Atlixco. Un grupo de familias de Acatlán de Osorio, radicadas en este municipio desde hace más de un lustro, emprendieron un proyecto social con el fin de difundir y preservar la danza de los Tecuanes.
Durante una entrevista con La Jornada de Oriente en los andadores del centro de convenciones local, los padres de familia admitieron que los niños son los más entusiastas al grado de contagiarlos a bailar de manera conjunta.
El arranque
Orgullo Acateco Atlixco (OAA), compartió Yoselin Antonio Lengua, vocera de la organización, nació precisamente de una familia de Acatlán de Osorio bajo la premisa de conservar sus tradiciones y cultura al trasladarse a radicar a este lugar.
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“Arrancó con dos pequeños hermanos de apellido Sánchez Antonio y con la iniciativa y motivación del maestro Santiago, encargado de dirigir la danza de los Tecuanes en esa parte de la mixteca poblana”.
Explicó en un principio era algo así como un club únicamente para familias acatecas domiciliadas aquí. Y después, luego de una convocatoria abierta, se unieron muchos atliscenses con gran amor a ese baile.
Contó mucho esfuerzo hacerse de más integrantes especialmente por el precio de los trajes los cuales alcanzan mínimo entre 2 y 3 mil pesos. Esto sin olvidar el valor de algo esencial como las máscaras. Y sinceramente muy pocos quieren o pueden invertir en eso.
“Sobre todo porque, y es un hecho, no existe una retribución o regreso económico. Las presentaciones desde luego no se cobran. Es más por la pasión, el orgullo y gusto de hacerlo para nuestro protector: San Rafael”, subrayó.
Las cartas y peticiones raras
Durante los últimos dos años los Reyes Magos al llegar a esta ciudad encontraron solicitudes muy raras en las cartas de los conocidos como pequeños Tecuanes atliscenses.
“Querían, en lugar de juguetes, máscaras, trajes, flautas, tambores y todo objeto relacionado con esa actividad. De plano pusieron a correr a esos seres divinos. Esa es una manera de demostrar su entusiasmo y fervor por esto”, afirmó Antonio.
Son casi las ocho de la noche y el viento y la lluvia acechan reciamente. Pero casi el grupo está completo no sólo para hablar con este diario. También para su ensayo general.
“Cuando el centro de convenciones no está ocupado, es todo nuestro. Aunque a veces andamos en busca de una sede para hacerlo sin problemas”, destacó la mujer morena.
El sonido característico de la danza de los Tecuanes, proveniente de la pequeña bocina, retumba en las largas, vacías y huecas paredes. Los pequeños se mueven solos a su ritmo y convicción. Y los padres, inevitablemente, son atraídos por los hijos y bailan. “Es una sensación inigualable e inexplicable para ayudar también a la cohesión social”, confesaron.