Los primeros cuatro volúmenes de Etnografía del patrimonio biocultural de las regiones y los territorios indígenas de México contribuyen a que los propios pueblos indígenas, sepan y tengan a sus territorios en el mapa, y participen activamente de su defensa. Dicha colección, que reúne los ensayos de 71 científicos sociales bajo la coordinación del antropólogo Eckart Boege Schmidt (Ciudad de México, 1946), se sitúa en el contexto legal y de derechos humanos que tiene México como país pluricultural.
Publicados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), llama a que los pueblos defiendan su territorio conociendo sus derechos constitucionales, previstos en los artículos 1, 2 y 4, pero también en la legislación internacional, como es el caso del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales.
Para su coordinador Boege Schmidt, “era importante posicionar los territorios de los pueblos indígenas y la existencia de los patrimonios bioculturales en todo México”. De paso, el recién homenajeado en la 35 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH), dijo que lo interesante fue conjuntar la fuerza intelectual, de un equipo de 70 personas, en una línea de trabajo. En eso radica la riqueza de estos libros”.
El coordinador de esta línea de investigación, desarrollada entre 2008 y 2011, el también etnólogo Eckart Boege, hizo referencia a la coyuntura política que le precedió, pues señaló que fue en el gobierno de Vicente Fox, cuando en los paneles del entonces Tratado de Libre Comercio de América del Norte comenzó el debate por la introducción de transgénicos.
“Pronto nos dimos cuenta de la trascendencia del tema: se estaba cuestionando la existencia de México mismo. En ese entonces, lo que advirtió el panel es que mientras se siga importando o produzca masivamente maíz transgénico, México está en peligro. “Eso quedó como una tesis, pero nos preguntamos, ¿y ahora qué? Por eso, empecé una investigación en torno al patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México y, en 2008, publiqué un libro, porque quería saber la importancia de los maíces nativos y de los productos de la milpa, los productos de Mesoamérica”, indicó el investigador emérito del INAH.
Al respecto, la investigadora del Centro INAH Michoacán, Aída Castilleja, expresó que estos volúmenes, más que parte de una colección editorial, “son fundamentalmente resultado de un proceso de investigación colectiva que dejó enseñanzas a quienes participamos en él. Mucha gente se formó en este proyecto, al que se integraron investigadores, estudiantes y becarios”.
Recordó que dicha iniciativa de investigación surgió en los últimos años del siglo XX y, con altas y bajas, alcanzó las dos décadas; no obstante, entre 2018 y 2019, se hizo un balance y se llegó al surgimiento del denominado Programa Nacional de Etnografía, que ahora empieza su segunda edición.
La mayor enseñanza del Proyecto Etnografía de las Regiones Indígenas de México, en su opinión, “fue la importancia del carácter colectivo y nacional del mismo, dando lugar a la formación de profesionales y a una cantidad considerable de tesis de licenciatura, maestría y doctorado, en distintas especialidades, predominando las de antropología social”.
Destaca que los cinco tomos de Etnografía del patrimonio biocultural de las regiones y los territorios indígenas de México (en 2023 se publicó el dedicado al sur y sureste) compilan 17 ensayos, los cuales se sustentan en el trabajo de campo de 71 personas, entre coordinadores, asistentes y colaboradores, en aproximadamente 130 comunidades de 28 pueblos indígenas.