Si los responsables del mundo son todos venerablemente adultos,
y el mundo está como está
¿no será que debemos prestar más atención a los jóvenes?
Mario Benedetti
El exterminio genocida del pueblo palestino que está precediendo a la ya descubierta intención de Israel por ocupar y anexionar la Franja de Gaza, está exhibiendo la monstruosa inhumanidad del supremacismo y el belicismo, la carencia de empatía por la vida humana, la perversidad macabra de un tipo de ejercicio del poder político, y el inmenso desdén por la verdad de los hechos sociales cuyo resultado más doloroso es la acumulación -en pocas manos, como si se tratara de propiedad privada- de modos y artificios para contar -o no contar- lo que sucede con el sufrimiento de ese pueblo al punto de querer convertirlo, por fuerza de la violencia, en un tema que no debe ser abordado fuera de la perspectiva y los marcos referenciales que fija Israel: <<El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció ayer que su gobierno decidió cerrar en Israel el canal de noticias catarí Al Jazeera, al cual calificó de incitador, y con el cual su administración mantiene un pulso desde hace mucho tiempo, en lo que la emisora calificó de decisión criminal que viola el derecho a la información, y que fue condenada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) y agrupaciones de periodistas>>. Frente a la agresión, Al Jazeera controvirtió: <<…la continua represión de Israel hacia la prensa libre, que se considera un intento de ocultar sus acciones en la franja de Gaza, contravienen el derecho internacional y humanitario. Los ataques y asesinatos directos de periodistas, arrestos, intimidaciones y amenazas de Israel no disuadirán a Al Jazeera de su compromiso de cobertura, mientras más de 140 periodistas palestinos han sido asesinados desde el comienzo de la guerra en Gaza>>. (La Jornada: Israel ordena el cierre de Al Jazeera y confisca su equipo). El resultado lógico de que el gobierno israelí pretenda una visión del conflicto mirado desde sus ojos es, que cualquier disenso sea reprimido: <<La comunidad de relatores y expertos en derechos humanos de la ONU alertó sobre las amenazas, ataques personales y otras intimidaciones que muchos de ellos sufren, a veces por parte de responsables estatales, tras emitir valoraciones sobre asuntos como el conflicto en Gaza>>. (Expertos de la ONU enfrentan amenazas y ataques personales por opinar sobre Gaza (msn.com).
Una multiplicidad de hechos acredita que el ataque israelí contra los habitantes de Gaza es una estulticia que bordea los límites de la esquizofrenia: <<El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pidió una guerra santa de aniquilación contra el pueblo palestino en la bombardeada franja de Gaza>>. (La Jornada: Netanyahu llama a aniquilar a hombres, mujeres y lactantes). En esa “santidad” de la guerra de aniquilación, los límites humanitarios han sido borrados: <<Por otra parte, soldados israelíes difundieron en sus redes algunos videos en los que disparan a civiles palestinos desarmados, informó en la red social X Quds News Network>>. (La Jornada: Destruye el ejército israelí con buldóceres y bombas la ciudad gazatí de Jabaliya).
La irracionalidad de esta guerra también va creando conflictos internos en el propio Israel, en Estados Unidos y en Europa, que derivan de las decisiones políticas que se van perfilando acerca del papel que deben jugar los estudiantes universitarios frente a conflictos como los que viven Ucrania y Gaza. Si bien puede diferenciarse que mientras en la primera hay una guerra entre dos potencias en territorio ucranio, en la segunda los palestinos enfrentan en su territorio una guerra de ocupación-exterminio-anexión, prácticamente, en la indefensión absoluta frente a Israel. Las interrogantes son, si los estudiantes deben definir el papel que desean desempeñar en esos conflictos o, si los gobiernos se los deben imponer; y, si los estudiantes deben luchar por la paz, o servir en las guerras. Estas preguntas las debe responder el mundo entero pues su destino descansará, en determinadas circunstancias históricas, en la acción vital de sus jóvenes universitarios.
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Al interior de Israel, el conflicto en Gaza, socialmente se está percibiendo así: <<Aunque la mayoría de las encuestas muestran que los israelíes siguen apoyando ampliamente la guerra, ese apoyo ha ido disminuyendo, y cada vez son más los que dan prioridad a la devolución de los rehenes frente a la destrucción de Hamás. Estos incidentes pueden erosionar aún más el apoyo si continúan. Una muestra de las divisiones sociales que pueden desencadenarse es la larga disputa sobre el reclutamiento de estudiantes ultraortodoxos de la Torá -o la biblia hebrea- en el ejército, una medida respaldada por Gantz y sus aliados, así como por muchos israelíes laicos, pero a la que se oponen ferozmente los partidos religiosos>>. El peso político de esta división social en Israel puede establecerse y definirse en esta apreciación: <<Hasta ahora, Netanyahu ha logrado evitar una huelga de cualquiera de los dos bandos que podría hacer caer su Gobierno>>. (Salen a la luz discrepancias sobre Gaza en el gabinete israelí (msn.com)).
En Estados Unidos, el principal proveedor de armas para el ejército israelí, un vigoroso movimiento estudiantil universitario ha salido a denunciar esa guerra, rechazándola, oponiéndose a ella, levantando una exigencia de alcances político económicos hasta ahora nada explicados: <<Los universitarios exigen que sus centros educativos corten lazos financieros con Israel y retiren sus inversiones de compañías implicadas en el conflicto bélico que comenzó el pasado 7 de octubre, el cual ha dejado más de 34 mil palestinos muertos>>. Que el movimiento estudiantil más poderoso contra la guerra en Gaza surja precisamente en territorio de EU, es inusitado. Sorprende, incluso, que los universitarios de las instituciones de mayor prestigio académico en ese país -Harvard, MIT, Yale, Columbia, Berkeley- apoyados ahora por los estudiantes de las universidades de Oxford y Cambridge, en el Reino Unido, sean los que nutran con sus protestas el rechazo al genocidio de los palestinos. Cuando las protestas universitarias crecen a lo largo y ancho de Estados Unidos, rechazando la complicidad de su gobierno en esa guerra; cuando la represión policial contra los estudiantes se intensifica, el presidente estadunidense ha tenido una deplorable ocurrencia <<El presidente Biden afirmó que apoya la libertad de expresión, el debate y la no discriminación en los campus, pero aclaró que rechaza esas manifestaciones cuando hay discurso de odio o violencia>>. (La Jornada: Alarma en EU por represión a protestas universitarias). ¡¡El proveedor de armas para el genocidio sacando a relucir su autoridad moral para condenar las manifestaciones de los universitarios “cuando hay discurso de odio o violencia”!! El ex presidente Trump no pudo contener la enorme alegría, y satisfacción, que le causó la represión estudiantil a manos de la policía. (Redada policial contra manifestantes universitarios fue “hermosa de ver”: Trump (msn.com).
En Europa, escenario de dos guerras mundiales en el siglo XX, parece no haberse comprendido todavía la dimensión nefanda, destructora, aterradora e irracional de la guerra, sino yendo contra cualquier lógica humanista, está buscando prepararse -otra vez- para ella. El problema que surge de esa decisión tiene que ver con el papel que, en la previsible guerra, se pretende asignar a los jóvenes estudiantes: <<El presidente polaco, Donald Tusk, lo expresó claramente en una entrevista con la revista alemana Die Welt. Aseguró que Europa vive una evidente etapa prebélica. Según recogió CNN, Tusk aseguró: La guerra ya no es un concepto del pasado. Es real y comenzó hace más de dos años. Lo más preocupante en estos momentos es que literalmente cualquier escenario es posible. No hemos visto una situación como ésta desde 1945. Tusk dijo a Die Welt que los jóvenes tienen que ser conscientes del actual estado de las cosas y, por tanto, asumir que quizá tengan que tomar las armas>>. (Europa se prepara para una gran guerra (msn.com)).
Emmanuel Macron cree que hace falta que los jóvenes sirvan durante un periodo a su patria y en Francia está preparando un Servicio Nacional Universal que tendría parte de contenido militar. En Reino Unido las autoridades también insisten en preparar a sus conciudadanos para una posible guerra. El ministro de Defensa, Grant Shapps, dijo que habíamos pasado de un “mundo de posguerra a un mundo de preguerra”, según recogió BBC, y el general británico Patrick Shanders habló en enero de “movilizar a la nación” y reforzar a los soldados profesionales con una especie de “ejército ciudadano”. (Ídem). Afortunadamente suele hacerse la distinción entre pueblos y gobiernos: <<No toda la opinión pública europea quiere oír hablar de un aumento en gastos de Defensa, pero ese es el escenario hacia el que empujan la mayoría de los líderes. De ahí que haya toda una élite del poder europeo que lucha por una creciente militarización con el objetivo de que Europa pueda defenderse sin depender de la OTAN o Estados Unidos>>. (Ídem).
Queda al descubierto que a la guerra “empujan la mayoría de los líderes” y, que los más interesados en ella son “toda una élite del poder europeo que lucha por una creciente militarización”. Si la exigencia de los universitarios en EU es que “sus centros educativos corten lazos financieros con Israel y retiren sus inversiones de compañías implicadas en el conflicto bélico”; entonces, aparece nítida la triada de impulsores -líderes, élites del poder, e inversionistas- de la guerra de exterminio en Gaza con el objetivo de lograr un negocio redondo: venta de armas para la guerra que destruye, la salud de los cuerpos humanos, bienes materiales públicos y privados, desplaza habitantes y residentes del territorio, genera dolores humanos irremediables; reconstrucción, que implica ocupación de esos territorios, establecimiento de nueva autoridad política, asignación de los contratos para la reconstrucción en todos los ámbitos destruidos por la guerra; y, anexión territorial de la Franja de Gaza a Israel, como el objetivo último de esta guerra. En suma, el proceso más descarnado e inhumano de acumulación de capital para la triada, a costa del exterminio de los pueblos, promovido por los líderes políticos de la derecha. (La Jornada: Israel expulsa a 550 mil palestinos en el aniversario 76 de la Nakba). (Manifestantes piden el asentamiento judío en Gaza durante la marcha de Sderot (msn.com)). (La Jornada: Destruye el ejército israelí con buldóceres y bombas la ciudad gazatí de Jabaliya).
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El reclutamiento de estudiantes ultraortodoxos en el ejército, es un punto que causa división social en Israel. En EU, el movimiento estudiantil universitario que se opone a la guerra en Gaza, es reprimido por las autoridades gubernamentales; y en Europa, los gobiernos de Polonia, Francia y Reino Unido auspician el reclutamiento de jóvenes para la guerra. En este escenario, ¿quién debe trazar el destino vital de los jóvenes en el mundo? Ha de considerarse, que los jóvenes no son promotores ni generadores de ninguna guerra en el mundo; que la represión violenta de estudiantes que protestan contra la guerra, cuestiona el cimiento mismo de la educación; y, que ninguna élite del poder, por poderosa que sea, puede pretender enrolar a los jóvenes en una guerra, sólo porque le reditúe beneficios de cualquier índole. ¿En qué momento la ONU y la Corte Penal Internacional se van a pronunciar condenando los crímenes de guerra que día a día se cometen contra el pueblo palestino? En tanto en los jóvenes radica la construcción futura del mundo corresponde, únicamente a ellos, definir el tipo de sociedad que desean construir. Por un mundo sin violencia ninguna: ¡Estudiantes de todos los países, uníos!
Heroica Puebla de Zaragoza, a 20 de mayo de 2024.
JOSÉ SAMUEL PORRAS RUGERIO