Dicen en el círculo cercano de Juan Carlos Lastiri Quirós que el priista ha cambiado radicalmente de planes, pues habría decidido que en lugar de buscar la candidatura a la gubernatura, ahora intentará ser postulado como aspirante al Senado, luego de que habría recibido señales desde Los Pinos en el sentido de que en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI lo dejó de ver como un prospecto para nominación.
Cuentan los enterados que ese cambio radical se debe al efecto de una queja, o mejor dicho de una venganza, de la senadora Blanca Alcalá Ruiz, quien habría llevado –a Los Pinos– una larga lista de observaciones muy consistentes contra el actuar del subsecretario de la Sedatu, Juan Carlos Lastiri Quirós.
Y es que para nadie es un secreto el profundo distanciamiento que existe entre Blanca Alcalá y Juan Carlos Lastiri, luego de que el segundo extrañamente se ausentó de la campaña electoral de 2016 y contribuyó al debilitamiento del PRI en el último proceso de renovación de la titularidad del Poder Ejecutivo local.
Se dice que en la reciente gira que el presidente Enrique Peña Nieto realizó a Centroamérica tuvo una larga conversación –en el avión oficial– con Blanca Alcalá, quien le puntualizó algunos temas de queja contra Lastiri, como son los siguientes:
Primero: que en 2016 no la apoyó cuando fue candidata del PRI a la gubernatura, lo cual fue muy grave ya que Lastiri controla al grueso de los delegados federales en Puebla y entonces éstos también se mostraron distantes de la campaña electoral priista.
Segundo: el subsecretario de la Sedatu no tiene un buen nivel de popularidad y no mejora su posicionamiento en las encuestas. Sin embargo quien lo ha impulsado es el grupo político morenovallista, es decir el PAN, porque le conviene que en el proceso electoral de 2018 se tenga un mal candidato del tricolor.
Tercero: Lastiri está dividiendo al PRI al utilizar las estructuras de los programas federales en Puebla para promocionarse como aspirante a candidato y no respetar los tiempos que ha marcado el tricolor para elegir al próximo abanderado, lo cual ha provocado la molestia de la mayoría de los grupos del partido.
Luego de esa plática, se especula, que surgió la señal de Los Pinos de que Lastiri ha dejado de ser bien visto como posible candidato del PRI.
Por eso la enjundia con que Lastiri hace unas semanas arrancó una campaña para reclamar al PRI que el próximo candidato a gobernador sea electo por las bases del partido solo duró unos pocos días; luego desapareció.