2025 será año en que varias fuerzas políticas buscarán su registro legal como partidos políticos, en un proceso que iniciará desde ese próximo mes de enero, es decir, ya, prácticamente, está en puerta el inicio del proceso. Otra cosa es que lo logren. Muchos de quienes intentarán dar ese paso, pretenden ocupar un espacio en la endeble oposición al partido gobernante, dígase Morena, que, por cierto, pretende llegar prontamente a los diez millones de afiliados, conforme lo ha manifestado su dirigente nacional Luis María Alcalde Luján.
En días pasados, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo había afirmado que los opositores cada vez son más chiquitos y, para colmo, se parecen a Miramón llamando a Maximiliano para gobernar México. Sobre todo, esta apreciación iba dirigida al PAN que, de acuerdo al registro que tiene el INE, conforme el artículo 10 de la Ley General de Partidos Políticos, a principios del año que concluye apenas contaba con 261 mil 580 afiliados, un porcentaje menor al que exige la citada ley para conservar el registro. No por nada han emprendido una campaña flexibilizada de afiliación.
En cuanto al PRI se refiere, aunque tiene una sobrada cifra de afiliados, sigue bajando su influencia y cobertura, gracias a un presidente nacional, Alito Moreno, que se ha encargado de irlo liquidándolo. No es casual que muchos analistas anticipen la pérdida de su registro en 2027, más si no concretan una alianza con Acción Nacional, que es lo más seguro que funcione.
Movimiento Ciudadano es un partido al cual no le ha ido mal, ha crecido aprovechando el gran número de chapulines llegados a su seno, refrendó Jalisco y Guadalajara, aunque haya perdido Monterrey. Sin embargo, todavía no alcanza a convertirse en la oposición real del régimen morenista.
Con este breve diagnóstico de los partidos con registro legal, sin anotar los casos de los aliados de Morena, dígase el PT y el Verde, es explicable porqué algunos promotores de nuevos partidos, ven la posibilidad de convertirse en verdaderos contrapesos al actual gobierno y ocupar el espacio de partidos aún con registro. Quizá hay muchos más, pero hasta ahora sólo conozco una media docena de partidos aspirantes.
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El primer caso es el de Cuarta República, promovida por el veracruzano Dr. Moreno Brizuela, ligado a Morena. Pero con dinámica propia. El segundo es el Frente Cívico Nacional, donde la cabeza visible es Guadalupe Acosta Naranjo y Fernando Belauzarán, viejos cuadros perredistas ligados en algún momento a Los Chuchos, de los cuales se deslindarían para formar el grupo de los Macabeos, promotores de la Ola Rosa y apoyadores de Xóchilt Gálvez. El tercero es la fuerza ultraderechista, más radical que el PAN, que impulsa el actor Eduardo Verástegui, ligado a Vox, Bolsonaro y Javier Milei. Ya se imaginarán por donde va. El cuarto son los propios Chuchos, quienes después de haber perdido el registro del PRD, pretenden recomponerse a partir de las trece entidades donde mantienen el registro, aunque en la Ciudad de México, quien dirige ese partido esté más ligada a Morena, con quien, incluso, ha hecho alianza en el Congreso de la Ciudad. Finalmente está el Partido del Socialismo Mexicano, dirigido por Camilo Valenzuela, fundado apenas el sábado 30 y domingo primero de diciembre, con menos de un centenar de asistentes, lo que anticiparía las dificultades para cumplir con los requisitos legales.
Un dato que acaba de dar a conocer el INE, es que, de 1991 a la fecha, 26 de institutos políticos han perdido su registro nacional como partidos, incluido el de la Revolución Democrática (PRD). Estemos entonces pendientes en lo que pasará el año entrante y después, en las elecciones del 2027.
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