Miguel López Vega, el ambientalista que fue preso político por defender el río Metlapanapa de la contaminación que le generan las fábricas del Parque Industrial de Huejotzingo, enfrentará este viernes la última audiencia en el juicio que le iniciaron por una protesta pacífica que fue reprimida por la Guardia Nacional y otras corporaciones de fuerza pública.
López Vega fue encarcelado durante cinco días –del 24 al 29 de enero de 2020– y su libertad se logró por la movilización y protestas que decenas de organizaciones locales, nacionales e internacionales realizaron para exigir que no se le criminalizara.
El caso de Miguel López Vega y el de su compañero de lucha, Alejandro Torres Chocolatl –también perseguido político por la misma causa–, son representativos del entramado de complicidades del que participan empresas privadas, autoridades estatales, municipales y, en algunos casos, hasta federales, en contubernio con el Poder Judicial, para reprimir con penas corporales a los individuos y grupos organizados de la sociedad que defienden pacíficamente sus derechos y pugnan por el respeto a los recursos naturales.
En el caso de Torres Chocolatl, el año pasado quedó libre de cualquier acusación y hoy se espera que López Vega corra la misma suerte, lo cual no solo demuestra que ambos fueron siempre inocentes, sino que la solidaridad entre movimientos y organizaciones hermanados por luchas similares y enemigos comunes es efectiva y debe procurarse para bien de los pueblos y del medio ambiente.