La principal sustancia tóxica de México es Estados Unidos, fustigó Andrés Barreda, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el Segundo Encuentro de Comités de Ordenamiento Ecológico Territorial Participativo, que se realizó este fin de semana en el Paraninfo del edificio Carolino de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP).
Al impartir su ponencia “Residuos Tóxicos y materiales contaminantes” subrayó que en el país se han identificado 70 regiones de emergencia sanitaria, debido, en gran medida, a los residuos industriales y tóxicos que provienen del vecino país del norte.
Expuso que por ejemplo el cementerio de llantas más grande del mundo está en Ciudad Juárez, Chihuahua, las cuales provienen del otro lado de la frontera y llegan a territorio mexicano para incinerase; en tanto Jilotzingo, Estado de México, se convirtió en un tiradero de desechos hospitalarios, procedentes de la región de California.
Asimismo, en Tijuana, Tecate y Mexicali Baja California se están importando los residuos de plástico y electrónicos, altamente tóxicos, provenientes de aquel país, debido a que China cerró el paso a estos desechos.
“Nuestro problema fundamental. La principal sustancia tóxica en México es Estados Unidos. México se ha convertido en el sumidero, en el cagadero, o basurero de la industria norteamericana”, expuso.
Sostuvo que además Estados Unidos manda a México procesos contaminantes como el cultivo de maíz transgénico, el uso de plaguicidas con sustancias altamente contaminantes para la producción de alimentos, industrias que generan residuos venenosos, instalación de mega granjas como las de la zona de Libres y Oriental en Puebla o Yucatán que contaminan el agua, así como el fracking como un modelo de extracción de petróleo.
“Con el neoliberalismo, México se volvió en un basurero de desechos industriales (…) Desde que se diseñó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte empezaron exportar procesos industriales e insumos químicos altamente peligrosos para no tirarlos en Estados Unidos”, sostuvo al tiempo de resaltar que no existe regulación para evitar el ingreso de estas sustancias al país.
Manifestó que a su vez México se ha convertido en exportador de minerales y petróleo a su vecino del norte, industrias que utilizan procesos que contaminan el agua con sustancias venenosas; además de que se usan agroquímicos en la producción de alimentos que enferman a los trabajadores agrícolas.
Destacó la importancia de solidarizarse con las comunidades en donde están muriendo personas por la severa contaminación de estos procesos porque las causas de fallecimiento de la gente en estas zonas pueden extenderse a todo el país.
Expuso que un ordenamiento territorial es un tema de vida o muerte para lo que viene en el futuro, por lo que ese necesario cambiar en México la idea del manejo del agua, del aire y del suelo, ya que es una lucha por las nuevas generaciones.
En Granjas Carroll se produce el estiércol equivalente a una ciudad de 12 millones de habitantes
El académico destacó que en Granjas Carroll, megagranja ubicada en el estado de Puebla, se producen 2.5 millones de cerdos anuales.
Manifestó que un cerdo produce cinco veces más estiércol que un humano, por lo que en dicha región se producen residuos orgánicos equivalentes a los de una ciudad de 12.5 millones de personas.
“En el centro de Puebla está otro de los grandes centros de producción de carne de cerdo en la región de Libres y Oriental. Ahí se producen 2.5 millones de cerdos al año y a esos animales los tienen nadando literalmente en antibióticos, en esteroides y en todo tipo de sustancias químicas para que crezcan rápidamente”, expuso.
Agregó que el excremento de los cerdos de Granjas Carroll está lleno de sustancias químicas, en tanto que 10 por ciento de estos animales se mueren, lo que equivale a tener 250 mil cadáveres que los meten en fosas, las cuales se llenan de fauna nociva como ratas y moscas.