Ante el cerco policiaco y con mallas que el gobierno del estado de Puebla, a cargo del panista Rafael Moreno Valle Rosas, ordenó ayer en la zona arqueológica de Cholula con motivo de un proyecto oficial, que tiene el supuesto propósito de mejorar la imagen del sitio y atraer el turismo, es encomiable la reacción de la ciudadanía, que se aprestó a movilizarse en defensa de su patrimonio.
Debe valorarse en su justa dimensión la espontánea respuesta de la gente, que sabe que ese sitio arqueológico de ninguna manera es particular y mucho menos pertenece a las autoridades de un periodo.
La zona donde se ubica el área arqueológica de Cholula, lejos de ser un sitio visitado solo con fines de interés histórico o académico es una zona viva de la que se han apropiado vecinos y ciudadanos de la zona conurbada de Puebla, convirtiéndola en un espacio para el esparcimiento, la convivencia familiar y el ejercicio.
Echar de buenas a primeras a toda esa gente por una decisión unilateral y arbitraria, como lo ha pretendido Moreno Valle, es por donde quiera que se le vea un abuso de poder y un despropósito, pero lo que resulta sumamente interesante es que esa sociedad, cansada de actos arbitrarios como los que han marcado el sello del sexenio, este martes salió a defender un espacio suyo, un lugar de todos.
Parece ser que ahora sí las determinaciones autoritarias del gobernador están topándose por fin con una respuesta ciudadana organizada, legal y firme.