“El mariachi suena con alegre son.
Oye como alegre canta mi canción,
suena el arpa vieja… ¡ay, ay. ay!
suena el guitarrón… ¡ay, ay, ay!
y el violín se queja… ¡ay, ay, ay!”
lo mismo que yo”
“El mariachi”. Pepe Guízar, 1937
Quisiera saber qué mexicano no se regocija cuando llega tocando un mariachi a una celebración en la que se encuentra invitado. La estridencia de las trompetas opaca sobradamente a las cuerdas de violines, vihuelas, guitarras de golpe y guitarrón del conjunto. Pero la voz atronadora del cantante se alza con la interpretación de canciones bravías de la música vernácula mexicana, con lo cual se le pone a uno el cuero “chinito”, acompañado con borborigmos nacionalistas y digestivos, efectos respectivos del sentimiento y la comida de fritangas rociada con tequilas y “cheves”, todo lo cual produce el momento apoteósico de la “mexicana alegría”. Pero, pasada la media hora del folklórico machismo musical, la trompa de Eustaquio resiente el alto “decibelaje” de la interpretación y si a uno se le ocurre seguir la conversación con los contertulios deberá gritar para hacerse entender. Así, por un momento, se agradece cuando llega la pausa que sucede a la primera tanda y “los mariachis callan”.
El mariachi tradicional
Conviene distinguir dos tipos de mariachis. El más antiguo y la base de los demás, corresponde a aquellos músicos rurales que proceden de una amplia región del Occidente de México que comprende algunos territorios costeros de los estados de Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán y Guerrero, principalmente, cuya difusión ha sido básicamente regional. Estos grupos musicales están integrados por 4 o 5 músicos espontáneos los cuales, al principio del siglo xx todavía alternaban la música con labores del campo. Ellos están provistos de instrumentos de cuerda como guitarra de golpe[1], guitarrón, violín, vihuela, tal vez un arpa y tienen un repertorio local y tradicional que incluye diversos géneros musicales como vals, polka, danza, sones, jarabes; versiones naturalizadas de la tradición melódica española, más la parte rítmica de raíz africana y elementos mesoamericanos tanto rítmicos como melódicos. El grupo musical acompaña, frecuentemente, a parejas de bailadores que zapatean sobre un tablón, una tarima o una mesa de cantina.
Este es el mariachi original, el del pueblo, el depositario de una dilatada herencia cultural, el cual es desconocido y que tiende a desaparecer sustituido por la invención de una “identidad mariachera” alentada por el Estado nacional “…y la élite ayudados por los intelectuales orgánicos que conocemos con el apoyo de investigadores. Aunque cuestionables, han servido, a los músicos mariacheros, profesores de educación básica, folcloristas aficionados y a los públicos que gustan del mariachi, para tratar de “entender” el origen y desarrollo de esta tradición musical.” [2]
Quiero dejar claro que no hay nada más lejano a mi intención el tratar de exaltar al mariachi tradicional en menoscabo del mariachi moderno, ya que ambos son manifestaciones culturales de México y la aceptación propia e internacional de este último corresponde a una “tradición inventada”[3] y a una singular creatividad popular que, aparte de propósitos comerciales, tiene ya una presencia y lugar importantes en la identidad de los mexicanos y que ejecuta prácticamente todos los géneros musicales. En 2011 la unesco reconoció al mariachi como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y “…calificó la interpretación con mariachi como `una música tradicional y un elemento fundamental de la cultura mexicana, a través de la cual se transmiten valores, patrimonio, historia y diferentes lenguas indígenas´. Reconoció además las composiciones de este género, al mariachi mismo, su vestimenta y accesorios, como `ícono mundial´ y un `orgullo nacional”.[4]
El nombre de mariachi
Se ha difundido extensamente que el nombre “mariachi” procede de la palabra francesa mariage que significa matrimonio y se ofrece como argumento que durante la segunda intervención francesa en México (1862-1867) los soldados imperiales asentados en la región del Bajío amenizaban las fiestas matrimoniales con músicos locales y que, a partir de esto, el pueblo asignó el nombre castellanizado de mariachis a estos grupos musicales. En el artículo “El origen del mariachi” de Jean Meyer, publicado en la Revista Vuelta (1981), transcribe parte de una carta del cura Cosme Santa Anna, natural de Tepic, fechada en 1852, quien se queja ante la autoridad eclesiástica acerca de los desórdenes que ocurrieron durante la celebración de la Semana Santa en el pueblo costero de Rosamorada, Nayarit.
“Al acabarse los divinos oficios en mi Parroquia en el sábado de gloria encuentro que en la plaza y frente de la misma iglesia se hallan dos fandangos, una mesa de juego y hombres que a pie y a caballo andan gritando como furiosos en con secuencia del vino que beben y que aquello es ya un desorden muy lamentable: sé que esto es en todos los años en los días solemnísimos de la resurrección del Señor y solo que ya sabemos cuántos crímenes y ecsesos [sic] se cometen en estas diversiones, que generalmente se llaman por estos puntos mariachis […]”[5]
Esta referencia documental corresponde exactamente a una década anterior a la invasión del ejército francés y deja claro que la palabra no procede de la lengua gala. El doctor Jesús Jáuregui, antropólogo, es un conocedor del tema del mariachi que ha estudiado por más de cuarenta años y es autor de libros y numerosos artículos, manifiesta en relación a la carta mencionada:
“Se deduce, así, que el nombre de mariachi no era común en aquella época [1852] en el altiplano tepiqueñojalisciense, sino que era de uso generalizado sólo en la región costeña del actual Nayarit. De otra forma, el recién llegado cura de Rosamorada no hubiera hecho énfasis en precisar el significado de tal denominación: “…fandangos… que generalmente se llaman por estos puntos mariachis…”.Así,“…la palabra [mariachi] era, durante la segunda mitad del siglo xix, un término de uso eminentemente local, un regionalismo […] limitado a su región (la costa noroeste del país) y desconocido todavía para el resto de los mexicanos de aquel tiempo” [6]
Además, Jáuregui presenta numerosos testimonios acerca del uso de la palabra mariachi relacionados con ranchos de la región costera de Aztatlán, Nayarit durante el siglo xix llamados mariachis y documenta al menos un centenar de “fes de bautismo”, entierros, casamientos del periodo 1832-1843 con referencias a la procedencia de estas personas a dichos ranchos.[7] En conclusión, la palabra mariachi probablemente pertenezca a alguna de las lenguas amerindias de la región y designe algunas cosas, sugeridas por los testimonios documentales como: un árbol, la tarima sobre la que se baila, un fandango y un grupo musical.
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Mariachi moderno, urbano y con “mano de gato” campirano
Además de la abundante mitología mediática acerca de la “autenticidad” del origen del mariachi, del peculiar nombre, de la integración instrumental de los músicos, de su “género” musical y de otros asuntos relacionados, existen muchos estudios académicos y volvemos a acudir a los investigados por el doctor Jesús Jáuregui respecto del mariachi moderno y su evolución relativamente reciente en contextos urbanos. Al margen de sus habilidades musicales, el mariachi recibió el impulso de la corriente nacionalista en la capital del país y surgieron cantantes de diversas regiones de México interpretando canciones “del género `mariachi/ranchero´”[8] que cedieron su lugar a las típicas “canciones bravías” con interpretes que, a través de las películas, alcanzaron gran popularidad e instituyeron la “Época de Oro” del cine mexicano que traspuso las fronteras de nuestro país. “El parteaguas para la segunda y definitiva apropiación del mariachi por parte de Jalisco sucedió en 1925”[9].
A raíz del pleito entre el gobernador de Jalisco José Guadalupe Zuno y dos diputados federales de ese estado, quienes se hicieron publicidad en la ciudad de México con el “Mariachi de Concepción (Concho) Andrade”, se promovieron en los periódicos y por medio de emisiones radiales con los músicos —etiquetados como de Cocula, de acuerdo a Jáuregui— que llegaron hasta la misma residencia presidencial de Chapultepec debido a que el diputado Alfredo Romo era novio de la hija del presidente Plutarco Elías Calles, así los músicos recibieron la “bendición política de “El Turco”.
¿De Cocula es el mariachi y de Tecalitlán los sones?
Otro de los mitos difundidos alrededor del origen del mariachi es la pretensión de algunos de asegurar el sitio exacto donde tuvo lugar su nacimiento. Los partidarios de los provincialismos conservan el típico tono excluyente del nacionalismo, pero de los nacionalismos “chiquitos”. Defienden con uñas y dientes el sitio preciso donde el mariachi vio la luz primera y así se han formalizado muchas actas de nacimiento y fes de bautizo, validadas por las autoridades “competentes”, los curas de los diversos lugares y una caterva de cronistas güegüenches. Así, muchos mariachis de otros lugares incorporaron el nombre de Cocula o coculense para sus conjuntos con el propósito de acreditarse como originarios de la supuesta “cuna” del mariachi. Entre los académicos hay un consenso acerca del origen múltiple del mariachi y que, repito, corresponde a la región de Occidente. Sin embargo, los medios de comunicación masiva siguen difundiendo los estereotipos mexicanos que muchos “patrioteros” adoptan el 15 y el 16 de septiembre de cada año, disfrazándose de mexicanos y mexicanas, solo para esta ocasión, ¡porque es …cool!
El mariachi Vargas de Tecalitlán, aunque no de Cocula
El famoso Mariachi Vargas de Tecalitlán se inició en la pequeña localidad de Tecalitlán a finales del siglo xix. “El mariachi agrupado por Gaspar Vargas López en 1898 es en parte heredero de la tradición musical de su tío materno, Plácido Rebolledo, quien ya tenía un mariachi en Tecalitlán en 1840, y de su padre, Amado Vargas (1846-¿?), quien se inició como mariachero alrededor de 1865.”[10] Fue en sus orígenes un mariachi tradicional, de los del rumbo citado, por lo tanto era cordófono (violines, guitarra de golpe y arpa) y estuvo integrado por músicos que alternaban esa condición con las labores del campo y por lo tanto vestían con su ropa de manta y sombrero de palma. Tocaba en pueblos y rancherías cercanas a Tecalitlán y su fama creció y así fue invitado por las autoridades de su pueblo para tocar en las Fiestas Patrias de 1898.
El mariachi fue ascendiendo en la preferencia de los comarcanos y Gaspar Vargas introdujo un cornetín que no gustó en su momento y que presagió la incorporación de las trompetas características del mariachi en la actualidad. Después de algunas “tocadas” en ciudades cercanas y aun en alguna lejana, el Mariachi Vargas emigró a la ciudad de México y sus músicos se hicieron de tiempo completo; con la ayuda del General Lázaro Cárdenas al cual acompañaron en su campaña, se incorporan a la Orquesta Típica dirigida por don Miguel Lerdo de Tejada. La presencia de las trompetas en el mariachi —por primera vez en el Mariachi Tapatío con Jesús Salazar— ha significado un cambio radical de la música de mariachi y llegó para quedarse. Así, quedó marcada la diferencia de los mariachis originales “rascatripas” con el agregado de los “trompas de hule”.
Mariachis “…creced y multiplicaos” (Génesis 1:28-30)[11]
Ha sido tan grande la expansión del mariachi que se ha convertido en el símbolo musical de México y aparte de las giras que han emprendido algunos mariachis mexicanos, han surgido mariachis de todos colores y sabores en muchos países del mundo. En Japón hay un gusto por la música del mariachi y uno de los conjuntos orientales más reconocido es el del “Mariachi Samurai”[12], el “Mariachi Vargas de Bogotá”[13] es uno de los tantos mariachis colombianos, en Noruega actúa el Mariachi “Sol de Oslo”, el “Mariachi Guadalupe” de Polonia, el Mariachi “Flor de Toloache” de los Ángeles, eua; el Mariachi “Los Coyotes” de Cuba donde por cierto se realizó un curso de año y medio (2005-2006) para preparar a 120 jóvenes cubanos[14] en la ejecución de la música de mariachi; el “Mariachi Bronx de Nueva York, el Mariachi “Los caballeros de Croacia”[15], el “Mariachi Dos Águilas” de Frankfurt, Alemania, etc.[16]
En México algunas instituciones tienen sus propios conjuntos de mariachis como el Mariachi de la Policía Federal[17], el Mariachi de la Secretaría de Marina Armada de México[18], el Mariachi de la sedena[19]. Abundan los mariachis femeniles en México como el “Femenil Mariachi Puebla”, el “Mariachi Estrellas de Jalisco”, el “Mariachi Bonita es mi Tierra” de San Martín Texmelucan, el “Mariachi las Golondrinas” de León Guanajuato, el “Mariachi las Amazonas” de la Ciudad de México; pero también en otras latitudes hay mujeres que se dedican a tocar y cantar la música vernácula mexicana como el “Mariachi Las Adelitas” del Reino Unido[20], el “Mariachi Femenil Nuevo Tecalitlán”[21] y muchos otros mariachis más, inclusive conjuntos de niños.
El Tenampa en Garibaldi
Se dice que el grupo de mariachis de Justo Villa arribó por primera vez a la capital del país en el año de 1905. Al parecer el grupo de solo cuatro músicos participó en la fiesta que le fue ofrecida a Porfirio Díaz con motivo de su cumpleaños y en las Fiestas Patrias de ese mismo año. Es oportuno mencionar que por esas fechas se buscaba ya organizar las fiestas del Centenario de la Independencia y un fervoroso ambiente nacionalista invadía las grandes ciudades de México. En la Plaza de Garibaldi de la Ciudad de México, el señor Juan Indalecio Hernández fundó la Cantina Tenampa en 1925 e invitó al ya citado “Mariachi de Concho Andrade”, quien a su vez invitó al “Mariachi de Cirilo Marmolejo” para que los grupos alternaran en el interior y exterior del salón y así la modesta plaza situada al norte del centro histórico de México se convirtió en el centro de gravedad de lo mexicano con los mariachis ataviados como charros, cosa que los “auténticos charros” repudian, porque ellos son los custodios y practicantes del mal llamado “deporte nacional” que muy pocos mexicanos y mexicanas practican ya que solo está reservado para los “ricachones”.
Sin duda alguna el mariachi es el símbolo musical de México y por todo el mundo se distinguen sus interpretaciones como insignia de nuestro país. Se han ensayado diversas variaciones de la música, de la instrumentación y del atavío de estos grupos musicales mexicanos. No puedo dejar de mencionar la tradicional obra de Blas galindo “Sones de mariachi” que es, junto con “el Huapango de Moncayo”, las piezas musicales para orquesta inspiradas en sones jaliscienses, las cuales se encuentran en el repertorio de todas las orquestas sinfónicas mexicanas y no faltan en los ambientes “cultos” cercanos a las Fiestas Patrias. La escuela de mariachis “Ollin Yoliztli” (2012), ubicada en el callejón de la Amargura, tiene como objetivo formar profesionales en la música de mariachi y sus egresados ya forman parte de diversas agrupaciones mariacheras de México, reflejando mayor calidad en sus interpretaciones. En Jalisco existe un organismo llamado conasam (Comisión Nacional para la Salvaguarda del Mariachi) cuyas siglas coinciden con la “Comisión Nacional de los Salarios Mínimos” y también con la “Comisión Nacional de Salud Mental”, así que tenga cuidado cuando vaya en busca de música vernácula para llevar “gallo”, no sea que vaya usted a dar a otro lado.
Óigame, si llega un mariachi cuando ya ande usted medio “mariachi” aceptará sin chistar “El mariachi loco” de Román Palomar. Sabemos que no faltan algunos sujetos y sujetas “alternativos” que disfruten con entusiasmo el heavy metal mariachi de la banda “Metalachi”[22] de Los Ángeles, Estados Unidos, cuyos músicos mexicano-estadunidenses se presentan ataviados con atuendos semejantes a los personajes de la película “Piratas del Caribe” y se cuelgan hasta la “jaula del perico”. El día del mariachi se celebra el 21 de enero, pero muchos continúan con la tradición de festejar el 22 de noviembre, día de Santa Cecilia patrona de los músicos. Y así termino este texto en el momento exacto en el que… ¡los mariachis callaron!
¡Siii señor!
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[1] “La guitarra de golpe es un instrumento esencial en la música de mariachi, proporcionando un ritmo y armonía únicos que caracterizan a este género. A diferencia de la guitarra clásica, tiene un cuerpo más pequeño y una construcción que le permite tener un sonido más percusivo y robusto. Su papel es fundamental para mantener el compás y la base rítmica del conjunto.” [Consultado: febrero de 2024]. https://elnauta.com/cultura/2024/02/04/instrumentos-de-mariachi/
[2] Martínez Ayala, Jorge Amós. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Facultad de Historia. ¿De Cocula es el mariachi?… Mitos sobre el mariachi. Una breve revisión historiográfica y una propuesta desmitificadora. [Recurso digital, consultado: enero 2024]. https://www.academia.edu/43239550/_De_Cocula_es_el_mariachi_Mitos_sobre_el_mariachi_Una_breve_revisión_historiográfica_y_una_propuesta_desmitificadora
[3] Hobsbawm, Eric/ Terence Ranger (Eds.). La invención de la tradición. Barcelona: [Recurso digital consultado: julio 2023] https://arxiujosepserradell.cat/wp-content/uploads/2022/12/Hobsbawm-La-invención-de-la-tradición.pdf
[4] Paz Avendaño, Reyna Fonoteca Nacional resguarda primeras grabaciones de mariachi. Crónica. Cultura. Entrevista [Consultado el junio de 2024]. https://www.cronica.com.mx/cultura/fonoteca-nacional-resguarda-primeras-grabaciones-mariachi.html
[5] Meyer; Jean. El origen del mariachi. [Recurso digital consultado: noviembre 2022] https://www.facebook.com/coloquiodelmariachi/posts/jean-meyer-y-el-origen-del-mariachi/1452741754922050/?locale=es_LA
[6] Jáuregui, Jesús. “Immo pectore. Apostillas a El mariachi. [Recurso digital consultado: noviembre de 2022]. http://www.istor.cide.edu/archivos/num_34/dossier3.pdf
[7] Jáuregui, Jesús. ¿La palabra mariachi es un galicismo? El rancho Mariachi (1832 ¿1807?) plantea un reclamo de la tierra. [Recurso digital consultado marzo 2023]. https://revistas.inah.gob.mx/index.php/antropologia/article/download/17607/19055/38079
[8] Ibidem.
[9] Jáuregui, Jesús. “El mariachi. Símbolo musical de México.” En: Música oral del sur. Papeles del Festival de Música Española de Cádiz. 2012. [Recurso digital consultado: agosto de 2023] https://www.academia.edu/27818184/el_mariachi_simbolo_musical_de_mexico
[10] Jáuregui, Jesús. El Mariachi. Símbolo musical de México. México: Ed. inah/Conaculta/Taurus. 2007, 441 p.
[11] Mariachis en el mundo. https://www.plans.com.mx/mariachis-en-distintas-partes-del-mundo-y-las-versiones-mas-inusuales/
[12] “Mariachi Samurai” Interpreta Serenata Huasteca. https://youtu.be/pIvGGEvjjZ4
[13] “Mariachi Vargas de Bogotá”. https://youtu.be/6_yNb169Kqk
[14] Granma. Año 9 No. 173 (22 de junio de 2005) Aprenden cubanos música treadicional mexicana. [Recurso digital consultado: octubre 2023]
[15] Mariachis extranjeros. https://youtu.be/y2R5aQuRa2A?si=8BfW23QxyAZCdBix
[16] “Mariachi Dos Águilas”. https://youtu.be/genPyCWXpDc?si=EvB8w_rqYIlioxyE
[17] “Mariachi de la Policía Federal”. https://youtu.be/Bn0bwEXhlmw?si=nXmYrXu0w585eEL2
[18] “Mariachi de la semar” https://youtu.be/ld2N4J6eBks?si=wFsLfRcWlAsglIGv
[19] “Mariachi de la sedena”. https://youtu.be/Bn0bwEXhlmw?si=nXmYrXu0w585eEL2
[20] “Mariachi “Las Adelitas” del Reino Unido. https://youtu.be/FQ-klKuviRc?si=tkFspKL3EV8uTsRT
[21] “Mariachi Femenil Nuevo Tecalitlán”. https://es.laphil.com/musicdb/artists/6926/mariachi-femenil-nuevo-tecalitlan
[22] Metalachi: la peculiar banda que mezcla heavy metal con mariachi. [Recurso digital consultado en noviembre de 2023] https://mxcity.mx/2024/05/metalachi-la-peculiar-banda-que-mezcla-heavy-metal-con-mariachi/