El contexto de las erupciones de hace 30 años
En diciembre de 1994 el volcán Popocatépetl tuvo una crisis eruptiva que, sin ser comprobadamente mayúscula respecto a su historial, generó diversas consecuencias en la sociedad mexicana y, particularmente en la poblana, derivando en expresiones sociales y políticas que han merecido análisis detallados de todo tipo, desde la vulcanología, hasta de las ciencias sociales, pasando por modificaciones estructurales en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) como la creación del Centro Universitarios para la Prevención de Desastres Regionales (CUPREDER).
Un “volcán activo”, como se ha considerado siempre al Popo, se reconoce como una posible amenaza para la existencia humana y a lo largo de la historia en México y otros lugares del mundo, se han atestiguado directa o indirectamente erupciones esastrosas de volcanes que han ocasionado destrucciones y muerte de miles de personas que habitaban en sus entornos (Macías, 2005b). En México tuvimos un caso reciente de ese tipo en el volcán Chichonal, en 1982, en el estado de Chiapas (UGM, 2002; Guzmán, 2018), que destruyó comunidades y causó la muerte de más de dos mil personas, forzando la migración de más de 20 mil afectados (Hernández, 1987).
En diciembre de 1994, previo a la mencionada manifestación eruptiva del Popocatépetl, predominaban ciertas circunstancias críticas en la política nacional: el conflicto político entre los expresidentes Ernesto Zedillo (entrante) y Carlos Salinas (saliente), cuya mayor complicación asociada se expresó en la mega devaluación brutal del peso, también conocida como “el error de diciembre”.

Esta situación conflictiva tuvo otros antecedentes sorpresivos como el levantamiento zapatista de enero de 1994 y el asesinato del candidato presidencial del PRI Luis D. Colosio en marzo del mismo año (Gutiérrez, 2024). Esas circunstancias marcaron
inexorablemente al proceso amenazador emergente del Popocatépetl que, en perspectiva, genera una duda permanente. ¿Se usó como recurso para desviar la atención a la crisis política y económica creada porl el presidente entrante, Zedillo? Cabe recordar que ese mismo presidente fue quien “ordenó la evacuación de más de 75 mil habitantes de las comunidades de mayor riesgo del volcán; apenas se contaron 25 mil personas en los albergues.” (Macías, 2001). En medio de esa crisis eruptiva se generó otra crisis social, aunque de dimensiones locales, poco entendidas a la distancia de esos 30 años.
El volcán y las apropiaciones
La crisis eruptiva del Popocatépetl tuvo cumplida respuesta por parte de los organismos ligados al Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC), como el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), que, de inmediato, desplegó más de 55 técnicos y geólogos, nacionales y extranjeros para operar la respuesta a las “amenazas del volcán: los lahares, los flujos piroclásticos, la caída de ceniza, los proyectiles” (Cenapred, 1995). Esas amenazas o peligros tenían en la peor zozobra a las comunidades cercanas al cráter, mismas que eran el objeto de salvación y de intervención del poder federal por encima de los respectivos ejecutivos estatales de Puebla, Morelos y Estado de México. Pero las intervenciones desde arriba no entendían que estaban operando sobre comunidades humanas con historia y cultura, significadas por el mismísimo volcán.
Por ello, y gracias a los colegas que fundaron el CUPREDER, la sociedad mexicana supo que el Popo tenía otros nombres (Gregorio, Goyo, el Chino) y que sus amenazas eran simbólicamente mediadas por autoridades comunitarias especiales llamados “tiemperos”, que no solo mediaban amenazas sino también las relaciones globales de las comunidades con su entorno. El Popo, o Don Gregorio, vivía una suerte de apropiación cultural de parte de los pobladores avecinados al cráter, comunidades indígenas de tradición nahua que habían incorporado al volcán a sus prácticas religiosas y vitales.
El lado opuesto a la existencia de esas comunidades lo conformaron los vulcanólogos, técnicos y funcionarios de “protección civil”. Buscaron crear otra suerte de “apropiación” del volcán.
La disputa por el riesgo volcánico. Surgimiento del CUPREDER
Nunca perdimos de vista que la reinvención del peligro volcánico del Popocatépetl traía aparejada otras amenazas para las comunidades y para el propio ejercicio político del territorio que las sufría. La imposición de un “paradigma” de amenaza y de la consecuente vía de intervención requirió de una preparación emergente de “antídoto” y ello, en gran parte, eso explicó la creación del CUPREDER (Macías, 2005a). Dentro de la estructura universitaria de la BUAP, se generaron condiciones para la creación de un centro que, teniendo como objeto central la prevención de desastres, buscaba combinar la investigación con la acción. Se realizaron contactos con expertos en vulcanología y, en mi caso, en estudios de desastres desde la perspectiva de las ciencias sociales. Uno de los pasos iniciales fue la generación del “Proyecto Gregorio” con el título formal de Análisis de vulnerabilidad social frente a desastres a través del estudio de una zona de riesgo volcánico del Popocatépetl correspondiente al estado de Puebla, y lineamientos para su mitigación.
A instancias del director cuprederiano, es decir, Aurelio Fernández, se efectuaron investigaciones tanto comunitaria como documental, asimismo el Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales se integró a las reuniones “operativas” gubernamentales de los tres órdenes. Las investigaciones y experiencias concentradas se utilizaron para la elaboración del “Plan de Preparativos para la Emergencia del Volcán Popocatépetl” (PPEV). Al respecto y, dicho sea de paso, el propósito de ese plan era sustentar en las comunidades próximas al cráter lo relativo a la organización de preparativos y respuesta a una eventual emergencia. Lamentablemente, una de las conclusiones de esos trabajos fue que en el entorno poblano no había condiciones de organización municipal- estatal para ello y, en consecuencia, se tenían que crear de cero. Vale decir que el gobierno poblano instrumentó una coordinación del PPEV, con el sociólogo Ramón Peña Melche a la cabeza y se le llamó “plan operativo”.

El estado de cosas actual
A lo largo de 30 años las circunstancias han cambiado mucho. En sus esfuerzos para tratar de expandir sus capacidades de acción hacia aspectos docentes y de formación académica, el CUPREDER extendió su incidencia a la investigación y elaboración de los Ordenamientos Territoriales (OT), sin descuidar desde luego la razón de origen, que es el peligro volcánico (CUPREDER, 2005). Los esfuerzos por generar instrumentos y organizaciones normativas para regular los usos del territorio, siempre con un enfoque ambientalista, fueron relevantes en el caso de disputa legal comunitaria contra la construcción del gasoducto Morelos, trazado en una área considerada de riesgo medio y alto por los procesos eruptivos del volcán (CUPREDER, 2015).
Ese OT fue un instrumento que frenó temporalmente la operación de ese gasoducto porque demostraba irregularidades graves para la seguridad de las personas y para el mismo ducto. Otros programas de OT en la Sierra Norte de Puebla (Cuetzalan), asociados con otras organizaciones como la Unión de Cooperativas Tosepan Titataniske, y respondieron al gran reto de contribuir a frenar que las inversiones federales y la creación de infraestructuras quedaran en manos de los grupos de poder económico-político de influencia inter-escalar. A ello se suman las colaboraciones de OT en Campeche y Yucatán para facilitar la ampliación de beneficios del Tren Maya a comunidades y sectores populares.
Conclusiones
El sismo de 1985 que ocasionó muchas destrucciones, principalmente a la Ciudad de México, impulsó la creación de un Sistema Nacional de Protección Civil y el surgimiento de diversas iniciativas de investigación relacionadas con el riesgo-desastre, sobre todo desde la perspectiva de las ciencias sociales. El incremento eruptivo del Popocatépetl en diciembre de 1994, que aquí asumimos como una reinvención de la peligrosidad volcánica, si bien pudo servir como gran distractor de la crisis política y económica de las transiciones de sexenios priístas, también generó desastres comunitarios en los asentamientos del entorno del cráter, pero estos no fueron provocados por los peligros volcánicos, sino por las intervenciones externas de funcionarios públicos y geocientíficos.
Hay que reconocer que la erupción de diciembre de 1994 también impulsó más investigaciones vulcanológicas, sociológicas y organizativas para la prevención de desastres. Ello motivó la creación del CUPREDER que adoptó, desde su fundación, un compromiso para prevenir desastres vinculándose con las poblaciones en riesgo, sea a través de las acciones de preparativos y respuesta de desastres o en la anticipación jurídico- política de ordenamientos territoriales que identifican como una suerte de “prevención estructural”.
Referencias
Cupreder (2005). Programa de ordenamiento ecológico y por riesgo eruptivo del territorio del volcán Popocatépetl y su zona de influencia. SEMARNAT, Secretaría de Ecología del Estado de México. https://dgts.edomex.gob.mx/sites/dgts. edomex.gob.mx/files/files/POER%20 VOLCAN%20POPOCATEPETL.pdf
Cupreder. (2015) Mapa de peligros volcánicos y trazo de gasoducto Morelos en zona de San Isidro Huilotepec, México, Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Cenapred (1995) Estudios Realizados Durante la Crisis de 1994-1995: Sistema Nacional de Protección Civil, Centro Nacional de Prevención de Desastres, Universidad Nacional Autónoma de México. https://www.cenapred.unam.mx/es/Publicaciones/archivos/149-1.pdf
Gutiérrez, Víctor I. (2024). 1994: a 30 años. La Jornada. 5 de octubre. https://www.jornada.com.mx/2024/10/05/opinion/013a2pol
Guzmán M. Virginia. (2018). La erupción del volcán Chichonal en 1982. La pérdida del patrimonio religioso edificado en la región zoque chiapaneca. De la destrucción a una nueva experiencia de reconstrucción. Boletín De Monumentos Históricos, (42), 231–255. https://revistas.inah. gob.mx/index.php/boletinmonumentos/ article/view/14800
Hernández, Héctor (1987). La erupción del volcán Chichonal y las festividades zoques. Tesis UAM-I. https://bindani.izt.uam.mx/downloads/5138jf42m?locale=es
Macías, Jesús Manuel (2001). El círculo vicioso de la protección civil en el sexenio de Ernesto Zedillo: un balance cero positivo. La Jornada Ecológica. 29 de enero. https://www.jornada.com.mx/2001/01/29/eco-jesus.html
Macías, Jesús Manuel (2005a). La disputa por el riesgo en el volcán Popocatépetl. CIESAS. Ediciones de la Casa Chata.
Macías, José Luis. (2005b). Geología e historia eruptiva de algunos de los grandes volcanes activos de México. Boletín de la Sociedad Geológica Mexicana, 57(3), 379-424. https://doi.org/10.18268/bsgm2005v57n3a6
UGM (2002). Sesión especial El Chichón 1992-2002. GEOS. Época 11 Vol. 22-2. https://ugm.org.mx/publicaciones/geos/pdf/geos02-2/CHI02-2.pdf