“Hoy ha llegado el momento de sentir pánico
ante la idea del creciente número de
personas que están infraeducadas.
…
La persecución de un aprendizaje
meramente técnico-científico, <<incompleto e
infructuoso>>, al igual que es estéril y
peligroso creer que uno domina el
mundo entero gracias al Internet cuando no
se tiene la cultura suficiente que permite
filtrar la información buena de la mala.”
Zygmunt Bauman
Existe una leyenda urbana sobre el tratamiento a los pollos de cierta cadena de comida rápida transnacional, tan grande, al grado de que se ha sostenido, a veces sin sustento alguno, mucho menos evidencia, de que los animales no logran dar ni cuatro pasos en su vida para no perder peso y para que puedan ser más robustos de carne, que viven en espacios sumamente reducidos y sin poder ver algún día luz natural.
Entre que son leyendas o realidad, se puede hacer un parangón con lo que se está presentando con la generación del Covid 19, es decir, los menores de edad que debieron, en condiciones normales, inscribirse al pre-escolar para iniciar su educación.
Debido a la pandemia, estos días son los primeros en los que podrán acudir a la escuela de forma presencial, prácticamente después de dos años de confinamiento, y para sorpresa de los profesores y demás personal de las escuelas e instituciones educativas, se están viendo sorprendidos con las condiciones en que se encuentran estos menores de edad, pues resulta que muchos de ellos no pueden entonar palabra alguna por el trato que han recibido en casa por su familia, otros con actitud huraña, no pueden socializar con los demás compañeros, unos más con problemas de movilidad, es decir, con tanto tiempo de confinamiento no pueden controlar sus propios movimientos. Estamos ante la presencia de una situación verdaderamente grave y de crisis a largo plazo, para lo que viene en las escuelas y en la educación del país, esto independientemente de la propagación de la enfermedad y de las posibles futuras suspensiones de las actividades escolares.
Lo que ha sucedido con tanto tiempo de confinamiento no es algo que se pueda reponer a corto plazo y de forma inmediata, incluso podrían existir casos irreversibles, por lo que esta situación es bastante compleja, lo que fue el no atender correctamente lo que sucedió durante tantos meses, con esto de que: “Cada quien se las arregle como pueda”, los resultados son los que apenas se están asomando en estos días y lo que se descubrirán en pocas semanas una vez que se vayan sumando más alumnos, o bien, que se vayan descubriendo otras situaciones preocupantes de los alumnos en las escuelas.
Ya de por sí la educación del país dejaba mucho que desear en los últimos tiempos, problemas sindicales, sin personal que tome el rumbo de una educación reflexiva, ausencia de recursos materiales para una mejor educación. Apenas se está vislumbrando toda esta oleada de problemas y a esto habrá que sumar que en los pasillos de las instituciones educativas, en el ambiente educativo ya no hay ni caben los reprobados. Estamos ante la presencia de una generación que esta al grado de perder su propia movilidad, lo que no se había visto en tiempos pasados, pues ya no es simplemente el debate de si la educación es correcta, adecuada, oportuna de calidad o no, sino al grado de perder la capacidad de movimiento y sobre todo la capacidad de socializar.
Verdaderamente es el momento de hacer algo por estas generaciones que en 25 o 30 años tendrán en sus manos el rumbo del país y del mundo en general, pero observando como se muestran las políticas publicas educativas, es evidente que el colapso es inminente en un futuro, pareciera que se confirma la sentencia del profesor Zygmunt Bauman antes de la pandemia: “Los jóvenes ya han sido excluidos del discurso que aboga por la promesa de un futuro mejor.” (BAUMAN, Zygmunt. “Sobre la Educación en un Mundo Líquido”, Paidós, España, 2013) Con estas eventualidades se aprecia que, cada día esta más cerca, ya no por gusto, sino por necesidad, la robotización de muchas actividades que eran normalmente ejecutadas por manos humanas. Y es allí en donde se verán los resultados de esta política de que: “Cada quien se las arregle como pueda”. (Web: parmenasradio.org).