Más expectativas que seguridades son las que dejan en una primera impresión, las resoluciones de la X Cumbre entre los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y México, pues sobre todo el primero de los países señalados no cede salvo en lo declarativo… y no en todo.
Sin duda en el encuentro privó el respeto y la diplomacia, incluso ese discurso a doble voz presentado por la esposa de Joe Biden y la de López Obrador, que más allá del formato, se fueron mucho más allá que sus propios cónyuges, como lo podemos comparar con la Declaración conjunta.
En la Cumbre prevalecieron tres temas fundamentalmente: la migración, la seguridad y lo económico. Era de esperarse que así fuera, otra cosa fueron los resultados, que desde mi punto de vista, más allá de los esfuerzos mexicano, dejaron mucho que desear, sobre todo por la postura estadounidense. Recordemos que en el anterior encuentro un tema que obviamente se tenía que valorar fue la pandemia y el proceso de vacunación.
En materia de migración creo que el gobierno de Washington no fue enteramente justo, aquí quizá la diferencia más significativa. Con una generalidad, Joe Biden respondió a la propuesta mexicana de apoyar a Centroamérica, a fin de contener los flujos migratorios hacia su país, que ellos ven como visión, el apoyo a todo el mundo y no solo a una región. Tiene jiribilla su apreciación, pues depende de sus intereses, no de un espíritu solidario ni humanista.
El propio presidente Biden ha afirmado que se han destinado tres millones de dólares para frenar los flujos migratorios, una cifra ridícula en relación a lo que han destinado para apoyar militarmente al gobierno de Zelenski en Ucrania, alentando la guerra y no la paz. En cambio, el gobierno mexicano ha promovido dinero y programas como Jóvenes sembrando el futuro, entre otros, a fin de impulsar el arraigo de los centroamericanos en sus lugares de origen, evitando que emigren a los Estados Unidos.
Reuniones como estas debieran de servir para anteponer el interés colectivo, sobre el de países en particular, aunque en el ánimo de otorgar el derecho de la duda esperemos que sea el punto de partida en un proceso donde los pasos a dar los vaya dando el Comité de Planeación, que con cuatro representantes por país, se resolvió conformar en la Cumbre.
Suponemos que esta instancia tendría que ver otros rubros también señalados en la agenda de la Cumbre, como es el de la seguridad y el tema económico, donde por cierto, la única alusión planteada por al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, fue el de la necesidad de seguir la política de sustitución de importaciones. Al tiempo podremos ver que surjan algunos puntos relacionados con el T-MEC, en el cual están empeñados los tres gobiernos.
Un punto que hay que saludar, es la coincidencia de los tres gobiernos de condenar el intento golpista en Brasil e implícitamente el apoyo a Lula da Silva.
