Un nuevo escándalo enfrenta Virginia Socorro Meza Cruz, la secretaría general del Sindicato de Burócratas, al ponerse al descubierto que de manera personal pasó por encima de los derechos de docenas de sus representados, pues sin tener los años de servicio necesarios, con el aval del gobierno del estado, transitó de una categoría laboral inferior a la más alta que hay en el tabulador. Tal situación es una violación al escalafón que regula los ascensos y que se supone, que dicha organización gremial defiende.
De acuerdo con una solicitud de información púbica, Meza Cruz cuando ocupó –hace tres años– la secretaría general del Sindicato de Trabajadores al Servicio de los Poderes Públicos del Estado de Puebla y Organismos Descentralizados, tenía la categoría laboral “i”, que es una de las más bajas y estaría justificado, pues en 2018 esta mujer apenas tenía una antigüedad de 9 años en el servicio activo.
Ahora resulta que, tres años después y sin tener ningún mérito, al estar con permiso de su actividad laboral, ya está en la categoría “r”, que es la más alta entre los trabajadores de los tres poderes públicos y generalmente, se alcanza hasta los 15 o los 20 años de servicio y no a los 12 años, como es el caso de la dirigente sindical, que en términos reales únicamente tiene 9 años de actividad laboral.
En el documento de respuesta a la solicitud de datos púbicos, se anota que Virginia Socorro Meza tiene la clave oficial G0020 y es “oficial r”, ver una copia abajo. De tal forma que goza de un salario de 21 mil 238 pesos con 87 centavos.
Ese cambio de categoría laboral únicamente se pudo dar como una prebenda del área de recursos humanos de la Secretaría de Finanzas del gobierno del estado.
Se ignora en que gestión le otorgaron “ese favor”, que viola los estatutos del sindicato que dirige, luego de que le ha tocado a esta mujer convivir con 5 gobernadores en el breve periodo de los últimos tres años.
Meza Cruz fue impuesta en el cargo, sin que mediara un proceso de votación de los burócratas, por José Antonio Gali Fayad, cuando era titular del Poder Ejecutivo.
Luego la dirigente gremial directamente se puso a operar a favor de la campaña electoral de Martha Érika Alonso Hidalgo y cuando ésta última logró convertirse en gobernadora –mediante un fraude electoral–, en su efímero periodo de 10 días, la secretaria general del sindicato se le vio muy cerca de la panista.
Posteriormente le tocó convivir con Jesús Rodríguez Almeida como gobernador provisional a la muerte de Alonso Hidalgo, con el gobernador interino Guillermo Pacheco Pulido y con el actual mandatario Luis Miguel Barbosa Huerta.
Se antoja muy poco probable que ese cambio de categoría se haya producido en la actual administración, pues sería una contradicción que la presente gestión por un lado combata los vicios del morenovallismo y por otro, beneficie a una mujer que se fortaleció con los abusos cometidos por el grupo político del extinto ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas.
Muchos creen que ese cambio de categoría se habría generado “en premio” a que Meza Cruz cumplió con la labor de desactivar al sindicato en los procesos de defensa de miles de trabajadores despedidos por el morenovallismo, quienes fueron abandonados a su suerte por la dirigente gremial.
El tema ha generado un fuerte enojo entre muchos de los integrantes del Sindicato de Trabajadores al Servicio de los Poderes Públicos del Estado de Puebla y Organismos Descentralizados, pues se sabe que hay docenas de miembros de la organización que tienen entre 15 y 20 años de servicio sin ninguna posibilidad de ascender en su categoría laboral, por que es un beneficio que únicamente se concede a los allegados de Virginia Socorro Meza, incluida ella misma.
Se supone que la defensa del escalafón es siempre un motivo de lucha del sindicato para evitar que, en el gobierno del estado, en el Congreso local o en el Poder Judicial se otorguen aumentos de categorías laborales sin observar los méritos que cada trabajador va adquiriendo por antigüedad y cumplimiento de sus deberes oficiales.
Virginia Socorro Meza Cruz se ha aferrado al poder y está buscado la manera de justificar el deseo de reelegirse en el cargo, pese a que lo prohíben los estatutos del sindicato, o en su defecto, buscaría un tercero para que compita a su nombre por la secretaría general y ella pueda seguir teniendo el control de la agrupación.
Sin embargo, sigue creciendo el malestar en su contra, por lo cual ha trascendido que se ha empezado a contratar a grupos de choque para generar una campaña de amedrentamiento en contra de los grupos políticos que son contrario a la secretaria general y quieren competir por la dirección del sindicato.