Todavía no llegamos al 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, pero ya la clase política del anterior sexenio hace reclamos: los están atacando sin razón y desmedidamente. Algo que hará, indudablemente, que suba la popularidad de López Obrador, no obstante que en los últimos días ha cometido errores crasos como el avalar la Ley Garrote de Tabasco o sugerir que la economía se maneja desde Palacio Nacional. Desplantes nada correctos.
Pero no obstante sus deslices, encontramos a tres personajes que ahora resultan unas beatíficas personas: Alonso Ancira, Emilio Lozoya y Rosario Robles. Únicamente falta que Carlos Romero Deschamps se diga un alma pura.
Ancira dijo en España que no debe ser extraditado a México, pues no es delincuente sino un perseguido político. Lozoya lejos de presentar su video donde acusaría a Videgaray y Peña Nieto de las transas en Pemex, señaló que las acusaciones en su contra son “un acto cobarde y sin fundamento” (Animal Político, 30 de julio). Y la señora Robles afirma que el desempolvar la Estafa Maestra resulta una “Flagrante violación a mis derechos” (El País, ídem). Por cierto, el ex líder del STPRM ya está sin defensa legal, pudiendo ser detenido en cualquier momento.
En el caso de Alonso Ancira, el que determinará su regreso a México, es el Juez español Pedraz, quien está al tanto de la fortuna ilícita de Juan Collado en Andorra, país donde también invirtió millones de dólares Alfredo del Mazo, el gobernador del estado de México. Cruce de caminos inesperado.
El 19 de abril de 2013 inició la Cruzada Nacional Contra el Hambre, que al decir de EPN culminaría en 2018 con: Cero Hambre. La encargada de tal misión fue Rosario Robles Berlanga, antigua utraizquierdista, luego cuauhtemista, después ahumadista (por su relación sentimental con el argentino Carlos Ahumada) y actualmente priista.
El 27 de octubre de 2017 la Auditoría Superior de la Federación (ASF) presentó una primera denuncia ante la Procuraduría General de la República (PGR) debido a desviaciones en la famosa Cruzada. El 23 de octubre de 2018 una segunda, por las mismas causas aunque con otros participantes. En total 32 denuncias penales por maniobras irregulares.
En la famosa Estafa Maestra se descaminaron 7, 760 millones de pesos del objetivo, y se dieron a universidades nacionales, empresas fantasmas, compañías inexistentes, publicaciones de la prensa sin fundamento, proveedores fachada, subcontratación y triangulación de recursos, los cuales fueron a parar a China, Pakistán, Israel y Nueva York, entre otros destinos.
Entre los participantes estuvieron la Radio y Televisión de Hidalgo y el Sistema Quintanarroense de Comunicación Social (La historia de un desastre de Roberto Rock, Grijalbo).
Para Muna Dora Buchahin, quien era directora general de Asuntos Forenses de la ASF, aparte de los documentos había que investigar de abajo para arriba, con el objeto de recabar los testimonios de a quienes les hicieron llevar a cabo esa tropelía mayúscula contra todos, pero especialmente en perjuicio de los más necesitados.
Según un funcionario universitario de altos niveles, a los rectores de muchas casas de estudio se les llamaba y ofrecían decenas de millones de pesos por realizar la operación. Muchos se negaron pero otros como en las mencionadas entidades y en Morelos y el estado de México aceptaron entrarle al enjuague.
No se olvide que en abril de 2013 en Chiapas, al arranque de la Cruzada, y acusada Rosario que en Veracruz usó programas sociales para objetivos políticos y electorales, Enrique Peña Nieto sentenció: “No te preocupes, Rosario”, hay ataques pero nosotros acabaremos con el hambre (El Universal, 30 de julio).
Otros implicados en el asunto son el oficial mayor en Sedesol y Sedatu, ligado a Rosario, Emilio Zebadúa- para algunos el maquinador de las operaciones-, y el caballerango de ella, Ramón Sosamontes.
@jamelendez44