“La serenidad es dínamo colectivo de transformación”.
Abel Pérez Rojas
Hace un par de entregas afirmé lo siguiente:
“Hoy día, ir en búsqueda de la serenidad se ha convertido en un verdadero acto de emancipación, ante la incesante ráfaga de estímulos exteriores que nos hacen presa del pánico o del optimismo desbordante que nubla la razón, convirtiéndonos con ello en un número más en la reacción de las masas”.
Ahora, visto socialmente: poner orden en nuestra mente es un asunto de salud pública, porque los beneficios de entrar en estados de calma y serenidad disminuyen el número de enfermedades físicas y psicológicas.
Serenarnos implica que nuestro pensamiento esté en condiciones de aportar soluciones efectivas a la realidad de todos los días y en consecuencia podamos transformar nuestro entorno.
La serenidad permite ir clarificando las emociones y el pensamiento a fin de que nos hallemos en condición de ver la realidad tal como es y aceptarla. A partir de entonces tenemos la capacidad de encontrar la mejor salida a los problemas, pues no nos quedamos en la queja o en la angustia. Además de que nos abre la posibilidad de asumir la tolerancia y empatía con quienes nos rodean.
El Dalai Lama sostiene que nuestra mente dispersa nos somete, y que a su vez ella está manejada por emociones y pensamientos aflictivos, desafortunadamente esto genera un círculo que conforme pasa el tiempo se vuelve incontrolable y va creciendo como una gran bola de nieve.
Ya metidos en la vorágine, a la que alude el Dalai Lama, los seres humanos caemos en adicciones que ocasionan otras problemáticas sociales como la farmacodependencia, el narcotráfico, los entornos violentos, la corrupción y muchas otras más.
La ansiedad, los temores, el estrés afectan el bienestar mental de las personas de todas las latitudes, independientemente del nivel de desarrollo del país del cual se trate, por eso en los últimos años se han realizado encuentros internacionales en busca de soluciones a esto que ya se considera una problemática social.
Es tan relevante la salud mental de las personas que la definición de salud contemplada en la Constitución de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice: “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.
Hay esfuerzos interesantes de diversas organizaciones civiles a fin de avanzar en la senda de la paz interna y la salud pública, por ejemplo en el año 2002, en Buenos Aires, Argentina, surgió a raíz de la difícil situación económica y social que atravesaba aquel país, un colectivo denominado Meditación Masiva. Hoy, gracias a Meditación Masiva, son miles de personas y cientos de organizaciones que se reúnen cuatro veces al año para meditar masivamente a fin de incidir en la salud de los participantes y crear consciencia sobre la importancia de la paz interior.
La búsqueda de la paz interna es un acto individual e íntimo, nos convierte en individuos que piensan por sí mismos, pero pareciera que de este modo nos aísla de lo que sucede en torno a la comunidad y a la sociedad global, en realidad es todo lo contrario, pues permite al hombre tomar responsabilidad de lo que está en sus manos resolver, y lo hace así cada uno.
Es de gran utilidad emplazar a nuestra mente para que a través de distintos medios, por ejemplo el estudio, el diálogo y la meditación, se centre en propósitos positivos que le den orden, para que deje de deambular y preocuparse hasta el agotamiento.
¿Está usted dispuesto a contribuir en la salud pública de su comunidad empezando por su propia serenidad y paz interior?
Abel Pérez Rojas ([email protected] / @abelpr5 / facebook.com/PerezRojasAbel) es poeta, comunicador y doctor en Educación Permanente. Dirige: Sabersinfin.com.