La necesidad de vivienda de amplios sectores populares con limitados recursos para acceder a ella ha sido caldo de cultivo de numerosos negocios inmobiliarios y de jugosas ganancias para aquellos que lucran con esa necesidad, evadiendo cualquier normatividad urbana y sin que las autoridades competentes de los diversos ámbitos de gobierno intervengan para frenar lo que se convierte en un fraude por ser zonas de riesgo y alta peligrosidad para ser habitadas.
En la edición de hoy presentamos cómo inmobiliarias como Invermat se encuentran detrás de la venta de cientos de lotes rústicos de 120 metros cuadrados cada uno, a escasos 100 metros del relleno sanitario de Chiltepeque, los cuales se venden hasta en 180 mil pesos y con facilidades de pago de hasta 143 pesos mensuales. Los terrenos rústicos, sin los servicios básicos necesarios, se encuentran en una zona de doble riesgo, el relleno sanitario por un lado y una mina de extracción de materiales por el otro.
Ya existen en el lugar casas construidas y un motel, a pesar del riesgo que significa vivir dentro de los 500 metros que comprenden la franja de mitigación del depósito de desechos, donde se acrecienta el olor pestilente que emana de la basura.
El 10 de febrero, Rubén Boreau García, director de Protección Civil municipal, informó que docenas de terrenos que colindan con el relleno sanitario de Chiltepeque están siendo habitados pese al riesgo que implica, señalando que ya se les notificó a 20 personas, aunque el problema involucra a más personas, que deben abandonar el área por el riesgo que corren, ya que vivir cerca del mismo implica estar en una zona de inestabilidad del suelo, además de la inhalación de gases peligrosos, posibles incendios y de una posible fuga de lixiviados aunque se cuente con las medidas necesarias, por lo que dijo que se trata de zonas restringidas en las que no debe haber asentamientos.
Resulta necesario preguntarse quiénes han permitido el fraccionamiento de estos terrenos en un área de riesgo sin que se respete la normatividad ambiental, que supone una franja de mitigación, justamente por los riesgos que ello conlleva.