Siete mesas y una reunión inicial, más la propuesta de realizar un encuentro más en enero próximo, cuando las autoridades estatales ya estén plenamente en funciones y puedan ser planteadas una serie de propuestas en torno a la cultura, los presupuestos destinados a ella y las acciones pensadas para la comunidad que gira en torno a este renglón. Esa, ha sido la agenda de trabajo de los asistentes a la Sesión plenaria de trabajadores de la cultura y las artes realizada la tarde del 29 de noviembre en la Casa de la Aduana Vieja. Ahí, un puñado de gestores, creadores e interesados en el desarrollo de la cultura y el arte en el estado dialogaron en torno a las propuestas que serán presentadas entrado el próximo 2025.
Guiados por el antropólogo Julio Glockner Rossainz fueron presentadas las propuestas que diferentes actores del arte y la cultura hicieron en las siete mesas y la reunión previa celebrada en octubre pasado, un programa denominado Encuentro de trabajadores por la cultura.
“Las mesas se hicieron para analizar la situación, la lamentable situación de la cultura en Puebla, de las instituciones de la cultura. Fueron mesas muy entusiastas, con muchas propuestas, tanto que si sumamos deben ser unas 70 cuartillas de las siete mesas que se realizaron”, dijo el reconocido investigador al iniciar con la breve reunión.
Continuó que dedicadas al Patrimonio cultural, tangible, intangible y biocultural, Artesanías y cultura popular, Artes visuales escénicas, Bibliotecas y publicaciones, Museos, Administración de recursos financieros y Espacios culturales autogestivos, las mesas convocaron a un buen número de trabajadores de la cultura preocupados por el futuro del sector.
“La creación de una comunidad de trabajadores de la cultura con demandas y objetivos afines, tienen un primer paso que es importante pues estamos creando un nosotros que habrá de cohesionarnos si sabemos mantener viva una muy antigua práctica, tan antigua que de hecho esta presente en el origen de la humanidad, y que Piotr Kropotkin en el siglo XIX denominó ´la ayuda mutua´; si sabemos mantener esa ayuda mutua podemos consolidar esa comunidad que en todas las mesas se planteó”, confió Glockner Rossainz.
Llamó a que, en conjunto, se deben delinear estas prácticas que se necesitan implementar para mantener esa comunidad, pues consideró que “en cada uno de nosotros ha habido una energía creativa que ha sido subestimada por la burocracia al ser considerada un trámite que hay que realizar, y que se realiza con desinterés y pereza en el mejor de los casos, pues si no se queda atorado en el desinterés y el olvido”.
Enseguida, el autor del libro Los volcanes sagrados recordó que en las mesas de trabajo se insistió en crear una comunidad y en actuar como un colectivo, a la par de saber que existe un respaldo. A la par, refirió que se propuso un observatorio comunitario de la cultura. “Habrá que definir el modo en que se organiza y las funciones en que se desarrollan”, confió.
Enlistó que en las primeras mesas se hablaron sobre derechos laborales y la necesidad que los artistas sean reconocidos como actores que mueven la economía, renglón en el que es necesario hacer modificaciones indispensables a la Ley de cultura, de la cual es necesario modificar su definición.
En dicha ley, se insistió en las demandas, en que es necesario reconocer el patrimonio biocultural, así como plantear una agenda de los derechos y de la diversidad, sensibilizar y capacitar a la burocracia que, se dijo, representa el 70 por ciento del presupuesto cultural.
De paso, se habló de alinear la labor de gestores con la de artistas, de quitar a funcionarios incompetentes y vigilar su trabajo, ya sea de la Secretaria de Cultura y del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla.
No quedó fuera el deseo de exigir que se difunda la ley de cultura y el organigrama de cada dependencia cultural, a la par de hacer un inventario de todos los bienes culturales, y de educar en los funcionarios en torno al patrimonio cultural.
Asimismo, se habló del rescate de la gastronomía tradicional distinguiendo la cocina indígena de la criolla, haciendo un proyecto social y no gubernamental.
Se propuso también hacer convenios con universidades para investigar temas culturales actuales, así como un directorio de colectivos, artistas y gestores, a la par de resignificar el trabajo artesanal.
Se habló también de la necesidad de un catálogo del acervo de museos, que se faciliten espacios como el Teatro Principal y el Teatro de la Ciudad, y se de crecimiento de teatros en municipios como Tehuacán, además de que se hable de un teatro infantil y social, y se permite el cobro de taquilla o cuota de pago fija para los artistas del teatro.
Otros temas fueron el agilizar trámites, el revisar las formas de pago, el retomar casos de éxito, el organizar encuentros con espacios, grupos y artistas independientes, el fomentar la creación de públicos, el ser observadores y denunciantes de las instituciones, el reivindicar el papel de trabajadores y la defensa derechos laborales, el hacer una revisión del presupuesto, el denunciar el plagio, y más.
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