A tres años del anuncio del gobierno estatal, entonces encabezado por el morenista Miguel Barbosa Huerta, sobre la expropiación de predios en la 46 Poniente para frenar la venta de autopartes y mercancía de procedencia ilícita, la zona continúa operando con normalidad y, además, se ha extendido hasta la 44 Poniente, entre la 11 norte y el bulevar Carmen Serdán, tan solo a 10 minutos del zócalo capitalino.
Durante un recorrido realizado por La Jornada de Oriente se constató la presencia de decenas de locales que se extienden por cerca de 16 calles que conforman parte de la colonia Santa María de la ciudad de Puebla. A pregunta expresa, los comerciantes ofrecen autopartes, principalmente llantas con rin, a precios entre 45 y 63 por ciento más bajos que en refaccionarias de marca, tiendas departamentales y en línea.
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A los costados de los negocios se observa a varios jóvenes que, al detectar la llegada de posibles clientes, se acercan para preguntar qué buscan, ofrecer precios y comenzar la negociación. Algunos portan radios de comunicación en los bolsillos, con los que se coordinan discretamente para mantener vigilancia en la zona.
Dentro de los locales, el panorama es similar: parabrisas apilados, retrovisores colgados de ganchos, faros y calaveras con fracturas o señales de haber sido desprendidos bruscamente. En los puestos de parabrisas, por ejemplo, se constató que la compra e instalación de uno para un modelo Volkswagen Gol Sedán 2015 ronda entre mil y mil 400 pesos, incluyendo la instalación. En contraste, en tiendas automotrices y plataformas como Mercado Libre, el costo del mismo modelo oscila entre 3 mil 500 y 6 mil 600 pesos.
El flujo de clientes también es constante. Muchos llegan en sus propios vehículos y preguntan directamente por modelos específicos de llantas con rin. En este tipo de piezas es donde se observan las mayores diferencias de precio: para un Volkswagen Jetta A6 2015, los rines sin llantas más económicos se ofertan en 600 pesos cada uno si son de hierro, y en 800 pesos si son de aluminio.
En agencias oficiales, refaccionarias de marca o en línea, los precios para las mismas especificaciones, rines de 16 o 17 pulgadas, van de mil 500 a 2 mil pesos para piezas de aluminio y de mil 100 a mil 700 pesos para las de hierro. Es decir, en el caso de los rines de aluminio, el ahorro promedio es del 53 por ciento, mientras que en los de hierro llega hasta el 60 por ciento.
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Los compradores suelen justificar sus adquisiciones con el argumento de haber sufrido el robo de una llanta o de alguna pieza del vehículo, por lo que acuden a “La 46” buscando la opción más rápida y barata para reemplazarla. Sin embargo, varias denuncias ciudadanas documentan casos en los que las víctimas terminan encontrando, entre los exhibidores, las mismas piezas que les fueron sustraídas. Aun así, muchas optan por comprarlas para evitarse trámites o confrontaciones, alimentando así la cadena de comercialización de autopartes robadas.
La competencia con los negocios formales, que venden mercancía legalmente adquirida, es desventajosa. Durante el recorrido también se constató que la diferencia económica es más notoria en la venta de llantas con rin. Para un Volkswagen Jetta A6 2015, cuatro rines de aluminio con llantas se ofrecen en promedio entre 10 mil y 13 mil pesos, dependiendo de la marca.
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En contraste, en cadenas como Walmart o Soriana, y en agencias oficiales, el conjunto completo tiene un precio de entre 16 mil y 18 mil pesos, es decir, un 60 por ciento más caro.
Además, varios negocios ubicados sobre la 46 y la 44 poniente han ampliado su mercado al ámbito digital. Utilizan redes sociales como Facebook o WhatsApp para ofrecer catálogos virtuales, enviar fotografías, cotizar precios y pactar horarios de entrega. Tres establecimientos incluso entregaron tarjetas de presentación con datos de contacto y servicios de presupuestos personalizados.
El horario de atención generalizado es de lunes a sábado, de 10 a 18 horas, aunque algunos comerciantes ofrecen acudir los domingos mediante cita previa. Este esquema ha permitido a los vendedores ampliar su cartera de clientes y mantener el flujo comercial sin depender de la afluencia presencial.
La expansión del comercio digital y físico en “La 46” contrasta con el incremento del robo de autopartes en el estado. De acuerdo con cifras de la Fiscalía General del Estado (FGE), entre enero y agosto de 2024 se abrieron mil 82 carpetas de investigación por este delito, mientras que en el mismo periodo de 2025 la cifra ascendió a mil 217 casos, lo que representa un aumento del 12 por ciento.
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En promedio, se registran 152 robos de autopartes al mes, es decir, cinco diarios. Los picos más altos se reportaron durante los meses de enero y junio.
Lo anterior se agrava aún más con la dimensión de tres años, ya que comparando el mismo periodo de 2022 con 2025, el incremento de estos delitos 76.02 por ciento, cuando se registraron 691 carpetas de investigación frente a las mil 217 que van al corte de agosto de este año.
A pesar de las promesas gubernamentales de “limpiar” la zona y reconvertirla en un corredor comercial formal, “la 46” continúa siendo un epicentro de compraventa de piezas de procedencia dudosa, que opera a plena luz del día, con precios imposibles de igualar y una clientela que, entre la necesidad y la indiferencia, mantiene viva una cadena que las autoridades han sido incapaces de romper.
