Nacido el 12 de diciembre de 1938 en Atoyac de Álvarez, Guerrero, Lucio Cabañas Barrientos, profesor y líder social, luchó contra las injusticias del gobierno mexicano de la década de 1970, que utilizó la violencia política contra los grupos disidentes, lo que negó la posibilidad de que los ciudadanos participaran democráticamente.
Creció en el seno de una familia campesina. Su abuelo paterno fue zapatista y su tío Pablo participó en la Guerrilla de los hermanos Vidales en 1920, lucha que se opuso al grupo delahuertista, el cual sirvió a intereses capitalistas que pretendieron dominar el gobierno a través de la imposición de incondicionales en los altos cargos de la administración nacional.
Cursó su educación básica en el Cayaco, Acapulco, y su educación secundaria en la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, en Ayotzinapa, lugar en el fue dirigente estudiantil y Secretario General de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México.
Ingresó a la Asociación Cívica Guerrerense (ACG), agrupación política originada en 1959, cuyo vicepresidente fue Genaro Vázquez Rojas, para oponerse al gobierno del general, y al entonces gobernador de Guerrero, Raúl Caballero Aburto, responsable de la matanza estudiantil de Chilpancingo el 30 de diciembre de 1960. Lucio se graduó como normalista a los 24 años, en 1963.
Ejerció su profesión como maestro rural en Mezcaltepec, municipio de Atoyac. Ahí, encabezó las protestas de los ejidatarios contra Silvicultora Industrial S. de R.L, la cual taló inmoderadamente los bosques sin dejar algún beneficio a la comunidad. Este hecho hizo que fuera transferido a la escuela Modesto Alarcón de Atoyac. Pero no se retiró de la lucha agraria.
En 18 de mayo de 1967 ,la Sociedad de Padres de Familia de la escuela primaria Juan N. Álvarez, en Guerrero, encabezada por Lucio Cabañas, realizó una protesta pidiendo que destituyeran a la directora de la escuela, Julia Paco Piza, quien exigió uniformes a los alumnos, pero esto no fue posible porque las familias de los pequeños no tenían dinero ni para garantizar sus necesidades básicas. La directora, además de exigir cooperaciones, impuso castigos a las familias que no accedieron a cumplir la petición.
Fue entonces cuando la policía judicial, bajo las órdenes del gobernador Raymundo Abarca Alarcón, llegó a disolver el mitin y dispararon en contra de los padres de familia, quitándoles la vida a cinco de ellos e hiriendo a tres más.
Luego de este trágico hecho, Cabañas escapó a la sierra, donde fundó el Partido de los Pobres (PDLP), organización que tuvo como miembros a luchadores agraristas, veteranos de la Revolución mexicana, profesores que pertenecieron al Movimiento Revolucionario del Magisterio (MRM), estudiantes, campesinos de la Central Campesina Independiente (CCI) y militantes de la Juventud Comunista del Partido Comunista Mexicano (PCM). “Los ricos tenían el partido del PRI”, dijo Cabañas, por ello fue importante tener un partido que defendiera a los más necesitados.
El PRI y los caciques también se legitimaron en la masculinidad hegemónica; sin embargo, Cabañas tuvo conciencia de que las mujeres y los hombres guardan una relación de igualdad; buscó combatir la extrema violencia hacia ellas.
En esa época de México, también llamada Guerra Sucia (1950- finales de 1990), el gobierno utilizó al Ejército para llevar a cabo diversas operaciones que capturaron a los líderes guerrilleros. Algunos soldados y jefes militares se involucraron en casos de detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y violaciones a los derechos humanos. La Asociación Cívica Guerrerense, organización precedente al PDLP, sufrió la represión, el encarcelamiento y la estigmatización social del gobierno y de la prensa oficial que difamaron a estos luchadores sociales como “delincuentes”.
Justicia para los pobres
En 1970, se creó la Brigada Campesina de Ajusticiamiento (BCA) como apoyo del Partido de los Pobres. Fue el primer grupo guerrillero revolucionario que logró atacar exitosamente las fuerzas armadas, hecho que inspiró a la juventud del país que comenzó a organizar guerrillas urbanas.
Cabañas se dedicó a ir de comunidad en comunidad para dialogar con los campesinos y convencerlos de que podían encontrar justicia ante las décadas de los abusos sufridos. También hizo “expropiaciones”, término que usan los guerrilleros cuando despojan de los bienes materiales a los ricos para favorecer la lucha armada.
Para 1974, los operativos anti guerrilla se intensificaron. El 30 de noviembre de ese año, murieron 17 rebeldes en un enfrentamiento con el ejército, y el 2 de diciembre, el general José Hermenegildo Cuenca Díaz, secretario de la Defensa Nacional, fue informado de que, en la selva cafetalera El Otatal, Guerrero, Lucio, junto con 3 personas más, fueron asesinados por varios grupos militares, en tanto que el ejército sufrió dos bajas. Fue sepultado en el panteón municipal de Atoyac de Álvarez.
Las hazañas de Cabañas no fueron sólo parte de un conflicto armado, sino que se vincularon con una visión de cambio estructural que contempló la redistribución de las tierras, la justicia para los pueblos originarios y el fin de la explotación laboral. Además de los ataques contra las fuerzas represivas del gobierno, la BCA buscó una forma de organización popular que promoviera la solidaridad y resistencia frente al Estado.
El Estado calificó a los guerrilleros, como Lucio Cabañas, como terroristas para desvirtuar la esencia del movimiento, pero hay que saber, como ya lo dijo J. J. Morales Hernández en su obra Noche y Neblina, que, “desde el punto de vista criminológico, el terrorista busca imponer su pavor, el guerrillero seguridad y confianza; el terrorista no crea nada, solo destruye sin prospección de futuro; en cambio, el guerrillero es siempre un hombre abierto a la esperanza y cuando utiliza la brutalidad o tortura es que la revolución se ha perdido.”
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