Atlixco. En los últimos tres casos conocidos públicamente todos los afectados terminaron sobre la cinta asfáltica con la motocicleta a un lado, a veces desecha, y atendiéndolos un paramédico o un solidario transeúnte. 

El repartidor de la famosa taquería local El Pastorcito, de aproximadamente 19 años de edad, conducía su unidad sobre el bulevar Rafael Moreno Valle, uno de los más transitados y de mayor velocidad para los automóviles, cuando una chica a bordo de una camioneta dio vuelta y cortó de tajo la circulación.   

El resultado fue evidente: terminó estrellándose brutalmente contra la puerta del piloto. Pasaron varios minutos y los responsables de la ambulancia municipal no lograban sacarlo del shock. “Está literalmente noqueado”. Terminó en un hospital.  

Sobre la carretera estatal Atlixco–Metepec, a la altura de la junta auxiliar de La Magdalena Axocopan, había mucha ceniza suelta arrojada recientemente por el Popocatépetl.   

En esa vía una mujer de 22 años y su hija de dos años de edad andaban en una motocicleta. De un momento a otro perdió el control precisamente por ese materiales volcánico acumulado y esparcido. La pequeña sólo sacó un susto. Y la mamá requirió de ser trasladada a un nosocomio por un esguince de consideración. A ambas el casco de plano las ayudó. 

Un viejo camión cargado hasta el tope de milpas corría en el camino de San Isidro Huilotepec a San Jerónimo Caleras, en el oriente del municipio. Un golpe seco en la parte de atrás hizo detenerlo.  

Al bajarse el dueño de la unidad descubrió la escena: un hombre de 27 años de edad muerto y una motocicleta destrozada por el frente. Según los primeros informes, la víctima no alcanzó a frenarse por el exceso de velocidad.   

Las razones

Probablemente en tres de cada cinco percances viales en este municipio está involucrada precisamente una motocicleta, de acuerdo con las cifras del colectivo local Visión Urbana 20-29, especializado en movilidad.  

Norberto Sánchez Mirón, el vocero, dijo aquí el crecimiento del número de éstos automotores es un reflejo de la situación a nivel nacional. Es decir, un 30 o 40 por ciento más comparado con la adquisición de autos. Aunque no existen cifras exactas, en Atlixco estarían censadas entre mil 500 y dos mil de esas naves.   

“Las explicaciones son sencillas: resultan más baratas, gastan menos gasolina y es una alternativa frente a la cantidad y calidad del transporte público. Pero eso sí, generaron el mayor número de estadísticas negativas en los últimos años. No olvidemos un dato: son 18 por ciento más propensa a sufrir un problema con saldo muchas veces fatal”, cerró.