Jueves, abril 25, 2024

Italia se queda sin mundial

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Estados Unidos nunca estuvo tan cerca de vencer a México en el Azteca. Tan seguros ellos de su planteamiento como dubitativos y sin plan los locales. ¿Culpa del Tata Martino? Solo en parte. No se necesita ser ningún Diógenes para entender que el mal viene de lejos, nace en los despachos donde se administra el futbol mexicano sin otra preocupación que el beneficio económico y sólo para que pasee sus miserias por las canchas del país, en inanes minitorneos, o en los pastos sintéticos de la Unión Americana, donde la chicanada fiel les tolera y aplaude pachangas amistosas y certámenes moleros. Donde resulta que ya no manda el Tri sino la Selección local, a la que –cero y van cuatro- Gerardo Martino simplemente no consigue derrotar.

Y el jueves tampoco era el día. Mucho control de la asistencia –50 mil, sometidos a la electrónica de no se sabe cuántos filtros-, toda la publicidad volcada a evitar el grito homofóbico y, sin embargo, al final este se hizo presente en rechazo al pobre rendimiento del Tri, cuyo mejor hombre fue el portero y sus más activos participantes los jóvenes defensas Jorge Sánchez y Johan Vásquez, sin que su incansable activismo lograra compensar la absoluta carencia de creatividad en los hombres del medio campo y de la ofensiva –fracaso estrepitoso del tridente europeo, bajísimos de forma los tres-, ni los tardíos cambios del Tata sirvieran para mayor cosa, ya con los gringos parapetados atrás, fuese por comodidad táctica o por el agotamiento normal luego de un primer tiempo de presión alta, marcas férreas y carreras desbocadas.

Ochoa se dejó ver casi desde el arranque, cuando tendiéndose a ras de césped envió a córner insidioso remate de Musah (13´), antes de que Robinson le pusiera a Pulisic un bombón y el defectuoso fusilamiento del hombre del Chelsea golpeara el pecho de Memo y se desviara a su derecha (34´). Faltaba aún otro pase desde la derecha –el centro por elevación de Pulisic, desde la otra banda, no encontró lateral (borrado Arteaga) ni centrales (Vásquez-Montes: a HH lo sobró el envío) que estorbaran la devolución al área chica de Weah, y “Pefok” Siebatcheu, solito a tres metros del arco, remató como si despejara y se perdió el gol más claro de la noche (70´). Vinieron luego los fingidos “penaltis” de Jiménez y Vega, tan burdos ambos que el guatemalteco Escobar se vio precisado a mostrarle a Alexis la amarilla en castigo a tanta histrionía barata. Y, por fin, el silbatazo final y el abucheo.

Total, no logró México arrebatarles el subliderato a los norteamericanos (22 puntos cada cual) y quedaron ambos a tiro de piedra de Costa Rica (19), que en San José batió 1-0 a un Canadá (25) sin Alphonso Davies y con diez en la cancha desde el minuto 34. La otra novedad es que Martino, operado de la vista, no viajó a Tegucigalpa con la Selección.

Italia, peor que nunca. Estaba más que visto que el calcio pasa por su etapa más negra, pero escapaba a cualquier presupuesto la posibilidad de una prematura eliminación de Catar 2022 en la semifinal de Palermo y a manos de Macedonia del Norte. Y ya lo ven, ese gol de última hora y de larga distancia (Trajkovski, 90´+2) que se comió Donnarumma paralizó a Italia y, lo nunca visto, condena a la Azzurra a quedar fuera de un segundo mundial consecutivo.

No añadiré nada más a lo reiterado en esta columna acerca de la visible decadencia del balompié itálico, que una vez abandonado su viejo catenaccio vive una travesía por el desierto que parece no tener fin. Y si ganó, sin muchos merecimientos, la irregular Eurocopa del año pasado, es tiempo de que, por su propio bien, hagan una reflexión profunda orientada a diagnosticar sus males –corrupción, narcisismo, creciente dependencia del exterior (ahí te hablan, México)- antes de emprender el arduo camino de una reconstrucción sobre las ruinas de su pasado. Que es, justamente, por lo que clama Arrigo Sacchi: “Como siempre, intentarán responsabilizar al entrenador, pero la realidad es que hay que cambiarlo todo, desde la administración del deporte hasta el trabajo en los clubes, especialmente con las divisiones juveniles, hoy más abandonadas que nunca.”

Potencias inconsistentes. Para Italia será esta su cuarta ausencia de un mundial (antes faltó a Uruguay 30, Suecia 58 y Rusia 2018), las mismas que tiene Argentina, hablando de selecciones alguna vez campeonas, ocho en total. De las cuales la más inconsistente ha sido Uruguay con nueve mundiales en blanco, en tanto comparten seis ausencias Inglaterra, Francia y España; Alemania faltó a dos mundiales (1930 y 1950) y Brasil ¡a ninguna de 22 versiones!, ya incluido Catar 2022.

Portugal, Gales y Suecia, avante. Los lusos, otra selección famosamente irregular, pasaron un buen susto en Oporto antes de derrotar a Turquía, que desperdició, a los 85´, el penalti que le hubiera dado el empate a dos. Envalentonados, los locales lograron a poco el definitivo 3-1 que los coloca frente a Macedonia en la disputa de un lugar dentro de los 32 asistentes al mundial catarí. Gales, vencedor de Austria con par de anotaciones de Gareth Bale (2-1), no se sabe aún contra quién irá porque la llave Escocia-Ucrania aún no tiene fecha, pero Suecia sí viaja a Varsovia para medirse con Polonia mañana martes –mismo día del decisivo Portugal-Macedonia en Oporto-, dado que los polacos calificaron sin jugar debido a la suspensión por la FIFA del seleccionado ruso, su rival asignado.

Arde la Conmebol. Final de fotografía en América del Sur. No para Brasil y Argentina, invictos y calificados de antemano (42 y 38 puntos respectivamente) sino para quienes pugnan por los otros dos puestos de calificación directa, ya que Ecuador  fue alcanzado el jueves por Uruguay (ambos con 25), como resultado de la derrota de los ecuatorianos en Asunción (Paraguay 3-1) y favorecidos los charrúas por un aparente gol no convalidado a Perú en el estadio Centenario cuando el arquero Rochet –tan malito como su antecesor Muslera- se metió con todo y balón en su portería; lo peor del caso es que Perú, el perjudicado directo, con el empate se habría acercado a uno de los celestes (al perder 1-0 se quedó en 21). Alguna esperanza de repechaje alienta aún Colombia (3-0 a Bolivia para llegar a 20), porque Chile (19) casi perdió toda opción al caer 4-0 en Maracaná, mientras Argentina, jugando al trotecillo, disponía 3-0 en casa del supercolero Venezuela.

Mañana se cierra el ciclo sudamericano y, excepto el Bolivia-Brasil, los restantes juegos tienen la clave para desenredar esa madeja. Vean si no: Chile-Uruguay, Ecuador-Argentina, Perú-Paraguay y Venezuela-Colombia.

Por cierto, suben de tono las solicitudes para cambiar el formato a fin de acortar la fase eliminatoria más larga del mundo; actualmente, las diez selecciones de la Conmebol se enfrentan todos contra todos, ida y vuelta, hasta completar 18 fechas, ni una menos. Los diez capitanes vienen sostenido reuniones virtuales y acordaron formalizar su petición para 2026, aprovechando que el mundial norteamericano lo van a jugar -¡horror!- 48 selecciones, y América del Sur reclama seis puestos directos y un repechaje.

Checo, de la pole al cuarto lugar. Sábado de gloria para Pérez. Nunca un piloto mexicano había conseguido la pole (primer puesto en la largada) y el tapatío lo consiguió para su carrera 215 en F1. Y arrancó muy bien, abriendo enseguida buena distancia entre su Red Bull y la Ferrari del monegasco Charles Leclerc hasta que, por ahí de la vuelta 15, fue llamado a cambiar sus neumáticos medios por duros y cayó hasta el cuarto puesto, detrás de Sáinz, Verstappen y Leclerc. Y así, en cuarto lugar, terminaría.

El GP de Arabia Saudita se corre en Yeda sobre un trazado sumamente rápido y difícil, promesa de emociones fuertes. Lástima que se trate de un circuito angosto, rodeado de muros listos a cumplir su amenazante diseño de ratonera en cuanto alguien se descuida mínimamente y golpea alguna pared, desatando el desparramo consiguiente, el agitar de banderas amarillas y la entrada del auto de seguridad, lo que inevitablemente arruinará la carrera a más de uno. Esta vez fueron sólo dos las interferencias y sólo en la primera –accidente de Latifi- tuvo que entrar el dichoso cochecito de calle, y el tema perjudicó al Checo Pérez, de cualquier forma marginado del duelo Leclerc-Verstappen finalmente resuelto en favor del holandés, cuyo rebase al Ferrari en la vuelta 47/50 encontraría también ayuda, aunque mínima, en las deserciones casi consecutivas, por descomposturas de sus unidades, de Alonso (Alpine) , Ricciardo (McLaren) y Bottas (Alfa Romeo). Por un momentoflotó la posibilidad de un castigo a Carlos Sainz (por no bajar la velocidad cuando el incidente final), pero finalmente su tercer lugar fue convalidado, con lo que se mantuvieron los dos ferraristas en el podio por segunda vez consecutiva, aunque ahora ambos por detrás de Max.

¿Alguna noticia de los Mercedes? Hamilton tuvo un sábado negro y ni siquiera logró librar la Q1, lo que lo relegó al 16ª puesto en la salida. Luego iría ganado posiciones hasta terminar  10º, perjudicado también él por el segundo de los incidentes citados. Y Rusell fue 5º a buena distancia del Checo, lo que indica que la escudería alemana tendrá que aplicarse a fondo si quiere volver por sus fueros.

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