Jueves, abril 25, 2024

Larcamoteros al alza: gran remontada ante Chivas

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Este Puebla no tiene para cuando parar. Su expansión indefinida pasó esta vez por la prueba de una desventaja parcial de dos goles –primer tiempo arrollador de las Chivas—y todo el coraje que hiciera falta para revertirla y alzarse con una nueva victoria. ¿La suerte es de quien la busca?  ¿Perfecta compenetración entre DT y jugadores? ¿Premio a una preparación física y mental muy por encima de los parámetros usuales del pachorriento futbol mexicano? Todo junto, probablemente. Con el mérito enorme que semejante conjunción comporta.

Un primer tiempo para sufrir de verdad. Por momentos, el Guadalajara fue un huracán rayado que nos pasaba por encima. Tanto que los goles de Ponce (25´) y Alexis Vega (41’ ), golazos ambos, pusieron un 2-0 que se antojaba corto. Porque las Chivas estaban jugando su mejor partido en mucho tiempo, con Alvarado al fin con todas sus luces y conectadísimo todo el equipo mientras el Puebla jugaba a resistir echando mano de la heroica, por cierto una de sus especialidades. Y encabezándola, como de costumbre, un gran Antony Silva.

¿Qué pasó después? Que la Franja regresó del descanso con la firme decisión de no dejarse avasallar. Que le ritmo diabólico que los rojiblancos habían impuesto en los primeros 45´terminó por pasarles factura. Y que el pundonoroso once larcamotero tenía esta vez en el bolsillo un boleto de primera clase en el tren de los goles, los cuales fueron cayendo inexorablemente mientras el rival se desvanecía. En el primero, la zaga rojiblanca se quedó pidiendo un fuera de juego inexistente mientras Aristeguieta, convertido en flecha, ponía la directa para arrinconar su disparo (50´); el segundo, convertido por Cortizo al cazar un centro desde la izquierda (67´) mientras los tapatíos se entretenían reclamando una probable infracción en el nacimiento de la jugada, y el decisivo, una suave y colocado toque ante Gudiño por parte de Memo Martínez, ese “Tanque” empeñado en sorprendernos con detalles cada día más sutiles.

En realidad es el equipo, el plantel completo al mando de Larcamón el que nos está llevando de sorpresa en sorpresa. Al grado que nadie se atreve a pintarle raya al liderazgo que ahora mismo ostenta como único puntero del campeonato.

Arbitraje nafasto. Ahora bien, no todo es café de olla calientito y miel sobre hojuelas para todos. La verdad es que, más allá del gran primer tiempo de las Chivas y la increíble remontada del Puebla, el arbitraje influyó en el resultado. Pudo ser otro si el señor Fernando Hernández marca la falta de Maia sobre Calderón (empujón por la espalda) que precedió a su corrida por el carril zurdo y el centro cruzado sobre el área local que Cortizo cerró llegando por la derecha. Máxime que la áspera reclamación consecuente le costó la expulsión a Alexis Vega (68´), sin que el diezmado rebaño consiguiera ya contener al ciclón poblano.

No fue, por cierto, la única falla arbitral de la jornada. En Monterrey, Más claro aun fue el puntapié, en un barullo dentro del área, del sanlusino Güemes sobre Héctor Moreno –que llegó un instante antes al balón—y que pudo ser marcada como penalti cuando el Monterrey luchaba en busca del empate. Para colmo, en CU, Fernando Guerrero puso en barata las dos amarillas que dejaron a Pumas con diez por expulsión de Diogo Oliveira, previa escenificación teatral por cuenta de Memo Ochoa.

Y todo esto y más ante con los ocho atentos ojos de los respectivos varistas, que por lo visto andaban entretenidos en otro canal.

Jornada 7. El Atlas cayó donde menos se esperaba (Xolos 2-0), a Jaime Lozano el León le comió el mandado a domicilio (0-1), en tanto quedaban tablas los muy mediocres Querétaro y Toluca (1-1 en el Corregidora) y América y Pumas (0-0), que contrariando los augurios de la publicrónica aburrieron hasta a las madres de los jugadores.

De los de arriba, solamente Tigres y Pachuca, además del Puebla, mantuvieron su buen paso de las últimas semanas, los regios a costa de Bravos  (2-3), y los Tuzos sobre Mazatlán (3-1), un visitante de poca monta.

Adiós al “Vasco” Aguirre. La directiva del Monterrey no esperó más y, tras la derrota sabatina de Rayados en el propio Fundidora (0-2 ante el semicolero San Luis), anunciaron la separación de Javier Aguirre, que llegó como el DT mejor pagado de México y no ha tardado en irse por la puerta trasera.

Entre los más golosos quinielistas se barajan ahora los nombres de Santiago Solari, Juan Carlos Leaño y Pedro Caixinha como los más abocados a seguir el camino hacia ninguna parte emprendido por el “Vasco”.

Semana Champions. Los octavos de final concluyeron en su primera vuelta sin levantar suficiente presión, hasta el punto que tres de los cuatro encuentros de la semana terminaron empatados. El único vencedor fue el Chelsea, lo que no deja de tener su lógica porque se trata del campeón defensor. Que en este caso se erigió en ofensor del endeble Lille, que visitaba Londres y se llevó un 2-0 de regreso a Francia, goles de Havertz (8´) y el norteamericano Pulicic (83´), justo al principio y al final del partido. De acuerdo con lo visto, será difícil que los galos puedan revertir el tanteador.

Esto confirma que los vientos corren hoy en favor de los equipos británicos y no tanto de los de la otrora temible España. Botón de muestra: el Manchester United, que pena en la Premier, no tuvo inconveniente en arrancar un buen empate del Wanda-Metropolitano donde el Atlético se había adelantado con vistosa palomita de Joao Félix (7´), y cuando ya se prometía un triunfo por mínimo que fuese se encontró con un contragolpe que su central Reinildo intentó interceptar con notoria torpeza, lo que aprovechó Elanga para largarse solo y fusilar a Oblak (80´). Dado el tibio desempeño de los colchonero, en esta y otras instancias, todo parece indicar que al “Cholo” Simeone le llegó el crítico instante de despedirse del sistema que patentó hace más de diez años, sus pupilos de hoy son menos confiables que los de ayer y los rivales se aprendieron de memoria su exitoso truco de clausurar herméticamente espacios de acceso a su área y dejar el contragolpe librado a la capacidad goleadora de un llanero solitario que primero fue Diego Costa, luego Griezmann y últimamente Lusito Suárez. Aunque continúen en su plantel el galo y el charrúa, al método Simeone parece que llegó la hora de irse al archivo muerto.

Cierra la ida de octavos. El futbol italiano continúa penando en el frente europeo, y hasta la experta Juve puede darse de santos con el empate rescatado en su visita al Villarreal, cuya nómina debe valer la quinta o sexta parte de lo que cotiza la opulenta vecchia signora; de entrada, ésta se encontró con la buena nueva de un gol de vestidor (Vlahovic, 1´), pero al final no acabó cediendo el empate cuando el francés Rabiot se olvidó de marcar a Parejo y el mediocampista aprovechó para cazar sin nadie le hiciera sombra un centro al punto de penalti (65´); por cierto que al galo le perdonaban la roja por alevosa entrada contra la rodilla de Chukwueze, aunque el que se tuvo que retirar lesionado no fue el africano sino el estadounidense de la Juve McKennie tras un encontronazo casual con el ecuatoriano Estupiñán.

La tercera igualada de la fecha fue el 2-2 entre Benfica y Ajax en el estadio Da Luz. Fue un partido bien disputado y agradable de ver, en el que Sebastien Haller anotó en las dos metas, primero en favor del rival luso en involuntario autogol (26´) y casi enseguida en la que defendía el griego Vlachodimos, arquero de los lisboetas. Las otras dos anotaciones fueron por cuenta de Tadic (18´) por el Ajax y Yaremchuk (72´) por el local.
De prevalecer la lógica –cada vez más alejada del futbol internacional— el Ajax, la Juve, el United y el Chelsea cabalgan en caballo de hacienda.

Paliza del Barsa al Napoli. Y en el otro frente europeo, la Liga de la UEFA, reconfirmación de lo mal que andan los italianos. Una semana atrás el Barcelona había cedido el empate en Camp Nou, pero qué bien aprovechó la devolución de visita para ponerles al Napoli un meneo de pronóstico reservado. La tropilla azulgrana se adelantó pronto (goles de Jordi Alba a los 6´ y Frankie de Jong a los 12´) y ocupó el resto del tiempo en exhibir a lo largo y ancho de la cancha la total impotencia del once local, tanto que Xavi Hernández seguramente revivió in mente los buenos tiempos del Barsa imperial de Pep Guardiola, incluidas asistencia y gol de Piqué (44´), previo a la cereza que Aboumeyang le puso al pastel catalán (59´) responsable del empacho padecido por los napolitanos, a los que de poco les sirvieron el penal convertido por Insigne (23´) y un tardío tanto de Politano (87´), con la gente en pleno éxodo y, como único desahogo, la pita con que despidieron al Lorenzo Insgine, su capitán, cobrándole de paso su a Toronto.

Lo más curioso es la conspiración de silencio en que la prensa internacional ha envuelto la caída en picada del otrora intratable futbol italiano, que no pinta para nada en la misma Europa que durante tantas décadas dominaron sus antes poderosísimas escuadras.

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