Se han multiplicado las acciones de la derecha mexicana, partidaria y no, las cámaras empresariales, los jueces y magistrados, ahora en paro indefinido, incluso el embajador norteamericano Ken Salazar, contra la Iniciativa de reforma al Poder Judicial. Ya se ha metido un recurso ante la Corte Interamericana en Washington y presentado el primer amparo, sin respuesta exitosa hasta el momento.
Lo anterior ha sido respuesta a varias acciones que vislumbran que la reforma al Poder Judicial, va: primero, con la aprobación del dictamen en el Consejo General del INE que, garantizó el reparto de curules en la Cámara de Diputados, donde Morena y aliados tendrán la mayoría calificada, no obstante, los intentos de la derecha de contrapesar esta tendencia con una propuesta alternativa, presentada por la consejera electoral Claudia Zavala, que logró sumar otros tres votos más, pero sin alcanzar la mayoría; segundo, es casi seguro que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, refrende el acuerdo del INE, si no es que ya lo hizo en estos momentos, con lo que no se obstaculizaría la instalación de la Cámara de Diputados con otros números en su composición. En cuanto al Senado, donde faltaban tres legisladores para alcanzar la mayoría calificada, el exgobernador chiapaneco verde, Manuel Velasco, ya hecho público que ha hecho la tarea, para lograr a través del convencimiento cooptar a los Senadores que se necesitan. Al tiempo veremos si es tan cierta afirmación; tercero, la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados ha aprobado por mayoría (22 a favor y 17 en contra), el Dictamen de la reforma al Poder Judicial, que retomaría la Legislatura entrante para su valoración y aprobación, que se supone sería en el mes de septiembre y antes de que concluya el periodo presidencial de López Obrador y asuma el cargo Claudia Sheinbaum el primero de octubre.
También puedes leer: La inclusión de los pueblos originarios
Aún las acciones desmedidas de la oposición y el conservadurismo para detener este proceso, con la perorata de intelectuales de ese cuño, como Aguilar Camín y Enrique Krauze, en el sentido que viene un periodo de dictadura peor que la del PRI y Porfirio Díaz, además de que se instauraría una monarquía, dichos respectivamente, las cosas no cambiarán ni menos se volverá atrás.
El contexto de apoyo es claro y contundente, aunque el soberbio de Aguilar Camín afirme que, aunque el pueblo mexicano no tenga razón, su análisis y conclusión es correcta. Casi 36 millones de personas dicen otra cosa y no se les puede minimizar. Tampoco podemos olvidar que, según encuestas recientes, López Obrador concluirá su mandato con un 73 por ciento de aceptación, que ningún expresidente anterior había logrado en la conclusión de su mandato. Quizá no medido aún, pero el inicio del periodo de Claudia Sheinbaum en la Presidencia de la República tendrá los mismos escenarios de apoyo popular y del Poder Legislativo.
Lo anterior es cierto, pero ello no evita por ahora la presencia de un prietito en el arroz, nos referimos a un país en cierto sentido polarizado.
Te podría interesar: Desprecio por el pueblo