El gobernador electo, Alejandro Armenta Mier, no esperó hasta septiembre, como lo había anunciado, para dar a conocer parte de su gabinete. El pasado lunes, dio a conocer a los primeros cuatro de quienes serán parte de su equipo de trabajo y es factible que, como lo hizo Claudia Sheinbaum, los vaya dando a conocer paulatinamente.
En este primer paquete ha tocado a quien será Secretario de Gobernador, Secretaría de Bienestar, Secretaría de Desarrollo Rural y el Instituto de los Pueblos Indígenas, quedando nombrados Samuel Aguilar Piña, Javier Aquino Limón, Ana Laura Altamirano y Apolonia Martínez, respectivamente. Los cuatro señalados, son cuadros políticos locales, si bien con experiencia en la materia de la cual recibieron el encargo, ninguno de ellos tiene rejuego nacional, salvo quizá Aguilar Pala, que ha estado ligado a Armenta Mier por más de tres lustros, que se dice fácil, pero es un trecho largo de andanzas juntos. De alguna manera también aparece similar la situación de Apolonia Martínez, hablante de la lengua náhuatl, quien sustituirá en el cargo a Rafael Bringas. Destaca el caso de Javier Aquino Limón y Ana Laura Altamirano, en tanto ambos provienen del gabinete del actual gobernador Salomón Céspedes Peregrina, en tanto el primero todavía funge como secretario de Gobernación y la segunda fue refrendada en la Secretaría de Desarrollo Rural, cargo que ocupa desde el periodo de Miguel Barbosa Huerta. Al igual que a nivel federal, conforme se vienen dando las cosas, el gobierno entrante garantizaría así la continuidad del proyecto de la 4T en Puebla, pero dándole su propio sello, aquel que le imprima el nuevo gobernante. Suponemos que ello se irá viendo conforme vaya redondeando su gabinete y definiendo lo que sería su Plan de Gobierno para los próximos seis años. Quedan poco más de cuatro meses de transición, para que el 14 de diciembre Armenta asuma la gubernatura, los cuales, al parecer, estarán calientes de acontecimientos políticos, algunos de ellos todavía asociados al proceso electoral que está a punto de concluir.
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Al respecto, para nuestros días son tres casos, que aún se litigan. Nos referimos a la crítica de la oposición al organismo electoral poblano, por no dar a conocer las actas de la elección del dos de junio pasado, acusándola de opacidad, cuando podían recurrir a las propias actas si quisieran aseverar o impugnar algo. Posiblemente, ello tiene que ver con el presunto traspaso de votos de Morena a Fuerza por México, a fin de que este partido local mantuviese su registro local, como aliado del partido mayoritario. El tercer caso es el fallo del tribunal electoral a favor del priista Néstor Camarillo, el cual provocó la inconformidad de Morena, que no lo considera candidato de origen indígena.
Estos hechos seguirán incidiendo en el clima político local, aunque hay otros temas no electorales, que también calentarán las cosas, como es la indebida criminalización para los dirigentes campesinos contra los abusos de Granjas Caroll, que al parecer tiene el apoyo de algunos funcionarios.
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