Sábado, julio 12, 2025

List: como el estridentismo, Puebla también tiene un rostro de vanguardia y marginal

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La monotonía cultural provocada por el Covid-19 se rompió. Al grito de ¡Arriba el mole de guajolote!, artistas, académicos e investigadores celebraron que el espíritu estridentista gestado hace un siglo sigue vigente irrumpiendo en la calma aparente de las aguas quietas de una sociedad como Puebla, la cual “tiene muchos más rostros que el conservadurismo: uno que es más marginal, que ha sido de vanguardia y es anti sistémico”, como consideró Eric List. 

List, quien es descendiente directo de Germán List Arzubide (1898-1998), uno de los artistas miembros de la vanguardia gestada en 1921, participó en la apertura de la exposición Chubasco estridentista montada en la Casa de las Culturas Contemporáneas de la UAP, que contó con la curaduría de Ángela Arziniaga y la investigación de Julio Glockner, y en la que artistas, escritores y pensadores conservan el espíritu del movimiento de vanguardia. 

“Vengo como representante de un fantasma, de varios fantasmas”, afirmó List al señalar que, desde niño, tuvo la fortuna de conocer bien a los estridentistas, entre ellos a su propio abuelo German y al poeta Manuel Maples Arce (1900-1981), cuya personalidad era la de un dandy. Maples iba a visitarnos a la casa List; yo tenía tres o cuatro años y Maples era mi gran amigo, me llevaba un terrón de azúcar y platicaba conmigo como quien platica con un adulto. (Al muralista) Ramón Alva de la Canal (1892- 1985), lo seduje en grandes pláticas”, recordó. 

 Acotó que con los “fantasmas estridentistas a cuestas”, le daba la sensación que estando en Puebla tenía que hablar de esa presencia fantasmal y de su relación con esta ciudad. “Puebla tiene muchos rostros, el más común es el conservadurismo. Como todo gran conservador tiene su contraparte, quizá marginal, pero que ha sido de vanguardia y anti sistémico al mismo tiempo”, consideró.  

Luego de la música irruptora de Los chinos poblanos estridentistas, el historiador Javier Pérez Siller refirió que para la década de los 20 del siglo anterior se gestó este movimiento que ha sido de vanguardia por su originalidad y la forma en que leyó a la sociedad de su tiempo, “viviendo la gráfica emocional del momento presente”. 

“Los estridentistas estaban atentos a esa doble transformación del paisaje geopolítico y lanzaron un grito irreverente en contra de todo, de aniquilar el pasado, en la pintura, la escultura, la literatura y el teatro. Fueron indisciplinados. Fue un gesto de irrupción del espíritu contra el racionalismo intelectual”, consideró el también sociólogo. 

Por tanto, dijo Pérez Siller, a 100 años de una realidad semejante que no termina de morir ni de nacer, pues desde los años 80 del siglo anterior cambió el paisaje geopolítico y tecnológico con la digitalización de la sociedad, “hay que observar la relación entre arte, tecnología, política y la construcción de sensibilidades, crear un nuevo arte y tratar de construir una nueva vida y a un siglo de distancia, con su legado, saber cuál es la lectura que hacemos ante el cambio de doble paisaje”. 

En su caso, la investigadora Elisa Rashkin consideró que a 100 años de su nacimiento, el estridentismo “por fin” está encontrando sus vibraciones actuales, como sucedió en esta exposición. Mediante una breve entrevista, expuso que hay investigadores y artistas que lo están tomando como inspiración para hacer su obra. “El estridentismo es una respuesta a las vanguardias de Europa y se nota la influencia del grupo Ultraísta de España y de otros grupos con los que llegaron a tener intercambio de ideas y publicaciones. Sin embargo, creo que es fundamental decir que el estridentismo surge de la Revolución Mexicana, pues todos los estridentistas eran niños o jóvenes, y participaron de manera marginal en ella, aunque todos tenían la idea de transformar el país, con ideas locas que sopesaron desde afuera”,  

La profesora investigadora de la Universidad Veracruzana acotó que el grupo que formó parte del movimiento, tuvo inquietudes relacionadas a la política y a la vida social del país, pues no eran ajenos a la realidad. Así, por medio de su obra, tuvieron una actitud política, “algo que es bueno celebrar”. 

Una implosión que llega un siglo después

Al inaugurar la exposición, el gestor e investigador de Chubasco estridentista Julio Glockner consideró que el movimiento causó una implosión tal en la sociedad que su acción llega un siglo después. Aseguró que artistas y académicos que participaron en la muestra llevan a un estridentista adentro que a veces se ve limitado por el contexto, por lo que felicitó que se sumaran al proyecto, mismo que ocurre en el marco del 30 aniversario del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la UAP, como señaló su director Giuseppe Lo Brutto.

En ese sentido, la reconocida fotógrafa Ángela Arziniaga expuso que con apoyo de los también artistas de la lente Everardo Rivera y Javier González, se armó este proyecto con el que se conmemoran los 100 años del movimiento de vanguardia. “Puebla, Xalapa, la Ciudad de México y luego otras ciudades más fueron el espacio que permitieron lanzar este movimiento, 100 años después vamos a recordarlo, vamos a hacer ruido hoy”, dijo acompañada de Giuseppe Lo Brutto, director del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la UAP. 

En Chubasco estridentista se expone arte objeto, arte textil, cerámica, gráfica, dibujo, instalación, pintura, fotografía, música y cine creado por Amalia Buergo, Ana Vélez, Ángela Arziniaga, Antonio Álvarez Morán, Arturo Elizondo, el Colectivo Jacal Gráfico, Daniel Lezama, Enrique Soto Eguíbar, Eugenia Couoh, Everardo Rivera, Guillermo Espinosa, Jesús Iglesias, Javier González Carlos, Kena Enríquez, Lydia García, Luz Elvira Torres, Miguel Ángel Carretero, Mauro Terán, Mayra León, Maricela Salas, Miguel G. Counahan, Pascuale Calone, Rocío Romero, Rafael Galván y el propio Julio Glockner. 

Como ejemplo, es el Neocódice de Antonio Álvarez Morán que toma elementos de algunos códices como el Nutall, integrado por cuatro piezas: El regreso, Repertorio de prodigios, Cartografía y La casa del tlacuilo, esta última de orden más personal y que incluye un autorretrato. En la obra –hecha sobre papel amate de San Pablito Pahuatlán-, el artista señala que coincide con la propuesta de la exposición en que hay irreverencia, falta de respeto a la autoridad, imágenes sorprendentes y chocantes, que son características del estridentismo y de otros movimientos como el surrealismo, el dadaísmo, pues “es el espíritu artístico que está presente”. 

Asimismo, destaca la serie del fotógrafo especializado en procesos húmedos Rafael Galván en el que presenta un díptico de imágenes para “deshacerse de los recuerdos y de la pieza misma”, que empata con la exposición de esa forma. La restante, Caída libre, tiene que ver precisamente con una frase del estridentismo: “para pensar hay que lanzarse del piso 40”, que es una caída al vacío para ver qué pasa. “El estridentismo es un movimiento que tiene 100 años y hay que recordar porque la obra siempre estará encajada en un punto del pasado, es como ver el movimiento encajado”, afirmó el encargado del taller Línea del horizonte. 

Otra pieza más, es el díptico de imágenes de Guillermo Espinosa, para quien la irreverencia se hace presente, tanto en el manifiesto presentado hace un siglo por Manuel Maples Arce con el que dio inicio el movimiento, como con su obra misma. Lo anterior, porque su propuesta gira en torno a llevar a los objetos fuera de su contexto: una tabla de picar que es parte de la dualidad de los mundos puestos en sus imágenes logradas por medio de una de las técnicas de grabado más antiguas, el heliograbado en cobre, que es el principio de la imprenta y la fotografía. “Es un juego entre la comida y la música, una escena de fiesta, la emoción el sentimiento de disfrutar el festín”, señala el miembro del Taller Mike. 

El estridentismo es contracultura y los estridentistas son punks 

Como parte de la apertura del Chubasco estridentista, el editor Carlos Martínez Rentería presentó el más reciente número de la revista Generación dedicado al movimiento. Denominada “¡Qué viva el mole de guajotolote. Estridentismo 100 años” la publicación celebra también sus primeras tres décadas.  

“¡Desmodorrémonos! (sic) Es una aventura estimulante, enriquecedora y divertida. Este número es un homenaje. El estridentismo representa a la contracultura y los estridentistas, los punks de la época que siguen vivos a pesar de que institucionalmente se les ha tratado de negar”, consideró el editor. 

En este número, aparecen textos de Germán List Arzubide y de su nieto Eric List; una entrevista de Raúl Silva de la Mora; la aportación de Elissa Rashkin sobre las mujeres en el estridentismo; el artículo Diego Rivera y Ramón López Velarde, del estudioso del movimiento, Evodio Escalante; y La máquina y la metáfora estridentistas, de Julio Glockner. Se incluyen además las aportaciones de Rosario Ichin, Carlos Blas Galindo, Salvador Gallardo, Fernando Leal Audirac, Ana Edith Sánchez, Benjamín Anaya, Omar Gasca, Edgardo Bermejo, Víctor Navarro, Julio Carlos Ramos y Francisco Javier Estrada. 

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