesinada, presuntamente por su único hijo, un hombre de 34 años de edad identificado como Roberto Antonio R., quien posiblemente cometió el crimen bajo el influjo de alguna droga.
El crimen ocurrió en la vivienda de ambos, localizada en la colonia Reforma Sur, en donde el viernes pasado el supuesto asesino intentaba enterrar el cuerpo de su madre en el patio pero fue sorprendido por sus familiares.
El crimen conmocionó a los vecinos de Lidia Elena, pues la recuerdan como una mujer entregada a los demás pues en sus años de servicio enseñó a muchos de ellos a leer y a escribir, de forma gratuita, con el único objetivo de que salieran adelante.
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La ahora víctima tenía mucha cercanía son sus hermanos y sobrinos, por lo que a estos les pareció raro que no la vieran en el transcurso de la semana pasada, y entonces la fueron a buscar a su domicilio, ubicado en la calle 9 Poniente, entre 7 y 9 Sur, pero su hijo les respondía de forma evasiva que no estaba en el inmueble.
Fue así como el viernes los familiares decidieron entrar por la fuerza a la casa de Lidia, momento en el que descubrieron que Roberto Antonio cavaba una fosa en el jardín para enterrar el cuerpo de su madre, a quien previamente degolló.
Los familiares dieron aviso a las autoridades por lo que al inmueble llegaron agentes de seguridad municipales y estatales, quienes corroboraron que en el patio se encontraba el cuerpo sin vida de Lidia Elena, el cual ya se encontraba en estado de descomposición.
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Los policías procedieron a detener a Roberto Antonio, quien fue puesto a disposición de un agente del Ministerio Público. En tanto que agentes de la Fiscalía General del Estado (FGE) tomaron conocimiento del caso y abrieron una carpeta de investigación para esclarecerlo.
De acuerdo con una versión extra oficial, el hombre habría cometido el crimen bajo el influjo de alguna droga.
Los vecinos reiteraron que la mujer era muy respetada en su colonia, pues todos sus vecinos recuerdan que enseñaba a leer y a escribir a quien lo necesitara, incluso señalaron que en alguna temporada acudió al penal de San Miguel para impartir clases a los internos como parte de un programa de reinserción.