Mañana 18 de marzo se cumplirán 78 años de que el general Lázaro Cárdenas del Rio decretara la expropiación petrolera, misma que concluyó en 2013 con la mal llamada “Reforma Energética”, y aunque nos intenten convencer que el petróleo sigue siendo de los mexicanos, es evidente que todos los beneficios que nos trajo la expropiación de 1938 se han esfumado.
Haciendo un poquito de historia vale la pena recordar que en el general Cárdenas con el decreto expropiatorio echa del país a 17 compañías extranjeras que explotaban el petróleo, que también era, entonces como ahora, de todos los mexicanos, pero el negocio y las ganancias eran de unos cuantos, que se negaban a pagar a los trabajadores mexicanos salarios decorosos y las prestaciones que la ley les marcaba. Tras requisar todas las instalaciones, maquinaria, transporte, etcétera, y ponerlas al servicio de la nación, nace Pemex, empresa que fue la columna vertebral de la economía de este país. Empresa 100 por ciento mexicana, que sus obreros técnicos e ingenieros mexicanos supieron sacar adelante, la gallina de los huevos de oro, que los gobiernos neoliberales, asfixiaron hasta matarla, una carga impositiva exagerada, una pésima administración y un gran desvió de recursos provenientes de la petrolera, hasta la traición más grande que han cometido a la Patria aquellos que aprobaron la “reforma” y sus leyes secundarias.
La soberanía energética de un país se basa en el control de sus recursos energéticos, y no es que asociarse sea malo, lo malo son las condiciones desventajosas para el país bajo las cuales se ha entregado la industria, la entrada de extranjeros y particulares para participar en la extracción, transportación, refinación de hidrocarburos en el país, poco a poco irá haciendo a un lado a Pemex hasta que la industria quede bajo el control de dichas empresas, que de ninguna manera son hermanas de la caridad, son empresas que vienen por el negocio, por las ganancias que les deja la comercialización de nuestros energéticos.
Y para muestra basta un botón, es absurdo que Pemex no haya participado y se haya retirado de la licitación de los bloques de la ronda uno dejando estos para los capitales privados; así, poco a poco irá perdiendo espacios con el argumento de que no puede hacerlo, de que no hay recursos, e irán entregando la industria al capital privado. Cuando de participación de particulares se trata, es menester recordar que la privatización de las industrias otrora mexicanas, sólo han servido para crear unos cuantos multimillonarios sin beneficio alguno para los mexicanos, gas, luz, agua, gasolina, telefonía, y otros servicios que nos cuestan como de primer mundo cuando tenemos salario de tercero y cuarto mundo.
Si el general Lázaro Cárdenas viviera y viera toda su obra deshecha por completo, los ferrocarriles en manos de extranjeros, la educación en la que puso tanto énfasis, y nuestro petróleo de nuevo en manos de extranjeros, mínimo los mandaría al exilio, como lo hizo con Calles. Y así las cosas, ¿tendrá Peña el cinismo de hacer un acto y un homenaje a la expropiación… que ya se fue?
Visite el sitio: www.regeneracion.mx