Con el fallo de ayer del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) a favor de José Luis Márquez Martínez, no solamente se despejó el camino para que se convierta en presidente municipal de Zacatlán, sino también de manera indirecta se acaba erigiendo en un importante cacique de la Sierra Norte del estado y en la figura más poderosa dentro del PRI poblano, por tener el puesto público más importante y ser un personaje que ha trascendido con cargos públicos o partidistas en los últimos 26 años.
Márquez llega a esta posición, en mucho, por el debilitamiento de las figuras más importantes del PRI.
La figura más importante del PRI poblano era Javier Casique Zárate por su presencia en el Comité Ejecutivo Nacional del partido, pero esta semana lo cesaron de la Secretaría de Elecciones y lo mandaron a un puesto irrelevante en el estado de Campeche, en donde representará al tricolor en un periodo sin procesos electorales en puerta.
Una segunda figura es Jorge Estefan Chidiac, quien es el coordinador de la fracción del PRI en el Congreso local y fue secretario de Finanzas en el gobierno interino de Guillermo Pacheco Pulido, pero el problema que enfrenta es que no sabe ejercer un liderazgo dentro del partido. Siempre se ha destacado por construir relaciones en torno a sus intereses personales y nunca ha afianzado un proyecto político trascendente.
El presidente estatal del PRI, Néstor Camarillo Medina, es un dirigente sin carisma, sin idea de como sacar al partido del marasmo en que se encuentra y sin arrastre entre la militancia. Para muchos es un cero a la izquierda que nunca ha podido hilvanar un discurso crítico contra los gobiernos de Morena.
Otra figura es Leobardo Soto, el dirigente de la CTM en el estado y cabeza del sector obrero del PRI, que registra un comportamiento similar al de Jorge Estefan Chidiac, ya que únicamente procura sus intereses personales. Se ha destacado por su poca lealtad al tricolor, pues siempre se acaba alineando con el grupo que controla el Poder Ejecutivo estatal, sea del PAN o de Morena.
Frente a ese desolador panorama para el PRI, por descarte la figura más importante en el priismo poblano ahora es José Luis Márquez, quien ayer logró que el TEPJF no anulara la elección de Zacatlán por el rebase de los topes de gastos de campaña.
Márquez ha sido en los últimos 26 años líder del Frente Juvenil Revolucionario, tres veces diputado local, una vez legislador federal, además de ser funcionario de Gobernación y Desarrollo Social, dirigente de la CNOP y coordinador de la campaña de Javier López Zavala, cuando fue candidato priista a la gubernatura.
Ahora va a ser por segunda vez presidente municipal de Zacatlán, sin tomar en cuenta que él operó directamente en 2018 para que su primo Luis Márquez Lecona, bajo las siglas del PRI, se convirtiera en el actual alcalde de esa misma plaza. Ambos acabaron distanciados, sin embargo ejercieron juntos el poder político en los últimos tres años en esa región de la Sierra Norte de Puebla.
Siempre enfrentado con Juan Carlos Lastiri Quirós, quien era el priista más poderoso de Puebla hasta antes de 2018 por haber sido el brazo derecho de Rosario Robles Berlanga en el gobierno de Enrique Peña Nieto, ahora ha logrado eliminar esa rivalidad.
De tal manera, que en la planilla de regidores con que ganó José Luis Márquez los comicios del 6 de junio figura uno de los hijos de Juan Carlos Lastiri, como reflejo de una conciliación entre ambos personajes y que el segundo de ellos se encuentra debilitado por haber aparecido como protagonista de la llamada Estafa Maestra, el fraude al erario que tiene en la cárcel a Rosario Robles.
Con una carrera que inició en 1995, Márquez ha estado en el círculo de poder de los ex gobernadores Manuel Bartlett Díaz, Melquiades Morales Flores, Mario Marín Torres, Rafael Moreno Valle Rosas y Guillermo Pacheco Pulido.
Ahora tiene la oportunidad de construir un importante liderazgo, desde el cargo de edil de Zacatlán, aprovechando el vacío de poder que hay en el PRI, o acabar siendo solamente un pequeño cacique de la Sierra Norte del estado y un alcalde más del montón.