Este año el llamado a que quienes visiten los 33 altares monumentales que se instalarán en Huaquechula es uno: que no los vean como una exposición de ofrendas sino como elementos de una tradición viva en la que lugareños forman y preservan un ritual, quizá uno de los más importantes del país, el de Día de muertos.
Desde el 28 de octubre y hasta el 2 de noviembre, con el recibimiento de un ánima –según la creencia- el día 28 que falleció a causa de un trágico accidente, así como dos más el 31 de octubre, en este caso dos menores fallecidos, y el resto el 1 de noviembre, el municipio se apuesta como “el lugar donde la tradición nunca muere”.
Durante una rueda de prensa, Silverio Reyes, director de Cultura y Turismo de Huaquechula, dijo que es el momento de recibir a quienes han partido, por lo que llamó a visitar los altares no viéndolos como una exposición, sino siendo parte de este ritual, en el que la gente echa mano de sus recursos económicos para recibir a los que se fueron, como un último acto de amor hacia sus seres queridos.
En este año, dijo, son 33 personas las fallecidas. La mayoría de ellas, dijo, arribarán el 1 de noviembre con el toque de las campañas a las 14 horas, momento que marca el arribo de su ánima para ser recibidos por sus familias, entre el olor de copal y el incienso, el agua bendita y las plegarias, y a veces hasta con lágrimas “algunas de emoción y otras porque nos duele su pérdida”.
A partir de ahí, expuso el funcionario municipal, el ánima será guiada hasta el altar, donde le ofrendarán lo que le gustaba en vida: hojaldras, el chocolate, dulces de alfeñique, así como los lloroncitos, esculturas de niños que con una mano tapan su rostro, como un ademán de secar sus lágrimas, mismos que representan a los deudos, a quienes han llorado la pérdida de un ser querido.
“Cada elemento del altar de Huaquechula tendrá un significado propio para la familia y para la comunidad. Más allá de una exposición, que no lo es, es un ritual que sigue vivo en la comunidad, que la gente ha mantenido por muchas generaciones y que ahora nosotros llamaos a que se hagan partícipe de la tradición”, confió Reyes.
En ese sentido, llamó a ser parte de dicha tradición respetándola en tiempos y espacios. La mejor forma, dijo, es llevar una vela o veladora para compartir luz con el ánima, que se entrega con el deudo diciendo: “una velita para el ánima bendita”, y obteniendo una respuesta: “que el ánima bendita interceda por ustedes”.
Todo este ritual, acotó Silverio Reyes, cobra fuerza porque es parte del calendario agrícola de la comunidad, con cosechas que comenzaron el 3 de mayo con la preparación de la tierra, siendo éste el momento de recogerlas para ser ofrendadas. “Días atrás llovió con gran fuerza y recordamos a las abuelas que quemaban palmas benditas y daban su oración a las ánimas”.
Para cerrar, dijo que la tradición también implica el compartir los alimentos, por lo que los altares oscilan entre los 30 mil y 60 mil pesos, pues no solo implica dar de comer a deudos y familiares, sino a los visitantes: mole en la comida y chocolate de agua por la noche. “La mayor parte de producción artesanal de Huaquechula tiene como base la tradición del culto a la muerte, es decir, a los altares monumentales”, acotó.
En ese sentido, Sergio Rojas, artesano altarero de Huaquechula, confió que esta celebración tiene un significado simbólico entre los habitantes, y si bien los visitantes lo ven como un espectáculo turístico, esto no es así, pues es una tradición a la que se suman las personas que perdieron a un ser querido. “Como artesano puedo mencionar que llevo 20 años trabajando en esto. Hace 20 años perdí a un ser querido, entonces buscamos a quienes montaran el altar y surgió el interés por aprender este arte que son las estructuras para dar vida a la celebración de día de muertos. Los altares tienen un costo llega a ser muy elevado de acuerdo a la cantidad y calidad de materiales, y varia el presupuesto, de 20 a 60 mil pesos, pues implica el gasto para compartir alimentos”.
Acotó que una vez fallecido el ser querido, los familiares comienzan a conseguir el dinero, los materiales y a los artesanos para que este todo esté listo. Abundó que por tradición los altares tienen tres niveles: el primero simboliza el mundo terrenal y se coloca lo que en vida le gustaba; el segundo, la unión entre mundo terrenal y el mundo divino, y el tercero que es la gloria. “En la familia tuvimos la desdicha de perder a un ser querido, los invito a compartir y a ser partícipes de esta tradición que nos identifica, nos da identidad y de la cual llevamos 26 años de ser patrimonio cultural de Puebla”.
Destaca que el ayuntamiento de Huaquechula colocará cuatro ofrendas monumentales que podrán recorrerse: en el Palacio Municipal, en casa La Palestina, en el atrio del ex convento acompañando al sendero de las ánimas que inicio derivado de la contingencia sanitaria causada por el Covid-19, y en las oficinas del Catastro.