Una muestra de que el PAN poblano no está suficientemente cohesionado, faltando siete meses para las próximas elecciones, es lo que pasó hace un par de días durante el segundo informe de resultados que ofrecieron cinco regidores albiazules de la capital, a quienes les hicieron un vacío político desde el ayuntamiento panista de la Angelópolis. Dicho de otra manera, fueron objeto del llamado “fuego amigo”.
Aunque aparentemente en el PAN poblano en la actualidad no se perciben conflictos insuperables entre las corrientes internas de esta fuerza política, tal como hasta no hace mucho ocurría entre el morenovallismo y el panismo tradicional, la cierto es que hay fracturas y heridas abiertas entre las facciones de dicho partido que no han sanado y siguen generando divisiones, confrontaciones, que si no se atienden a tiempo, se van a agudizar en el actual proceso electoral.
Hace un par de días, los regidores María Dolores Cervantes Moctezuma, Gabriela Ruiz Benítez, Luis Edilberto Franco Martínez, Ricardo Grau de la Rosa y Susana Riestra Piña, decidieron hacer su propio informe anual de resultados, en un acto que lució lleno, sobre todo de militantes albiazules del municipio de Puebla.
En apariencia el evento fue exitoso, ya que aparte de los regidores antes citados, estuvieron presentes dirigentes del PAN y el PRD, así como algunos legisladores locales y federales como Mario Riestra Piña –quien se perfila a ser el próximo candidato a edil de Puebla— y Rafael Micalco Méndez.
Los regidores involucrados en esta historia –que rindieron su segundo informe anual de resultados– tienen una característica particular: no son parte del grupo político del alcalde de la ciudad de Puebla, Eduardo Rivera Pérez.
Y esa diferencia se hizo notar en dos aspectos fundamentales:
La ausencia en el acto del alcalde Eduardo Rivera Pérez, pero sobre todo, de los secretarios y directores del ayuntamiento de Puebla.
Ningún funcionario importante de la Comuna asomó la cabeza en esa actividad, lo que evidentemente fue una acción premeditada para hacer deslucir el informe en cuestión.
El segundo aspecto, que fue el más grave, es que en la organización original del evento se iban a proyectar un par de videos para describir los supuestos logros de cada uno de los regidores en el último año de gestión.
Faltando media hora para iniciar la presentación de los informes, les comunicaron a los regidores, desde una oficina del ayuntamiento de Puebla, que “no había dado tiempo editar los videos” y por tanto, el material audiovisual no estaría dispuesto en la presente semana.
Eso llevó a que los regidores, luego de pasar tragos amargos, optaran por improvisar lo que debían comunicar.
La mayoría de los que intervinieron, no lo hicieron mal, tenían ideas y cifras claras para dar un mensaje a la asistencia.
Únicamente falló la regidora María Dolores Cervantes Moctezuma, que a decir muchos de los presentes, su participación fue pobre, errática, deprimente.
Por cierto, esta regidora es muy cercana a Eduardo Alcántara Montiel, el polémico diputado local que, desde hace algunos años intenta por todos los medios dañar los proyectos políticos de Eduardo Rivera Pérez y siempre fracasa.
Algunos conocedores de las entrañas del PAN dirían que lo ocurrido “fue una de cal, por muchas de arena”.
Los regidores que sufrieron el vacío desde el ayuntamiento de Puebla, en otras muchas ocasiones, jugaron a buscar hacer caer a Eduardo Rivera en sus empresas político-electorales.